Saludos. Antes de empezar os comentaré que pensaba hacer tres artículos sobre las principales tribus de invasores germanos que acabaron formando estados modernos que conocemos actualmente: francos, lombardos y godos, aunque en realidad muchas otras tribus se habían unido o habían sido absorbidas por ellos. Sin embargo, dado que existe cierto paralelismo en su historia, creo que es más interesante una visión global sobre el tema.
Pero, ¿quiénes eran estos germanos? Retrocedamos en el tiempo hasta el tercer milenio antes de nuestra era. Estamos en la época de las grandes invasiones indoeuropeas. Estas tribus aparecieron de las estepas de Asia extendiéndose hacia el sur y el oeste. El impacto de los pueblos indoeuropeos fue enorme ya en el 3000 a.d.C. De los indoeuropeos originales descendieron numerosos y variopintos pueblos, de los que seguro que no pensáis que tienen nada en común con vosotros: persas y medos, escitas, cimerios, eslavos, griegos, latinos, celtas, germanos, etc. En efecto, amigos, todos los pueblos con lenguas de la familia indoeuropea comparten un origen común que podemos rastrear aproximadamente hasta el 3000 a.d.C.
Bien. En algún momento antes de la aparición de la cultura celta entre los indoeuropeos, allá por el 1000 a.d.C., algunos de estos pueblos se asentaron en la península escandinava, donde se mezclaron con la población existente, un pueblo de cazadores primitivo, descendiente de los supervivientes europeos de la última glaciación. El cruce de esta rama es el origen de la mayoría de los gigantescos germanos: de complexión robusta, gran altura y de cabellos rubios.
La aparición de la cultura celta entre los indoeuropeos del centro de Europa sirve de límite cultural entre germanos y los mismos celtas. Aunque con un origen común, y en algunos casos idénticos físicamente (francos y alamanes son germanos de aspecto celta, diferenciados de los germanos de la península escandinava), la diferenciación cultural es clara. Por ejemplo, los germanos no tenían druidas.
También geográficamente, tras el movimiento de los celtas al oeste, los germanos quedaron entre el Rin y el Danubio, ocupando la actual Alemania y Polonia, península escandinava y la de Jutlandia. Entre sus tribus encontramos a los frisios, los queruscos, teutones, gépidos, sajones, vándalos, francos, godos, alamanes y lombardos, y un largo etcétera.
Durante el primer milenio a.d.C., los germanos desarrollaron una estructura tribal que con el tiempo, pasó de depender del ganado a un estado de guerra continua. Un aumento enorme de población inestabilizó los asentamientos de estas tribus, que comenzaron a atacarse unas a otras. Los miembros de las tribus pasaron a ser guerreros en su mayoría, y sus líderes, caudillos elegidos para comandar las incursiones. Cuando un caudillo tenía éxito, conseguía atraer a su bando a otras partidas de guerra, aumentando su poder, y llevando a la creación de grandes tribus, que son las que actualmente conocemos y hemos mencionados, formadas a partir de la absorción de otras menores.
Los movimientos de pueblos germanos hacia y contra el imperio romano comenzaron en el siglo I a.d.C. (ver post de Cayo Mario). Aunque en aquella ocasión fueron vencidos, el flujo de las tribus no cesó en los siglos siguientes. También conocieron así los romanos el modo de lucha germano: miles de guerreros escasamente protegidos con escudos, armados con lanzas cortas en su mayoría, lanzándose temerariamente una y otra vez contra el enemigo, hasta que uno de los dos bandos fuera aniquilado. Los romanos llamaron a esto “Furore Teutonicus”.
Desde el siglo I de nuestra era, el imperio romano trató de establecer una frontera fortificada con los germanos en el Rin y el Danubio. De vez en cuando, los romanos hicieron intentonas para conquistar Germania, pero siempre fueron repelidos.
A mediados del siglo II comenzaron las guerras llamadas Marcomanas. La presión poblacional de los germanos impelió a sus líderes a atravesar las fronteras: los godos avanzaron hacia el sudeste (hacia Rusia); los gépidos, hacia los cárpatos y los vándalos, hacia la Dacia, donde contactaron con las tribus sármatas. Los germanos atravesaron las defensas del Danubio, y llegaron incluso a atacar Grecia. Marco Aurelio consiguió expulsar a los invasores y firmar acuerdos con algunas tribus, pero el esfuerzo realizado por el imperio fue demasiado alto. Perdieron muchos recursos y soldados profesionales. Y además, tuvieron que buscar más soldados para mantener las fronteras con los germanos. Aquí es donde empiezan a asentarse germanos contratados por los romanos para luchar contra otras tribus. Estos “federados” mantuvieron sus líderes y su estructura tribal. Es decir, estos pueblos no fueron absorbidos ni romanizados del todo. Esto tendrá un efecto importante en su comportamiento cuando sus “protectores” romanos mostraran síntomas de descomposición de su imperio. Así, una numerosa población entró en contacto con el sofisticado y avanzado mundo romano.
Desde el siglo III, Roma comienza a ceder terreno. Las grandes confederaciones de tribus de los francos y los alamanes entran en la Galia. Suevos, vándalos y alanos llegan hasta la península ibérica y el norte de África. Los godos se expandieron hacia los Balcanes y hacia el Mar Negro y Anatolia. En esta época contactaron también con los sármatas, de los que aprendieron el arte de la guerra ecuestre y el uso del kontos. Hacia el este penetraron en las estepas asiáticas, hasta que se toparon con un pueblo nómada que causaría estragos en Europa: los hunos, que más tarde empujarían a sármatas, godos y alanos hacia el oeste, penetrando en el imperio romano. Pero todo a su tiempo.
La caída del imperio romano se debió a una larguísima crisis, en el que las tribus germanas tuvieron un papel más, aunque no fueron la única causa. Pero sí estaban allí para aprovechar la debilidad de Roma. Y sin duda, uno de los factores que también influyeron fue la llegada de Atila y sus hunos, en el siglo V de nuestra era (tema de mi próximo artículo). Hay que tener en cuenta que la caída de Roma se produjo gradualmente. Conforme iban cediendo terreno, los germanos se iban apoderando del control de los territorios. No obstante, entre ellos, y hasta la caída final de la ciudad, Roma tenía cierto prestigio, y políticamente era un modelo. Además, la sucesiva cristianización de los germanos sirvió para que la Iglesa, una vez caída Roma, se apoyara en los nuevos poderes, los reyes germanos, para subsistir. Nos centraremos ahora en las principales tribus, que dieron origen a la Europa que conocemos.
Los francos habían invadido la Galia ya en el siglo III, aprovechando el vacío en las fronteras del imperio. Los romanos pactaron con ellos para que se asentaran en Toxandría (actualmente el sur de Holanda, creo). Allí se romanizaron, convirtiéndose en un pueblo sedentario, aunque no dejaban escapar una buena oportunidad para el pillaje. Fueron expandiéndose hacia el sur a lo largo del siglo IV y V, adquiriendo tierras bajo su dominio ante un cada vez más impotente ejército romano. Poco a poco, fueron siendo aceptados a regañadientes por los centros de poder locales. Por aquella época, los francos seguían siendo paganos, mientras que el cristianismo estaba a punto de ser la religión oficial del imperio.
De entre ellos, el fundador de la primera dinastía de reyes francos fue Meroveo, que iniciaría el dominio de los merovingios. Cuando él llegó a gobernar las tierras, los francos eran lo bastante poderosos como para que el último gran general romano, Flavio Aecio, les pidiera ayuda para luchar contra Atila en la batalla de los Campos Catalaúnicos (mi próximo “Grandes batallas”, amigos”).
Tras la caída de Roma, los francos siguieron avanzando hacia el sur, hasta que chocaron con los visigodos. Entre el reino visigodo y el franco se establecieron numerosas relaciones comerciales, aunque también hubo muchas luchas fronterizas.
La dinastía merovingia se extinguió a finales del siglo VIII, cuando los carolingios, con el beneplácito del Papa de Roma, tomaron el poder. Su segundo rey sería Carlomagno. Obviamente, los francos de esta época ya no son la tribu germana invasora, y el reinado de los carolingios se tratará con detalle en artículos posteriores. La semilla de la actual Francia ya había sido plantada.
Los godos, que desde que Roma abandonara la Dacia en el siglo III, se habían asentado en paz y se habían convertido al cristianismo, se dividieron en dos ramas: los ostrogodos continuaron su marcha hacia el este hasta que se encontraron con los hunos. Los visigodos, por el contrario, marcharon hacia el oeste a comienzos del siglo V. Saquearon roma en el 409 y siguieron hacia el sur de Francia y la península ibérica, estableciendo su propio reino (nuestros reyes godos). No hay que decir que las relaciones entre la frontera sur de los francos y la norte de los visigodos fue motivo de numerosas luchas. También lucharon con los suevos, asentados el siglo anterior en Gallaecia (Galicia).
Los visigodos establecieron la corte en Toledo, y el rey Recaredo se convirtió al catolicismo (hasta entonces practicaban una herejía llamada arrianismo). El reino de Toledo es el origen de la actual España. Por primera vez, toda la península está bajo el control de un rey, y será un conde visigodo, Pelayo, el que inicie la reconquista de la península ante el poder musulmán.
En el 710, los musulmanes entran en la península desde Ceuta, cruzando el Estrecho. Tarif (que daría nombre a Tarifa) y Tariq (que daría nombre a Gibraltar, o Gib-al-Tarik) fueron sus principales líderes. Tariq venció en la batalla del Guadalete a Rodrigo en el 711. En el 716, los musulmanes llegaban hasta la antigua Narbonensis, en el sur de Francia, donde fueron finalmente repelidos, pero el reino visigodo desapareció casi por completo (sólo quedó por conquistar la cornisa norte de la península). Durante 700 años, la Hispania romano-visigótica sería musulmana.
Los lombardos eran otra gran confederación que desde el siglo IV habitó la Panonia romana (la actual Hungría). Tras la desaparición del imperio romano de occidente, Justiniano, emperador del imperio romano de Oriente, o Bizantino, pactó para que defendieran la frontera norte de Italia.
En el 568, empujados por los ávaros, los lombardos entraron en el norte de Italia, guiados por Alboino. Rápidamente conquistaron Venecia, Ligura y todo el próspero norte de Italia. Las luchas entre las familias gobernantes provocaron que el territorio se dividiera, ante la falta de un lider fuerte, en 36 ducados, que desde ese momento, se dedicarían a luchar entre sí, aunque también se aliaron, mediante una monarquía electiva, contra el poder del imperio bizantino, que como superviviente del imperio romano, pretendía mantener el control sobre la península itálica.
A principios del siglo VIII, el emperador bizantino León III inició la corriente cristiana de los iconoclastas, que pretendía destruir todas las imágenes religiosas. Gregorio III, el Papa de Roma, se vio en gran apuro, y en ese momento, los lombardos aprovecharon para tomar muchas ciudades en manos bizantinas, con el pretexto de ayudar al Papa. Sin embargo, no tardarían en revelar su intención de adquirir más poder.
Finalmente, el reino lombardo perdería su independencia ante la intromisión de los francos, tanto de Pepino el Breve como de su hijo Carlomagno. La iglesia romana, que se quedaba sin amigos, viendo que no podía defenderse de la presión lombarda con las fuerzas del imperio bizantino, pactó con los francos para que controlaran a los belicosos lombardos. Tras cuatro campañas, Pipino los hizo retroceder hasta Ravena. Sin embargo, se las apañó para que la Iglesia y los lombardos llegaran a una precaria paz. La gratitud de la Iglesia para con los francos se plasmaría en la coronación de Carlomagno como emperador, en la primera noche del siglo IX de nuestra era. Carlomagno fue nombrado como rey de Lombardía en el 774.
Los reinos germanos inician el feudalismo en Europa. Hay que tener en cuenta que la población romana no desapareció. Los germanos, por el contrario, ocuparon el nicho de poder que el imperio romano de occidente dejó libre al ir retrocediendo. Tratando de imitar la gloria y el modelo de estado de Roma, los reyes germanos quisieron legitimar sus monarquías mediante códigos legales. Leyes que favorecieron a su vez el feudalismo, El modelo feudal responde a una necesidad de ocupar y controlar nuevos territorio, que aumentaban rápidamente. La estructura de poder territorial ya existía con los romanos (que designaban sus “comes” o “dux”, etc.) Conforme los germanos iban adquiriendo territorio, aprovechaban esta estructura. También el territorio se iba dividiendo para que fuera administrado entre los hijos de los reyes y sus principales generales. Los nobles germanos tomaron así los cargos bautizados por el imperio romano, en un intento de asemejarse al poder que acababan de aplastar.
Los germanos se reconocían a sí mismos como una clase distinta a la del resto del pueblo. Frecuentemente tenían leyes distintas para ellos y para el pueblo bajo su dominio, y a veces, tenían leyes que impedían el matrimonio fuera de las tribus germanas.
Por supuesto, la organización de los estados se redujo al mínimo. La población se ruralizó, pues las ciudades necesitaban cierta infraestructura y tecnología que los gobernantes germanos no llegaron a controlar. Las escuelas fueron desapareciendo, y la cultura quedó relegada a los monasterios e iglesias y a la corte. Comenzaba a sí la Alta Edad Media, un periodo que en Europa fue de claro retroceso cultural. No así en Oriente, donde sobrevivió el imperio bizantino, y donde se alzaba el Islam, que conservó y expandió muchas grandezas del mundo clásico y helenístico de Oriente.
En DBA, los germanos tienen una nutrida representación. Para empezar, la primera lista de germanos es la II 47, germanos tempranos. Esta lista engloba a los germanos que lucharon contra Mario en el siglo I a.d.C. Sus tropas se componen básicamente de infantería armada con lanzas y escudos y con muy pocas armaduras. Son peanas de Wb, que representan su feroz estilo de lucha, cargando hasta la muerte. Luego hay alguna peana de Ps y una Cv de nobles, pero predomina básicamente la infantería.
La siguiente es la II/65, visigodos tempranos. En ella encontramos básicamente los mismos componentes: alta agresividad, mayoría abrumadora de Wb y algún Ps. Pero en los visigodos ya aparecen las primeras peanas de Kn. Los visigodos aprendieron la lucha a caballo como táctica de choque de los sármatas, y son tropas muy parecidas a los catafractos sármatas o alanos. También hay LH, posiblemente tropas de las llanuras aliadas con los visigodos.
Al lado encontramos la lista II/66, vándalos tempranos, con los mismos ingredientes. Ingentes cantidades de Wb, y algún que otro Kn, LH o Ps despistado.
La II/67 representa a los ostrogodos. Esta lista ya es bastante distinta. Los ostrogodos permanecieron mucho tiempo conviviendo con los sármatas en las estepas de Europa y Asia. Aquí vemos que la mitad del ejército está formado por caballeros del tipo catafracto sármata. La imagen del guerrero mítico para los germanos comienza a asociarse al caballero, al guerrero montado y armado con lanza. Todos los guerreros más ricos luchan de este modo. Luego hay algunas peanas de Wb, que representan a la masa de guerreros a pie, no predominante sobre los caballeros.
También está la II/70, burgundios, con predominio de la infantería Wb.
Otra lista germana de las llanuras es la de los gépidos, II/71. Los gépidos habitaron territorios de las llanuras y luchaban como los ostrogodos, al modo sármata, combinado con la mitad del ejército de infantería Wb.
Así llegamos a las II/72, Francos tempranos y Alamanes, y la II/73, sajones antiguos. Estas listas representan las primeras invasiones de estos pueblos a territorio romano. Al proceder de Germania, sin haber habitado en las llanuras, estos germanos luchan con Wb básicamente.
La lista II/82, visigodos tardíos, representa al reino visigodo de Hispania y sur de Francia. Una cuarta parte del ejército es montadas, aunque sólo la peana del general es Kn. El resto es Cv o LH. La infantería muestra cuatro peanas de Wb, y luego aparecen Ps y Bw.
En la lista II/83 de romanos patricios, tienen una presencia testimonial, como las Wb de estos ejércitos romanos.
En la lista II/84 se presentan a los vándalos tardíos. Los vándalos, que adoptaron la caballería tipo catafracto sármata, recorrieron Europa, cruzaron la península y llegaron hasta el norte de África, donde se adueñaron del territorio romano de África, y fundaron su propio reino. Todas sus tropas son Kn.
Ya en el libro III, las listas germanas son bastante distintas. Representan la Alta Edad Media, donde el feudalismo comienza a desarrollarse. Por lo tanto, la figura del caballero es la que empieza a dominar en los ejércitos. Además, los caballeros se hacen acompañar con levas locales, mal armadas con armas tradicionales y baratas: lanzas y arcos. Dentro de este conjunto, encontramos las listas II/2, Lombardos Tempranos; III/3, Ostrogodos italianos; III/5, francos medios, que representan a los ejércitos merovingios; III/21, lombardos italianos y la lista III/28, francos carolingios, la última del periodo que he tratado en este artículo, y que con su combinación de Kn, y Sp, y guiados por Carlomagno, unificaría gran parte de la actual Europa, siendo el origen de muchos estados modernos. Pero eso es otra historia.
Casi todas las marcas tienen germanos: Essex, Old Glory, Chariot… Sin embargo, no tienen Xyston ni Corvus, lamentablemente. A mí me gustan las de Essex.
Las invasiones germanas.
jueves, 24 de enero de 2008
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