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Riothamus: ramificaciones del mito artúrico

martes, 16 de junio de 2009

Otoño de 456 AD, cerca de la actual St. Malo, Francia.
Una incesante llovizna ha estado cayendo durante los últimos días y una espesa niebla cubre, como un fantasmal manto, toda la región. Ebermund había dispuesto a sus hombres abrigados junto a la base de una loma. El misterioso círculo de piedras que coronaba la colina ponía nerviosos a los guerreros godos pero, al menos, a su resguardo habían podido encender un precario fuego con el que calentar sus huesos, entumecidos después de más de una semana de este horrible clima.


Hacía poco más de un mes Ebermund había aceptado dirigir la pequeña partida de guerra con la esperanza de conseguir botín y cierto renombre ante sus superiores, pero los resultados no podían ser más desalentadores: apenas un puñado de aldeas miserables y el rumor de Riothamus corriendo de boca en boca entre sus hombres. Riothamus, ese dichoso caudillo britano cuyo nombre era musitado como una oración por los habitantes del norte de la Galia y susurrado con terror por los godos. Un fantasma desdibujado pero ominoso, como unas hinchadas nubes negras que con precariedad contienen el poder de una tormenta.

Apenas empezaba a despuntar el alba cuando el grito de Fredegar, que esa noche hacía la última guardia, despertó a los incursores godos: ¡Britanos, britanos! Ebermund se puso en pie como un resorte, incapaz aun de decidir si estaba despierto o seguía atrapado por el intranquilo duermevela plagado de espectros y enemigos inalcanzables. Buscó con el tacto la espada que descansaba juto a él mientras seguía con su mirada el dedo de Fredegar. Allí arriba, en lo alto de la colina, como un sueño del pasado, aparecía un jinete entre las grandes piedras grises. Piedras grises, niebla gris, ropajes grises... y un draco rojo, agitándose y gimiendo al viento.
Surgiendo de entre la bruma fueron materializándose nuevos jinetes sobre caballos acorazados, con largas lanzas que descansaban sobre sus hombros y que debían empuñar con ambas manos. ¡Arriba idiotas! ¡Formad, formad! - ordenó Ebermund. Sus hombres obedecieron apresuradamente -lamentándose aquellos que habían decidido despojarse de sus cotas de malla para dormir-, tomando sus lanzas y embrazando los escudos con tanta celeridad como les fue posible.
Apenas habían podido conformar una improvisada línea de batalla cuando el grupo de Tharasmund, en la retaguardia, se puso a gritar presa del pánico. Ebermund apartó a empellones a los hombres que estaban a su alrededor y entrecerró los ojos intentando discernir que era lo que estaba sucediendo.
Allí estaba, surgiendo del bosque sobre un impresionante caballo protegido por una pesada barda completa. No podía ser otro. Era un hombre robusto, de cabello castaño y una cuidada barba. Protegía su cuerpo con una elaborada armadura de placas y cota de malla, lucía un impresionante yelmo con incrustaciones y una cimera roja caía sobre sus hombros. Una de sus manos sujetaba una larguísima lanza que apoyaba sobre su hombro, mientras en su antebrazo izquierdo portaba un pequeño escudo blanco con un dragón rampante rojo.
Sonó un cuerno como un sobrecogedor gemido y los caballos comenzaron a moverse. Al paso primero. Al trote un pestañeo después. Y pronto en una carga salvaje que hacía atronar el suelo y saltar por los aires pedazos de tierra húmeda. Los britanos bajaron sus lanzas sujetándolas con ambas manos y gritaron al unísono como el rugir de un millar de dragones.


Riothamus es un personaje de leyenda casi desconocido, uno más de esos héroes anónimos de la apenas esbozada Edad Oscura, pero que jugó un importante papel en la creación de uno de los mitos que ha pervivido hasta nuestros días, y ¿no es la memoria una forma de inmortalidad?
Conocemos dos documentos en los que se menciona a Riothamus: las crónicas góticas de Jordanes y una carta que le envía Sidonius Apollinaris, obispo de Clermont Ferrand.
La carta de Sidonius pide explicaciones a Riothamus por unos esclavos que los britanos han liberado. En esa época Armórica estaba actuando como un foco de atracción para un amplio grupo de seres humanos; desde colonos britanos, hasta esclavos y hombres ligados a la tierra que aprovechaban la debilidad del Imperio Romano para escapar de sus amos y de la amenaza de los godos.
En su trabajo sobre los godos Jordanes describe a Riothamus como un poderoso caudillo de los britanos, tanto isleños como aquellos que se habían asentado al otro lado del canal, en la región de la Armórica que hoy conocemos como Bretaña Francesa.

Riothamus parece ser una latinización del britónico Rigotamos, que podríamos traducir como "rey de la mayoría" o "rey supremo" (encontramos la misma raíz que rex, -rix o righ).
Sería demasiado aventurar que Riothamus reinase sobre toda Britania, pero parece que por aquella época los reinos de Kernow y Dumnonia podían estar unificados y que las gentes de Benoic guardaban cierta relación con sus "polis" de origen como clientes.
Nuestro protagonista parecía ser un importante personaje dentro del complejo esquema de reyezuelos y caudillos que se repartían la isla de Britania tras la apresurada partida de las legiones romanas. Y debía destacar especialmente entre ellos porque el mismo emperador Procopio Antemio solicita a Riothamus ayuda contra los godos que asolaban la Galia y este acude a su llamada con la nada despreciable cantidad de 12.000 hombres.

Esta gran aventura continental de Riothamus no llega a buen término, ya que Eurico, rey de los visigodos, intercepta al caudillo britano antes de que sus fuerzas puedan unirse a los romanos y sus otros aliados: francos y burgundios. Aquí hay mucho espacio para la especulación, ya que algunos autores afirman que Riothamus pudo haber sido traicionado, puesto que alguien debería haber informado a Eurico del desembarco de los britanos. Un candidato para encarnar a este villano parece ser Arvandus, un siniestro personaje amigo de Sidonius Apollinaris y prefecto del pretorio en la Galia. Otras fuentes identifican a este tal Arvandus como sobrino de Riothamus. Ambas teorías no tendrían por qué ser incompatibles.
En cualquier caso los hechos parece haber coincidido con la muerte de Antemio y la subida al trono imperial de Anicio Olibrio, que sufrió un agitado reinado.
La batalla entre Eurico y Riothamus debió ser realmente sangrienta y finalmente el rey britano fue derrotado, huyendo con un puñado de supervivientes a una ciudad de la Galia burgundia llamada -¡atención!- Avallon.
Tras imponerse a las tropas isleñas Eurico derrotó a los romanos, haciéndose con el control de la ciudad de Arverna y el resto de territorios galos que aun estaban bajo el control imperial.

Parece ser que, antes de que estos hechos tuvieran lugar, Riothamus ya había participado en varias campañas en Armórica protegiendo a sus súbditos bretones, mientras mantenía una guerra constante contra la presión de los sajones en la propia Britania (en este punto no sería descabellado imaginar que fueran los sajones quienes advirtieran a los visigodos de la maniobra de su enemigo común). Esto viene a destacar la importancia militar del líder britano, capaz de desplazar una gran fuerza al continente cuando en casa debía permanecer en un continuo estado de guerra con los sajones, atento ante las correrías de los incursores irlandeses y vigilante ante la velada amenaza del resto de reinos britanos, como Gwent y Powys, envueltos en las habituales rencillas de los caudillos isleños.

Otra fuente, sin duda fascinante, es la lista de reyes de Dumnonia, donde un tal Riotham aparece mencionado como hijo del rey Deroch I o tal vez Deroch II. La confusión parece deberse a un constante estado de conspiraciones y a errores en la redacción del documento, ya que una sub-fuente principal es una serie de biografías de santos. En cualquier caso parece razonable pensar que este Riotham ap Derech fuese una contracción de Riothamus... especialmente conociendo la biografía del personaje. Al parecer, este tal Riotham fue desterrado de Dumnonia por un usurpador tras la muerte de su padre. Riotham buscaría refugio en Benoic, donde haría fortuna y aliados, y desde donde regresaría a su patria para enfrentarse y matar al usurpador (¿tal vez su propio hermano Riwal Deroc ap Derech?).


Después de conocer estos datos sobre la biografía de Riothamus es lógico que el lector relacione en mayor o menor medida sus aventuras y batallas con Arturo. No sería el primero; varios autores defienden esta hipótesis. Si aceptamos que Riothamus es un título podríamos intentar poner un nombre propio al personaje... tal vez Ambrosius Aurelianus, a quien muchos identefican con el propio Arturo
Por otra parte la fuerza militar del personaje y sus aventuras a uno y otro lado del canal parecen ser un reflejo (o un calco) de Arturo, que también sería rey de Dumnonia y pasaría parte de su juventud en Benoic.
El odio de la Iglesia también parece ser común. Arturo -menospreciado por Gildas- pudo haberse servido de expolios en iglesias para sufragar sus campañas, mientras Riothamus se ganó la animadversión de Sidonius Apollinaris liberando siervos y esclavos propiedad del propio obispo o de sus clientes. También es sugerente pensar que ambos personajes, educados siguiendo la tradición militar romana, podrían ser practicantes del mitraísmo, uno de los más sólidos oponentes del cristianismo y que arraigó con fuerza entre los soldados romanos. También podrían haber sido bastante permisivos con los fieles paganos; en Britania la Iglesia aun se esforzaba por aplastar la última resistencia pagana tanto de los seguidores de la tradición celta original y la romana, así como fieles de cultos orientales, como Ísis o el propio Mitra.
La traición también forma una parte importante en la historia de ambos personajes; Mordred y Arvandus, hijo y sobrino, precipitaron la caída de los héroes.
Finalmente el traslado a Aval(l)on parece la coincidencia mas llamativa. Ambos viajan a tal lugar aun con vida y las andanzas de los dos parecen desvanecerse en ese punto.


Riothamus en DBA
Si queremos ponernos en la piel del caudillo britano en DBA no tendremos que pensarlo demasiado, nuestra lista es II/81. Sub-Roman British. Concretamente la sublista c), donde el general Kn nos permitirá representar una cierta épica.
Nuestros enemigos serán sajones, irlandeses y visigodos, o tal vez otros reinos britanos. Incluso pictos, si queremos representar campañas norteñas.
Muchas marcas fabrican miniaturas apropiadas de la Edad Oscura, entre ellas cabría destacar Essex, ATF y Old Glory.

Grandes Batallas IV: Stamford Bridge, 1066.

jueves, 31 de enero de 2008

Nuestro nuevo colaborador, Dr. Stuka, nos trae esta semana un precioso artículo sobre la última batalla de los vikingos. Disfrutadlo.


Stamford Bridge: antecedentes históricos.

Septiembre de 1066. Los ingleses no lo sabían pero en menos de dos meses su historia daría un vuelco tan radical como decisivo. En tres batallas decisivas se decidió el destino de las Islas: Fulford Gate (20 de Septiembre), Stamford Bridge (25 de Septiembre) y Hastings (14 de Octubre).Es obvio que la que mayor importancia histórica tuvo fue Hastings. Pero la batalla más épica, la que resume un modo de entender la guerra y la vida, la que cierra la Edad Oscura en las Islas Británicas (quizás para abrir otra aun más oscura) fue Stamford Bridge.Lo que aquella mañana sucedió comenzó en enero, cuando Eduardo el Confesor murió en olor de santidad. Santo si, pero dejando una herencia de sangre y destrucción. Habiendo hecho voto de castidad, Eduardo solo tenía un heredero: su sobrino Eduardo el Exiliado, que haciendo honor a su nombre, vivió toda su vida en Hungría. Volvió justo a tiempo para morir y dejar sin heredero el trono. Muerto Eduardo el Confesor, una pléyade de aspirantes a su trono comenzaron a jugar sus cartas. Desde luego, era Edgar Aetheling (el hijo de Eduardo el Exiliado) quien tenía más derecho a tal reclamación. Derecho de sangre, más no de armas. Un chico de 14 años, rodeado de ambiciosos Godwins, no era adversario digno. Optó por la discreción y logró vivir para participar en la primera cruzada y llegar hasta los 70 años, un logro digno de reseñarse en aquellos oscuros tiempos.Harold Godwinson , conde de Wessex era el dueño de facto del reino. El y sus hermanos se repartían los distintos territorios y prebendas del reino. Eduardo le nombró, en su lecho de muerte rey. Algo que, de facto, ya era. Entre el resto de los candidatos, Guillermo de Normandía, (aun no el Conquistador) alegaba un derecho aun más tenue que los hijos de Godwin: según el Eduardo le había prometido la corona inglesa cuando muriese durante un viaje de Guillermo a Inglaterra.Si todos los Godwinson se hubieran mantenido unidos, quizás la candidatura del normando no hubiera prosperado. Pero Tostig, duque de Northumbria, aspiraba tambien al trono. Jefe de las tropas de Eduardo, creía que de haber estado junto al lecho del rey, él hubiera sido el elegido. Depuesto por Harald, buscó refugio en la corte de los dos pretendientes restantes. Su trato, servirles en la conquista de Inglaterra a cambio de sus tierras en Northumbria y nuevos territorios. Quizás tramaba algo más, nunca lo sabremos Svein de Dinamarca declinó la oferta, no queía verse envuelto en los asuntos ingleses. Posteriormente cambiaría de idea se enfrentaría a Guillermo y sería derrotado. Así que Tostig viajó a Noruega a entrevistarse con Harald Harald Sigurdsson, llamado Hadrada, rey vikingo de Noruega. El último de ellos. Pendenciero, Luchador. Pirata. Honorable. Vengativo. Mentiroso. Noble. Capaz de lo mejor y lo peor. Un elegido de Odín, pese a ser hermano de San Olaf. Su vida había sido una aventura constante. Y ahora se iba embarcar en la definitiva.Su ejercito lo componían unos 9000 hombres, incluyendo sus housecarls y thengs reunidos apresuradamente y embarcados en 300 naves. Su objetivo era desembarcar en las tierras de Tostig y sublevarlas contra Harold. Llegaron a Riccall, en la desembocadura del Derwent y su tarjeta de visita fue incendiar y saquear Scarborough. Su siguiente objetivo: YorkEdwin y Morcar, hermanos del rey, dispusieron una primera defensa del reino, interceptando a los nórdicos en Fulford Gate, una buena posición defensiva que compensaba en parte la abrumadora ventaja en número de los noruegos. Pero Morcar cometió en error de atacar, presionando a la primera linea noruega hacia un terreno pantanoso. Era lo que esperaba Hadrada, que había reservado sus mejores tropas para ese momento. El contrataque fue brutal, la batalla un baño de sangre y el camino hacia Jorvik (el nombre de York para los nórdicos) libre. La ciudad abrió sus puertas y Harald Sirgusson fue proclamado rey de Inglaterra. Su reino duraría 3 días más y apenas abarcaría unas millas en torno a York.


La Batalla

El 25 de septiembre encontramos a Harald y Tostig en marcha. Sabían que Harold se dirigía al norte con un ejercito considerable, pero esperaba que tardase aun más tiempo en alcanzar el norte. Tiempo suficiente para someter aquella región y que Tostig reclutase tropas sajonas. Desde York habían bajado a orillas del Derwent hacia su flota. Dejaron parte de su ejército con los barcos y el resto ( su estimación varía mucho según las fuentes, unos 7000 hombres) se dirige al puente de Stamford, donde la ciudad de York debe hacer entrega de 100 rehenes como garantía de sus sometimiento.Aquél lunes era un día inusualmente caluroso. Muchos vikingos dejaron sus cotas de malla en los barcos. Los vikingos y los mercenarios de flamencos de Tostig acampan, están de buen humor y relajados. De pronto se descubre una enorme nube de polvo en el horizonte, que anuncia la marcha de un ejercito importante en las cercanías. ¿Serán los aliados de Tostig?. No, es Harold Godwinson, que ha logrado la proeza de recorrer 180 millas en solo 4 días. Ha logrado reunir un ejercito de unos 8000 hombres.Hadrada no pierde el tiempo. Envía una fuerza al otro lado del río para impedir el cruce del puente y de un vado cercano mientras el organiza la defensa. Hay un consejo de guerra, en el que Tostig opina que deben retirarse a los barcos para recoger su equipo y reforzarse (o embarcar si es necesario). Harald opina que deben resistir y mandar mensajeros a Riccall para que el resto de sus hombres llegue a Stamford . su llegada por sorpresa derrotará a los sajones. Y el consejo del rey se impone.Mientras monta en su enorme caballo negro este se encabrita y Hadrada cae. Un mal augurio piensan su hombres. Consciente de ello, Harald rie y dice: “Una caida es suerte para el viajero”. Manda alzar su estandarte Landeythan, el Asolador del pais, donde el cuervo, símbolo de Odín, ondea. Harald lo ha declarado su bien más preciado. Dice que tiene el poder de dar la victoria a quien lo posea si no cae. El noruego porta su cota de malla, llamada Emma, que es tan fuerte que nunca ha sido partida.Mientras llega del campo sajón una embajada. Un jinete se adelanta y pregunta por Tostig. Le ofrece recuperar Northumbria y sus privilegios. Cuando pregunta Tostig que ofrecen al rey noruego, recibe la famosa respuesta:“-Seis pies de tierra inglesa para ser enterrado, quizás un poco más pues se dice que es mas alto que el común de la gente”.La respuesta de Tostig no es tan famosa pero es no menos épica.“-Decid al rey Harold que se prepare para la batalla, pues ningún nórdico dirá con razón que Tostig dejó al rey Harald Sigursson para pasarse al enemigo. Tomamos la resolución de morir con honor o ganar Inglaterra”.La embajada se retira. Cuenta el poeta que Hadrada preguntó a su aliado:“-¿Quien es ese que ha hablado tan bien?”“-Era el rey Harold Godwinson”Harald organiza a su gente en una muralla de escudos circular, con su sequito en el centro, en torno al Asolador. Tostig se dispone cerca de él. Mientras la fuerza avanzada ha caido. Un solo hombre sin armadura (tal vez un berserk), detiene él solo en el puente al ejercito sajón durante mucho tiempo, hasta que le clavan una lanza desde abajo. El vado también ha sido tomado.Los sajones forman una muralla de escudos, asaetean a los nórdicos e inician el ataque frontal. Pero un ejercito que ha recorrido tamaña distancia en tan poco tiempo tiene un límite. Tras horas de batalla, no han conseguido romper la formación vikinga y los asaltos se hacen cada vez más débiles. Harald Hadrada percibe esto y se precipita. No esperará a los refuerzos, iniciará el mismo el contraataque. Al fin y al cabo no había llegado a ser rey siendo tímido. El poeta Snorri Sturlason pone esta canción en su boca:“Avanzad, avanzad.Sin cascos sin cota de malla.Pero con el canto de las espadas, con el corazón en nuestras filasQue nunca conocieron el miedo”Los sorprendidos sajones flaquean, comienzan a retroceder. Harald avanza en primera fila con sus hombres, Landeythan ondea junto a él. En plena cólera guerrera, nadie es capaz de detenerle. Parece que una vez más se saldrá con la suya. Pero una flecha sajona le atraviesa la garganta y cae muerto.Ahora son los nórdicos los que vacilan y Godwinson ordena rodear los flancos del enemigo. Solo cuando Tostig recoge Landeythan se reorganizan los noruegos. Muchos, sin embargo han caído. Ambos ejércitos se dan un respiro nuevo se forman dos murallas de escudos y todo vuelve a empezar. Harold ofrece cuartel, los noruegos lo rechazan.Entonces llegan al fin las tropas de las naves, dirigidas por Eystein Orre. Perefectamente armadas y acorazadas, han hecho la ruta desde Riccall a marchas forzadas. Orre toma el estandarte del cuervo y de nuevo los vikingos parecen caer en una furia ciega. Hacen retroceder a los ingleses, pero pronto cesa el empuje. Los hombres de Orre están tan cansados que apenas se cubren con el escudo, no tienen fuerzas para alzarlo. Los sajones recuperan su empuje, y los nórdicos retroceden. Tostig ha caido, así como Eystein Orre . Solo la noche detiene la matanza. Al amparo de las sombras, los vikingos que quedan en pie se retiran a sus barcos.Al día siguiente Olaf Haraldson pide una tregua. El rey Harold se muestra generoso y permite retirarse a los noruegos, bajo palabra de no volver a atacar Inglaterra. Necesitaron 300 barcos o más para traer sus tropas desde Noruega. Solo 24 naves volvieron.Harold Godwinson cumplió su promesa y cedió siete pies de suelo inglés para enterrar a Hadrada, el último de los vikingos. Pronto tuvo que ponerse en marcha para encontrar su destino en Hastings. Solo le quedaban 19 días de reinado, y de vida. Otra flecha iba a cambiar el rumbo de la historia.


Stamford Bridge en DBA.

Esta batalla se simula de modo bastante fácil, ya que ambos ejercitos son bastante monotemáticos: Blades vikingas contra Spears sajonas. Quizás lo más complicado es el terreno y como han de comportarse frente a el los jugadores, de haré unas sugerencias para aquel que quiera probar algo diferente.El ejercito vikingo es el III/40 en su opción b. Sugiero elegir los arqueros, para representar la importancia del intercambio de flechas en esta batalla. En ninguna fuete se habla de berserks en el campo vikingo, pero es cierto que en la batalla cada vez que se alzaba el estandarte de Odín, los vikingos parecían entrar en ese estado, lo que hace que la opción 3Wb sea razonable. La opción 3Bd serviría para representar a los aventureros unidos a la expedición procedentes de las Islas Orcadas y otros territorios vikingos. No se menciona en ninguna fuente escaramuceadotes, por lo que los he suprimido como opción viable 1/4Bd (Gen), 10x4Bd, 1 x 3Bd o 3Wb o 3BwAl menos 1 placa y un máximo de tres se asignará a la fuerza al otro lado del puente. Dos placas se asignarán a la marcha de flanco de Eyestein Orre, y se empezará a chequear su llegada a partir del tercer turno. Ni la fuerza avanzada ni la marcha de flanco pueden contener el general.El ejercito sajón está representado por la lista III/71. Se usa la lista estandar, aunque yo sugiero que la posibilidad de un elemento 2Ps sea sustituido por uno 3Bw. Siempre he pensado que el factor de los arqueros ha sido muy menospreciado en DBA/DBM en el caso sajón.1x4Bd (Gen), 2x4Bd, 8x4Sp, 1x 2Ps o 4Sp o 3Bw.El terreno es como sigue:

1.- Zona de despliegue de los Sajones.

2.- Fuerza avanzada de los vikingos.

3.- Zona de despliegue de los vikingos. (low hill)

4.- Zona de llegada de la marcha de flanco de Eyestein Orre.

5.- El puente de Stamford. Su ancho es de una sola placa.

6.- El vado es opcional, ya que no todas las fuentes hablan de el.

El río es impasable excepto por el puente y (si se usa) el vado.Algunas sugerencias:

- Para simular esta batalla de modo más realista, sugiero que se utilicen las reglas de dobles, doblando numero de elementos, bajas y dimensiones del tablero. En ese caso la fuerza avanzada será de un mínimo de 2 elementos y un máximo de 6. Las tropas de Eyestein Orre se representarán con tres elementos.De igual modo, en esta opción, dos elementos de Bd pueden ser sustituidos por 4Sp para representar los mercenarios flamencos y los sajones leales a Tostig.

-Como se ha podido ver anteriormente, en esta batalla se luchó hasta el final. Para representar esto solo se alcanzará la victoria cuando uno de los dos ejercitos haya perdido la mitad más uno de sus elementos.

- El cansancio de las tropas de Harold Godwinson se ve compensado por la falta de equipo de los vikingos. Por ello no se sugiere ninguna regla especial para representarlo.- El heroe del puente: si se quiere simular este momento épico del juego, puede optarse por dos soluciones.O bien se asume la opción de 3Wb (berserk) de los vikingos y se coloca en el puente, de modo fijo. O bien se simula mediante una miniatura individual situada en el centro del puente. El jugador sajón que atraviesa el puente tira un dado. Si saca un 6 cruza, si no espera un turno. En el turno siguiente, el resultado para cruzar será de 5+, en el siguiente de 4+,etc.

- En la batalla, los vikingos en ningún caso cruzaron el puente. Esto debe ser respetado por el jugador vikingo.

- El cansancio de las tropas de la marcha de flanco puede representarse haciendo que todas sus acciones tras el primer turno desde que aparezcan cuesten un PIP extra.Espero que el escenario sea de vuestro agrado y os proporcione unas horas de diversión. No he podido probar las reglas adicionales, así que si alguien se decide (o quiere opinar sobre ellas) que recurra al foro de La Armada.

Los normandos

jueves, 3 de enero de 2008

Saludos. Los normandos son la última pieza del puzzle histórico que hemos estado montando con la colaboración de vikingos y sajones y que conforma lo que ahora conocemos como Inglaterra. Pero también los normandos son mucho más. Veremos como este pueblo hizo honor a su arrojada estirpe, acudiendo sin dudar allí donde pudieran encontrarse juntos riquezas, honores y batallas. Sin duda, uno de los pueblos más influyentes de la Historia. A lo largo de dos siglos, no solo influyeron en la creación de los reinos británicos que conocemos ahora, sino que tuvieron una gran influencia en Francia, en Italia, en Sicilia e incluso en Oriente, donde llegaron a fundar el Principado de Antioquia, al norte de Siria, estado tan importante como el reino de Jerusalén, y que estuvo muy implicado en las cruzadas.

A comienzos del siglo X, los francos (ya hablaremos de este pueblo en otro artículo) habían levantado un estado fuerte en la actual Francia. Cien años después de la coronación de Carlomagno, los ataques vikingos a la costa norte de Francia no habían podido ser evitados del todo. En el 911, una partida de guerra vikinga dirigida por Hrolf asoló la desembocadura del Sena y llegó a asediar Chartres, aunque sin éxito. El rey franco, incapaz de expulsarlos, decidió pactar con ellos: les otorgó todas las tierras que actualmente se conocen como Normandía. En tres tratados sucesivos, a lo largo de 20 años, estos vikingos fueron recibiendo un territorio en el que se asentaron y prosperaron, mezclándose con la población local, básicamente galorromanos y un porcentaje minoritario de francos. No cabe duda de que los francos esperaban contar así con ayuda para evitar más incursiones vikingas. Sin embargo, Hrolf fue un paso más allá. En el 912 se bautizó, y adoptó el nombre de Rollo. Los vikingos, como muchos otros grandes pueblos, eran capaces de adaptarse a su nuevo entorno. Reconociendo en los francos cierta “superioridad” cultural, Rollo inició con su pueblo una metamorfosis: adoptaron la lengua franca amalgamada con el danés, así el estilo de vida, las armas y las tácticas de los francos. En treinta años, el pueblo de Hrolf apenas se distinguía de los francos, aunque ellos sí se reconocían como Nord-men, es decir, hombres del norte. Pues eso es lo que significa normando.
La sociedad franca se basaba en el feudalismo, sistema social que adoptaron los normandos. Además, la independencia de su territorio se plasmó en su constitución como ducado. Nació así la figura del duque de Normandía.

EL DUCADO E INGLATERRA
Las tierras de Normandía fueron estructuradas según el modelo feudal que ya habían desarrollado los francos en el resto de la actual Francia. La figura del rey (o el duque en el caso normando), estaba apoyada por un conjunto de nobles terratenientes, atados por votos de lealtad al duque. Los nobles, además, tenían a su cargo el territorio y sus habitantes, y proporcionaba protección a sus habitantes, mientras estos pagaban tributos a sus nobles, recurso con el cual los nobles se costeaban el costoso equipo militar.
Hay un hecho diferencial en Normandía. En el resto de Europa, el modelo feudal desembocó en una pérdida de poder de los reyes. Sin embargo, en Normandía, el feudalismo proporcionó a los duques un formidable poder militar. La unión de intereses entre el duque y los nobles, y las políticas agresivas de los duques que se plasmaban en nuevas tierras con que recompensar a sus nobles, hicieron que este modelo funcionara excepcionalmente bien. Normandía era próspera, y su población aumentaba muy rápidamente. Al ser fundada, la tierra era pobre, pero apenas 100 años después, Normandía proporcionaba generaciones de excelentes guerreros que sirvieron en muchos lugares del mundo. Incluso llegaron a vencen a los propios francos, en menos de un siglo después de la fundación de Normandía, en su intento por destruir al ducado, que crecía en poder muy rápidamente.
La Iglesia de Roma, que tras la conversión de Rollo, se implicó en la estructuración del territorio, expandiendo el cristianismo, pronto encontró en el poder militar normando y su prosperidad económica un gran aliado. Muchos normandos acabaron en importantes puestos eclesiásticos, y los nobles normandos también ayudaron a fundar numerosos monasterios en sus tierras.
En poco tiempo, las incursiones vikingas a lo largo del Canal de la Mancha fueron controladas. El reino de Inglaterra encontró también colaboración en los duques de Normandía para detener a estos incursotes daneses y noruegos. Los contactos se intensificaron, y llegó a haber alianzas matrimoniales entre los reyes sajones de la casa de Wessex y los duques de Normandía. En el siglo XI, los normandos apoyaron abiertamente a Eduardo el Confesor en su ascenso al trono de Inglaterra, en perjuicio de Knut de Dinamarca. Eduardo, de la casa de Wessex, incluso pasó un tiempo exiliado en Normandía. Cuando fue rey, su política hacia Normandía fue siempre amistosa.

Si recordamos del artículo de los sajones, a la muerte de Eduardo, sus lazos familiares con Guillermo, duque de Normandía, sirvieron a éste para reclamar el trono. Harold Godwinson fue coronado rey de Inglaterra, y Harald Hadrada también reclamó la corona desde Noruega. Godwinson venció a los vikingos de Harald en Stamford Bridge, pero Guillermo tampoco había estado ocioso. Organizó un ejército para reclamar su corona. En total, reunió 7000 guerreros. No todos eran normandos. También había mercenarios francos y de otros lugares de Europa. Guillermo prometió tierras en recompensa a los que le ayudaran. El resto es historia. Cruzó en Canal y venció a Godwinson en la batalla de Hastings, en 1066. Comenzaba así la dominación normanda, que tuvo numerosas y trascendentales consecuencias en Inglaterra.
En primer lugar, la élite sajona de los húscarls emigró a Noruega, Rusia y muchos llegaron a luchar en la guardia varenga. Incluso fundaron un reino en el Mar Negro, llamado Nova-Anglia, de corta existencia. La marcha de la élite sajona fue seguida por un reparto feudal de las tierras entre los nobles normandos que habían ayudado a Guillermo. Los sajones pronto vieron como la tierra era repartida y asignada a unos conquistadores, que, además, tenían un carácter fuertemente absentista, y que cuando visitaban sus tierras, lo hacían como amos y señores feudales. Guillermo fue lo bastante astuto como para otorgar tierras en diferentes ubicaciones a los nobles. Así, si se rebelaban, sólo podrían defender una porción pequeña de sus posesiones. Los nobles normandos, autorizados por Guillermo, fueron construyendo fortalezas desde la que dominaban el territorio. Así estructuraron en reino en “shires”, o comarcas, organizando las divisiones territoriales que se conocen actualmente en Inglaterra.

El idioma también cambió. El antiguo inglés de los reinos sajones fue desapareciendo, amalgamado con el la lengua franco-danesa de los normandos. Esto explica por qué hay tantas palabras comunes en inglés y francés, por ejemplo. Como frikidato, os diré que si queréis escuchar en inglés antiguo, sólo tenéis que ver la versión extendida de Las Dos Torres. El idioma de los rohirrim es en realidad el inglés de los sajones. Es especialmente notable y bello el canto fúnebre de de Eowyn durante el funeral de su primo, el hijo de Theoden.
El impacto cultural de la dominación normanda, que causaba miedo y repulsión entre la mayoría de los sajones, puede verse en numerosas obras literarias: “Ivanhoe”, de Sir Walter Scott, por ejemplo. También hay muchas películas. Os recomiendo, porque a mí me sorprendió, “El Señor de la Guerra”, con Charlton Heston (cada vez que pienso en este hombre no puedo dejar de acordarme de “El Informal”). También encontramos trazas de la organización normanda en otra gran historia clásica como la de Robin Hood. Si recordamos, el malo era el sheriff de Nottingham. Los sheriff fueron cargos creados por los normandos, y representaban los intereses del rey en los territorios de los nobles feudales.
El mismo Tolkien solía decir que la dominación normanda era la principal causa de que no hubiera sobrevivido una mitología auténticamente inglesa. En efecto, mientras que los sajones sí ocuparon realmente el territorio y lo trabajaron, y refundieron distintas tradiciones celtas y romanas, los normandos, escasos en número, sólo ocuparon la clase dominante. Además, territorios como Gales o Escocia, que se habían mantenido apartados de la dominación sajona, también fueron dominados política y/o culturalmente por los normandos.
Guillermo dividió entre sus hijos los dos territorios: Normandía e Inglaterra. Sin embargo, algunos reyes de Inglaterra volverían a unificar el territorio de forma intermitente. Finalmente, en 1204, Normandía cayó por fin en manos francesas, aunque durante la guerra de los 100 años, el territorio volvería a ser dominado por los ingleses.

Los reyes normandos usaron los recursos militares de Inglaterra para sus intereses. Adiestraron tropas sajonas al modo franco normando, e introdujeron el arco largo, que en manos inglesas se transformó en un arma terrible. Pero el intercambio también fue en dirección contraria. Los normandos se reencontraron con las armas y tácticas vikingas de los anglo-daneses del norte de las islas. También, los nobles normandos adoptaron costumbres anglodanesas, como el dejar crecer el cabello y las barbas, en detrimento de ese ridículo corte de pelo en cazoleta típico de los primeros normandos en Inglaterra.

NORMANDOS EN ITALIA.
En el 1009, los lombardos (otro artículo) se rebelaron contra la dominación bizantina de Italia (recordemos que el imperio Bizantino era el Imperio Romano del Este, que sí sobrevivió, al contrario que Roma). Dos años después, mercenarios normandos sin tierra comenzaron a ser contratados para luchar contra los bizantinos. Aunque fueron vencidos en 1016, poco después los bizantinos comenzaron a contratar normandos para mantener su ejército en la península italiana, que por entonces era una “thema” o provincia del imperio bizantino. Las intentonas lombardas continuaron, y frecuentemente luchaban normandos en ambos bandos. Finalmente, Sergio IV de Nápoles, se proclamó rey en 1029 con ayuda normanda, y otorgó tierras en la frontera sur de su reino (el sur de Italia, desde Capua, seguía perteneciendo a Bizancio) a los líderes normandos que le habían ayudado. En 1040, los normandos contratados por Bizancio se rebelaron contra sus pagadores, y así colaboraron con la extensión del poder normando hacia el sur de Italia. Finalmente, los normandos reclaramon Apulia, Calabria y las islas del sur (Sicilia, Bari, Corfú, etc.) como propias, y dividieron el territorio en 12 partes. Este reino fue reconocido por el Papa. Nacía así un poderoso reino, que duraría hasta el siglo XII, cuando fue tomado por el emperador germano Enrique VI, en 1194. Por cierto, otro frikidato: Sicilia fue tomada por los normandos de las manos del Zirid de Argelia, pues la isla había sido tomada por los musulmanes. A este hecho hace mención, en “Amor a quemarropa”, un grandioso Denis Hopper, mientras en el tiempo de fumarse un cigarrillo, dice al mafioso siciliano interpretado por Christopher Walken, que su pelo es negro porque a su “tátaratataratataraabuela se la f*ll* un negro”. Magnífica escena.
Pero durante la existencia de dicho reino, los normandos de este reino no se quedaron tranquilos en Sicilia. La sangre vikinga bullía en sus venas, y los impulsó a dar el salto a África. Ocuparon la actual Túnez entre 1148 y 1160, pero fueron repelidos por los almohades, y por los problemas domésticos en el sur de Italia. También marcharon hacia el este, ocupando Tesalónica y quedando a las puertas de Bizancio en 1185.

NORMANDOS EN ORIENTE PRÓXIMO
Desde el siglo X, Bizancio contrató normandos y se los llevó a Asia. Algunos líderes mercenarios llegaron incluso a ser lugartenientes de los generales bizantinos. Era una época turbulenta en la zona. Bizancio se batía con los Seljuk y con dinastías arábes que presionaban hacia el oeste. Los normandos, como buenos mercenarios, aunque llevados allí por los bizantinos, llegaron incluso a estar contratados por sus enemigos. Hubo familias normandas que se asentaron allí y prosperaron, estableciendo linajes de guerreros aceptados como pertenecientes al imperio, iniciándose así una feudalización de las tierras del Imperio Bizantino. Hubo también varios intentos de aprovechar el caos, para crear principados normandos independientes en Anatolia y Siria, pero el ambiente era demasiado hostil no prosperaron inicialmente. Sin embargo, todo cambiaría con la Primera Cruzada. Junto a la creación del Reino de Jerusalem, Antioquía, la antigua joya del mundo helenístico, también fue conquistada por los cristanos. Los normandos del duque Roberto de Normandía abandonaron Tierra Santa en 1099, pero allí quedaron muchos italo-normandos. Bajo el gobierno de Bohemundo y luego su hijo Tancred, los normandos crearon un estado feudal en plena Siria, diferenciado del reino de Jerusalem, y que no dudó en contratar mercenarios musulmanes para ampliar sus tropas. Los nobles normandos intentaron integrarse en la sociedad siria-armenia, pero les separaba su religión y su obligación de combatir el Islam con la espada, a veces curiosamente interpretada. Finalmente, cayó a finales del siglo XIII en manos musulmanas.

LOS EJÉRCITOS NORMANDOS.
En DBA hay un buen número de listas con sangre normanda en sus venas:
a) III/51 Francos occidentales y Normandos. Esta lista refleja el grado de integración de los normandos en el modo de guerra de los francos. La lista es igual para ambos, pero los normandos tienen un punto más de agresividad. Las tácticas que usaban se basaban en una caballería pesada, con un jinete protegido con cota de malla, escudo en forma de cometa, lanza y espada. Éste es el ejército que invadió Inglaterra al mando de Guillermo el Conquistador. En esta época, todavía no existe el caballero medieval tal y como lo conocemos. Más bien, estos jinetes, con los caballos prácticamente desprotegidos, usaban la lanza con una mano en forma descendente, una vez los caballos habían llegado hasta las filas enemigas. La espada es un arma secundaria todavía para el jinete. En la lista hay entre seis y ocho peanas de estos caballeros, y opcionales con otras peanas de Cv o LH, representando éstas otras tropas montadas más ligeras de apoyo a los relativamente inmóviles sobre sus monturas jinetes normandos. Luego hay un par de peanas de lanceros, representando levas feudales de campesinos o bien mercenarios, y luego arqueros, ya sea en forma de Ps o de Bw. Los normandos recuperaron a los arqueros como tropas fundamentales en la batalla.
b) IV/3 Anglonormandos: Esta lista representa las tropas que los normandos organizaron una vez se hicieron con el poder en Inglaterra. Un tercio de la lista se compone de peanas de Kn que pueden desmontar como Sp o como Bd. Esto se ha representado así porque en esta época, los asedios eran un tipo común de enfrentamiento, y los caballeros solían combatir desmontados. Estos caballeros pueden haber empezado ya la transición al uso de la armadura de placas medieval. Luego hay bastantes peanas de Sp, que representan los restos de las Fyrd sajonas, las levas de campesinos. Sin embargo, estas tropas solían ser de baja calidad para el concepto normando de infantería, así que a menudo solían recurrir a mercenarios francos o de flamencos. Luego, el último tercio del ejército se compone de arqueros, que pueden ser Ps o Bw. Aquí se ve cómo los normandos aumentan el número de arqueros en cada batalla. Incluso se proclamó una ley en Inglaterra que obligaba a todo campesino a tener y mantener un arco en perfecto estado, y a estar entrenado en su uso. Esto es típico de la estructura feudal. Los caballeros llevan una cara panoplia, pero el guerrero a pie típico, que procede de levas, no puede permitirse un equipo caro. Por lo tanto, la infantería de calidad quedó en manos de mercenarios. En este escenario, un simple campesino con un arco hecho de madera, barata y abundante, podía dejar fuera de combate a un caballero a distancia (olvidaos de lo que veis en las películas: NO se puede combatir si tienes un asta de flecha clavada en el cuerpo), aunque en combate cerrado estuvieran condenados.
c) IV/5 Sicilianos.- Esta lista es especialmente interesante por cuanto tiene de mezcla. Representa los ejércitos normanos que tomaron Sicilia y que luego enrolaron a los musulmanes en su propio ejército. Estos ejércitos avanzaron hacia el este combatiendo al imperio bizantino, y luego, a partir del siglo XIII, contra los ejércitos germanos que invadieron Italia. Se compone de algunas peanas de Kn verdaderamente normandos, equipados, ahora sí, con un estilo más “mediterráneo”, con armaduras lamelares o de escamas. Luego hay muchas tropas ligeras, de procedencia musulmana: Ps y Ax, equipados con arcos y lanzas y armaduras ligeras. Se van introduciendo también peanas de ballesteros (Cb). En la última época, se ven algunas peanas de 6Kn, que representan unidades de caballeros con un estilo de carga que ya estudiaremos en futuros artículos.

Sin duda hay otras listas que contienen otras tropas normanda, aunque las he dejado fuera porque merecerían un estudio separado: Cruzados Tempranos, Bizantinos Temáticos, Cruzados tardíos…

Podemos encontrar bastantes minis en Essex, Old Glory y Museum, aunque Corvus Belli tiene una gama de la guerra de los 100 años de la que podrían tomarse bastantes figuras, sobre todo de campesinos.

Nota: las miniaturas expuestas en este artículo pertenecen a la colección de David Kirk y pueden ser contempladas en Fanaticus.

Sajones, anglos y jutos: invasores en Britania.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Saludos. En este artículo trataremos del interesante periodo que transcurre entre la retirada de los romanos de la isla de Britania y la invasión de los normandos, pueblo al que estudiaremos en otro artículo. Asistiremos así al nacimiento de una influyente nación.

Recordemos que en el artículo de la Britania Post-Romana, nuestro colega Endakil nos describía los avatares de los habitantes de Britania tras la retirada romana: cómo se organizaron para mantener el orden romano, y de cómo aquel azaroso periodo nació la leyenda de Arturo.
A pesar de los esfuerzos de estos ciudadanos, se puede decir que en el siglo V de nuestra era, los territorios más al norte de la antigua provincia romana estaban siendo atacados por los pictos. Las defensas romanas habían sido desatendidas. No había suficiente poder en la isla para detener a los incursores del norte. Es entonces cuando el rey britano Vortigern, buscando desesperadamente tropas de calidad, contacta con mercenarios del continente europeo.
Recordemos que en el siglo V, el imperio romano occidental se descompone rápidamente, y numerosas tribus germanas cruzan la frontera del Rin, penetrando en el imperio. Entre estas tribus encontramos a los sajones (en lo que ahora es Alemania), los anglos y los jutos (éstos ubicados en la península de Jutlandia, lo que hoy es Dinamarca).

Bien, pues al parecer, Vortigern contrató algunas partidas de guerra entre estas tribus. Eran fieros guerreros, y no tardaron en repeler a los pictos y a los escotos, pero una vez terminado el trabajo, vieron que aquella tierra estaba presta a su conquista. De este modo, las tribus de anglos, jutos y sajones cruzaron el Canal de la Mancha y rápidamente invadieron el país. Vortigern sería recordado como un rey nefasto por ello, y así sería registrado en los anales de la Historia.

Estas tribus germanas todavía eran paganas, y mantenían una feroz oposición al cristianismo, que ya estaba muy extendido entre los habitantes de Britania, si bien estos britanos romanizados no habían abandonado del todo sus raíces celtas. En este periodo es cuando aparecen figuras como Ambrosio Aureliano, o de Artorius, que intentaron detener la expansión de estos reinos paganos. Aunque consiguieron algunos éxitos, finalmente la presión germana los barrió. Así, los restos de la población romana volvieron a sus orígenes celtas, y huyeron hacia el norte y el oeste (las regiones más abruptas, Escocia y Gales, precisamente los dos países que mantienen el gaélico en la isla de Gran Bretaña), o bien se quedaron y fueron dominados por las tribus germanas.

A principios del siglo VII había establecidos una docena de reinos paganos por toda la isla: los jutos dominaban Kent, la isla de Wight y parte de Hampshire; los sajones dominaban Essex, Wessex y Sussex y los anglos, Anglia del Este, Mercia y Nortumbría.
Al mismo tiempo que el cristianismo comenzaba a extenderse entre los gobernantes de estos territorios, estos reinos luchaban sin cesar entre ellos. Nortumbría fue el primero en prevalecer, pero a mediados del silo VII, Mercia se rebeló y consiguió imponerse a lo largo de los siguientes 100 años. En la segunda mitad del siglo VIII, Offa, rey de Mercia, se autoproclamó como el rey de toda las tierras de los anglos (y por extensión, de jutos y sajones). Offa fue el primer rey de Inglaterra.
Su descendiente no fue tan hábil, y a su muerte, en el 821, el reino sajón de Wessex, tras una serie de exitosas campañas, consiguió la supremacía, y hasta la invasión normanda (que trataremos en otro artículo) en el siglo XI, los reyes del reino unido de Inglaterra serían los de la casa de Wessex. De entre todos ellos, destacó sin duda Alfredo el Grande (849-899), el único de su estirpe que mereció dicho sobrenombre.

Alfredo tuvo que hacer frente a un enemigo a su altura: los vikingos, que como ya vimos, comenzaron sus incursiones a Inglaterra.
Alfredo ascendió al trono después de la muerte de su hermando Elthered. Incluso antes de ser rey, ya dirigió los ejércitos de Inglaterra en defensa de su tierra frente a los vikingos. De entre éstos emergió un astuto líder. Guthrum. Bajo su liderazgo, los vikingos daneses avanzaron por Nortumbría y Mercia. Alfredo y él midieron sus fuerzas a lo largo de once fieras batallas, con éxitos y derrotas en ambos lados, y finalmente, tomaron la fortaleza de Alfredo. Éste tuvo que huir con lo que quedaba de su ejército hacia las tierras pantanosas. Alfredo, “el rey de los pantanos”, no se rindió. En su nuevo e inaccesible territorio construyó otra fortaleza, desde la que organizó la reconquista de Wessex.
Fue una lucha difícil, pero finalmente, Alfredo venció a Guthrum. En su rendición, Guthrum y sus nobles tuvieron que convertirse al cristianismo. No obstante, Inglaterra fue dividida en dos: desde Mercia hasta el sur, pertenecería a los sajones. De ahí hacia el norte, esos territorios serían controlados por los vikingos. Los topónimos de esa parte de la actual Gran Bretaña están llenos de nombres procedentes del antiguo danés hablado por los vikingos.
Hay una excelente película inglesa, “Alfredo el Grande”, que cuenta esta magnífica historia, que deberíais ver. Aprovecho aquí para reivindicar el cine histórico hecho en la pérfida Albión. Es de lo mejorcito que hay.

Durante un par de siglos, los reyes sajones mantuvieron el trono del reino unificado anglo-sajón (excepto los territorios conquistados por los vikingos). Sobre todo desde Alfredo, los sajones organizaron un sistema de fortalezas y caminos cada vez más adecuado, de manera que en los mejores años, todos los núcleos de población tenían una posición fortificada donde protegerse a menos de un día de camino.
Eduardo el Confesor, último rey sajón de Inglaterra, falleció en 1066, y Earl Godwinson, noble sajón, fue coronado el mismo día. Pero el trono fue reclamado por dos parientes de Eduardo: Harald Hadrada, el rey vikingo que había viajado por medio mundo (había pertenecido incluso a la guardia varenga de Bizancio), y Guillermo, duque de Normandía, desde sus territorios norte de Francia. Recordemos que los normandos eran vikingos a quienes los francos cedieron la parte norte del país (la actual Normandía). Estos vikingos adoptaron la religión, costumbres y modo de batalla franco, siendo totalmente latinizados en poco tiempo.

Godwinson y Hadrada se enfrentaron en Stamford Bridge, y los sajones vencieron a los vikingos. Pero apenas tres días después, Guillermo, que sería llamado “El Conquistador”, cruzó el canal con su ejército. Godwinson y sus agotados sajones se enfrentaron a ellos en la batalla de Hastings, y fueron derrotados por los normandos en una batalla muy larga y sangrienta. Terminaba así el gobierno de los reyes sajones. Los normandos tomaron las riendas del poder. La dominación normanda fue el último paso en la creación de la Inglaterra que conocemos, y será tratado en el artículo sobre los normandos.


LOS EJÉRCITOS ANGLOSAJONES.
Repasaremos ahora los ejércitos que en DBA cubren la historia de los invasores sajones:
Los ejércitos de invasores anglos, sajones y jutos que asaltaron la Britania ex romana están representados por la lista II/73: Sajones, Frisios y anglo-sajones tempranos.
Estos invasores, como casi todos los primeros invasores germanos, luchaban en violentas bandas de guerra. Este ejército se compone de 11 peanas de Wb y una peana de Ps, que representan a exploradores sajones.
Contrariamente a lo que se puede pensar, el guerrero sajón, incluso en esta primera época, luchaba primordialmente con lanza y escudo, y llevaban jabalinas en la mano del escudo. Sin embargo, no usaban tácticas de falange, características de los Sp, sino que se basaban en feroces y salvajes cargas para vencer al enemigo.

La lista III/24, anglosajones medios, cubre el periodo de formación de los reinos sajones y sus luchas contra los invasores vikingos. De ser tribus nómadas y oportunistas, los anglosajones pasaron a asentarse en la tierra, conformando una sociedad básicamente rural, en la que se distinguían algunos estamentos. El rey y sus parientes eran los athelings, los líderes de la sociedad. A su alrededor, gobernando comarcas a modo de virreyes, encontramos a los eordolman, la alta aristocracia sajona. A este estamento se accedía por línea hereditaria, y sus miembros tenían la función de gestionar las comarcas y organizar los ejércitos de cada territorio en caso.
Los theng eran un grupo social ligeramente inferior al de los eordolman, pero al que los reyes apreciaban enormemente. Originalmente fueron la guardia personal de los reyes durante las primeras invasiones. Como recompensas, los jefes los recompensaban con riquezas y frecuentemente, tierras. Un grupo selecto de jóvenes thengs formaron la escolta tradicional de los reyes sajones. Los más experimentados y ancianos, servían a sus reyes como consejeros. Eran una suerte de baja nobleza con una fuerte componente militar.
Ya ligados al trabajo de la tierra, el siguiente escalón eran los ceorls. Este estamento englobaba tanto a los granjeros y campesinos que pagaban rentas a los nobles, como a siervos y artesanos. Eran la base de la sociedad anglosajona, el estrato económicamente productivo.

Finalmente, por debajo de ellos estaban los esclavos, cuyo trabajo era muy importante en las labores rurales, aunque su vida nunca fue fácil.
La opción “a” de esta lista trata de los ejércitos con los que los reinos sajones trataban de imponerse unos a otros. Observamos que el general y otra peana son Wb. Estas peanas representan a la nobleza sajona, que estaba muy ligada a la guerra. Luego hay muchas peanas de Sp, (entre 6 y 8) que representan las levas que los nobles hacían en los territorios que gobernaban. Este tipo de hueste irregular se llamaba fyrd. Estas levas eran de campesinos y siervos, equipados con lanza y escudo, luchando en una precaria formación. Algunas pueden sustituirse por Hd, representando masas de campesinos especialmente poco duchos en las artes de la guerra.. Luego hay algunas peanas de tropas del país: Ps, o bien algunos nobles a caballo (Cv, sobre todo del reino de Nordumbría), opcional con otra Wb.
La opción “b” representa ya a los reinos sajones perfectamente asentados, que tuvieron que hacer frente más a los vikingos que a otros reinos, ya que primero Mercia y luego Wessex se hicieron con la supremacía. Éste es un ejército fuertemente ligado a la tierra. Frente a los vikingos, los sajones luchaban mediante milicias irregulares o fyrds que podían formarse rápidamente, lideradas por thengs u otros gobernantes locales. Por ello, este ejército está formado por 9 peanas de Sp, que son los campesinos, y luego opciones para meter más Sp u Hd, y Ps.
El equipamiento de estos soldados consistía básicamente en una lanza, jabalinas y un escudo redondo, como el vikingo. Las lanzas eran baratas para los soldados campesinos, y requerían poca tecnología y mantenimiento. Sólo los nobles más ricos podían permitirse una espada, pero entre los sajones, era habitual llevar también un puñal. También las mazas eran armas comunes de los soldados irregulares. Siendo cargados, los guerreros sajones mantenían el escudo separado del cuerpo para evitar las puntas de jabalinas lanzadas por el enemigo que pudieran atravesar los escudos, pero ya trabajos en combate, el escudo se pegaba al cuerpo, protegiendo gran parte de él. También solían usarlo para golpear lanzas enemigas y romper su asta.

Por último, la lista III/71, anglodaneses, representa la última etapa de los reinos sajones, ya más influidos por la coexistencia con el poder de los vikingos (o daneses). En esta lista se detectan cambios importantes: la agresividad baja a 1, porque en esta época, el reino unificado de Inglaterra se limitaba a guerras en defensa de sus fronteras. En cuanto a la composición, hay un cambio importante. Tres peanas, incluido la del general, son Bd. Estas peanas representan la aparición de un cuerpo de guerreros profesionales, exclusivamente dedicados a la guerra, pagados por el rey. Eran los Huscarls, soldados profesionales lo suficientemente ricos para costearse su propio equipo, pero mantenidos con dinero de la casa real. Era un cuerpo de guerreros de élite. Las pruebas para pertenecer a los huscarls eran extremadamente duras. Estaban equipados con cotas de malla, escudos, yelmos altos (spangehelms) y unas poderosas hachas, hachas danesas blandidas a dos manos. Los escudos, al menos en la última época, tenían forma de lágrima, como los escudos normandos. No obstante, hay representaciones de la batalla de Hastings en las que aparecen escudos redondos entre los huscarls. Se piensa que fueron tomados de entre los vikingos vencidos en Stamford Bridge, ya que los sajones no tuvieron tiempo para reequiparse antes de correr al sur a parar a los normandos. Las formaciones cerradas en falange con escudos al frente están descritas entre los huscarls, que también eran capaces de luchar por separado. También parece que tuvieron arqueros de apoyo entre ellos. Harald Hadrada fue muerto por una flecha sajona que impactó en su cuello. Sus arqueros, no obstante, nunca fueron numerosos ni condicionaron las batallas. En cuanto a las hachas, eran unas armas terribles. Frente a la caballería, las usaban para cortar las patas de los caballos o sus cabezas de un solo golpe. Frente a la infantería, los huscarls se entrenaban para manejar las hachas con la hoja situada a la izquierda del guerrero, es decir, con la mano izquierda más cerca de la hoja que la derecha. De este modo, el terrible golpe impactaba al enemigo en el lado en el que no tenía escudo.
El resto del ejército está compuesto por los lanceros de los fyrd, y hay una peana opcional de Ps, representando a los arqueros sajones, que pueden dar apoyo a los Bd y Sp frente a montados.

Essex tiene una gama bastante completa de sajones. Magíster Militum tiene sólo la de sajones tempranos y medios.

Por supuesto, no hay ni que decir que se puede hacer una campaña muy bonita con ejércitos vikingos y sajones, a la lucha por imperar sobre el reino unificado de Inglaterra.

Nota: Las miniaturas mostradas en este artículo pertenecen a las colecciones de Barry Scarlett (sajones) y Neldoreth (vinkingos).