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Las Cruzadas II: Los estados cruzados y el Reino de Jerusalén.

miércoles, 20 de enero de 2010

Saludos. En el pasado artículo dejamos a los protagonistas de la Primera Cruzada reuniéndose victoriosos tras la batalla de Dorilea. Pues bien, proseguiremos la historia desde ahí.
Los ejércitos cruzados, tras inflingir la primera derrota a los turcos, prosiguieron su camino hacia Siria y Palestina atravesando Asia Menor hacia el sur. Aquél fue un largo y cálido verano para Bohemundo, Godofredo, Balduino, Raimundo y sus respectivas huestes. A la escasez de agua y comida, que fue minando las fuerzas y los ejércitos, cobrándose numerosas almas en su avance, los cruzados sumaron también su tácita rivalidad por ser el verdadero líder de la expedición. Ni siquiera sabían a ciencia cierta si tendrían éxito, o si al menos podrían llegar a Siria, y ya estaban conspirando para el reparto de un botín todavía inexistente. Y todavía quedaba el feo asunto de la promesa que se vieron obligados a hacer al emperador Alejo Conmeno de restablecer las tierras conquistadas al imperio romano oriental. Todo aquello apestaba enormemente.
Por el camino, los cruzados todavía tuvieron tiempo de tomar algunas pequeñas ciudades, que sólo mantuvieron unos años, e incluso lucharon otra batalla contra los turcos, que también les fue bien. De hecho, sólo el combate les iba bien, pues todo lo demás eran hambre, sed, saqueos, robos, violaciones y todos los males que portan la guerra y sus tareas, y las luchas internas.
¿Y los turcos? Pues nada. Mientras los cruzados avanzaban hacia el sur, el sultanato de Rum adoptó la táctica de “a enemigo que huye, puente de plata”. Los cruzados iban hacia Siria, que pertenecía a otro reino seljuk, resultante de la división del gran imperio turco Seljuk. Por lo tanto, el sultanato de Rum no presentó una resistencia organizada a la marcha de los cristianos hacia el sur.
Dado que los generales cristianos eran conscientes de que carecían de poder individualmente para imponerse sobre los demás, los más previsores comenzaron a mirar hacia otro lado, buscando botín, tierras y fortuna más fáciles de conquistar. De ese modo, Balduino, el hermano de Godofredo, fue el primer en poner tierra de por medio, y deseando suerte a los demás, se separó de la expedición una vez cruzaron las puertas cilicias, el mismo sitio por que ya pasaron Jenofonte y Alejandro Magno, siglos antes.

BALDUINO Y EL CONDADO DE EDESA.
Balduino se dirigió hacia el este, hacia Armenia. Bien, en aquel momento, era una provincia turca, con capital en Edesa. El gobernador de la provincia se llamaba Teodoro de Edesa, había sido mantenido por los turcos en su lugar, y era cristiano ortodoxo griego. Puede que os sorprenda, pero Armenia fue uno de los primeros territorios verdaderamente cristianos de la Historia, y ya tenían su propia iglesia ortodoxa armenia, y no les gustaban un pelo los ortodoxos griegos. El tal Teodoro debió ser un tipo de cuidado, porque tan pronto como los turcos le permitieron mantener su puesto en 1094, se rebeló y trató de hacer de su ciudad un estado independiente. Aisló a la guarnición turca del interior mientras soportaba el asedio exterior. Y, aunque éstos lograron irrumpir en la ciudad, Teodoro se las apañó para expulsarlos de nuevo, de modo que la guarnición interior tuvo que capitular, y así, el ortodoxo griego fue reconocido como Señor de Edesa a regañadientes por sus habitantes.
Pues bien, los turcos no tardaron en volver a la carga, Teodoro de Edesa tuvo noticias del ejército cruzado que se dirigía a Antioquía. Les envió un mensaje pidiendo ayuda, y, como ya hemos dicho, Balduino decidió acudir en su ayuda, pues siendo normando, y por lo tanto, vikingo, se olió el negocio rápidamente. Y para hacer una entrada triunfal, conquistó la fortaleza de Turbessel, el lugar desde el que se gobernaba la provincia al otro lado del Eúfrates.
Balduino interpretó el papel de su vida, y causó una profunda impresión en Teodoro. El viejo ortodoxo griego no tenía descendencia, y el normando, ejerciendo todo el encanto que pudo, convenció a Teodoro para que lo convirtiera en su heredero, y así la ciudad no cayera en manos turcas fácilmente si “por desgracia” le pasaba algo. ¿Adivináis qué pasó? Pues que no mucho después de le adoptara como heredero a Balduino, “casualmente”, una oscura conspiración cristiana ortodoxa armenia consigue tener éxito, y Teodoro es asesinado, lo que convierte a Balduino directamente en Señor de la Ciudad. De modo que, adoptando el título de Conde de Edesa, Balduino es el primero en crear un estado cruzado en tierra de infieles, en el año 1098.

ANTIOQUÍA Y JERUSALÉN.
Mientras Balduino marchaba a Armenia, el resto de los cruzados siguió su camino. Su primer objetivo era conquistar Antioquía, la riquísima y enorme ciudad fundada por los reyes de la casa de los Seleúcias. A finales del 1097 llegan a Antioquía y establecen el sitio. Pero la ciudad era tan grande que el ejército cruzado, bastante menguado por las penurias, no podía rodearla completamente. Antioquía podía seguir recibiendo ayuda del exterior. Nada hacía pensar que la ciudad fuera a caer. Pero resultó que no había tal ayuda que pudiera llegar a tiempo.
La ciudad estaba gobernada por el turco Yaghi-Siyan. Recordemos que Siria estaba dividida en pequeñas ciudades estados independientes, casi todas gobernadas por dinastías turcas, aunque algunas seguían en poder de dinastías beduinas. Pero no había un poder centralizado que organizara una expedición de rescate del tamaño necesario. Cada ciudad mantenía su propio ejército, y ninguna estaba dispuesto a enviar muchas fuerzas a socorrer a otra ciudad, pues esto podría debilitarlas frente a sus vecinas. La estrategia de Yaghi-Siyan consistió en pedir ayuda ciudades como Alepo y Mosul, mientras con sus propias fuerzas dificultaba las operaciones de abastecimiento de los cruzados.
Sin embargo, la situación para los cristianos tampoco era muy favorable. Sin apenas sustento, acosados en sus movimientos por los turcos, el asedio se mantuvo a duras penas. A costa de mucho sufrimiento y sacrificio, los cruzados consiguieron rechazar todas las expediciones de socorro que se acercaron desde el exterior, pero no tenían fuerzas para tomar la ciudad por sí mismos. Además, Raimundo y Bohemundo enconaron su enemistad personal, pues ambos ansiaban conquistar Antioquía para sí mismos, y no para devolverla a los bizantinos. La ciudad sería un fabuloso trofeo para el que la tomara.
Finalmente, tras ocho meses de asedio, en los primeros días junio de 1098, Bohemundo consiguió contactar con alguien dispuesto a entregar la ciudad por traición. Se trataba de un armenio, guardia personal de Yaghi-Siyan. La maniobra salió bien, y los cruzados se colaron en el interior de la ciudad. La guarnición del gobernador se replegó al interior de la ciudadela, dispuestos a resistir. Y fue justo a tiempo, porque en ese momento, una coalición de tropas de Kherboga, el gobernador de Mosul, y un ejército enviado por los fatimíes, se dirigía a Antioquía para resolver la situación.
De modo que los cruzado se vieron asediando la ciudadela de Antioquía mientras turcos y fatimíes les asediaban desde el exterior de la ciudad. La desesperación de los hombres iba en aumento conforme su situación empeoraba. Sólo un milagro podría salvarles. Y parece que eso fue lo que ocurrió.
“¡La Lanza de Longinus!”, proclamo un monje de la expedición cuando mostró su hallazgo en la ciudad a los generales. “¡Aquí está la Lanza Sagrada!”. El rumor se corrió por todo el ejército. Habían encontrado la Lanza Sagrada, y eso era una señal inequívoca del Cielo. Vencerían a los infieles. De modo que, sacando fuerzas de flaqueza, el ejército cruzado salió al combate dispuesto a todo. Y vencieron.

Kherboga no pudo resisitir la salida de los cruzados. Para su sorpresa, los fatimíes, en el último momento, pensaron que si desaparecían los cruzados, los turcos se harían demasiado fuertes, y se retiraron de la batalla. Los turcos no pudieron recuperarse de la sorpresa, y los cruzados les derrotaron aplastantemente.
Eran apenas la mitad de los que habían partido de Europa cuando conquistaron Antioquía. Rápidamente, Bohemundo se proclamó gobernador. Y tras la retirada del ejército bizantino que les había apoyado, Bohemundo vio la oportunidad para romper la promesa hecha al emperador Alejo. Acusó a sus tropas de deserción, y proclamó que, por lo tanto, estaba liberado de dicha promesa. Y así nació el segundo estado cruzado, el Princiado de Antioquía, gobernado por Bohemundo de Tarento, para disgusto de Raimundo de Tolosa.
En ese momento, la expedición pareció estancarse. Hubo una epidemia que se cebó en las tropas, y se llevó por delante a Le Puy, el líder espiritual de los cruzados. Siguieron pasando necesidades y penurias, y otros nobles, como Hugo de Vermandois, decidieron abandonar la cruzada al entender cuáles eran las verdaderas intenciones de los líderes normandos.
Fueron las mismas tropas las que se mostraron reacias a seguir sin hacer nada. Protestaron ante sus jefes, porque su misión era reconquistar Jerusalén. Exigieron la reanudación de la expedición, y Bohemundo y Godofredo se pusieron al frente de sus tropas una vez más.
Sin comida ni agua suficiente, los poco más de diez mil supervivientes siguieron hacia el sur. Sólo la fe les daba fuerzas. Bueno, la fe, y las ciudades sirias y palestinas que, viendo que los cruzados únicamente deseaban el control de algunas ciudades para formar pequeños estados, vieron en los cristianos el contrapeso ideal al poder seljuk, que luchaba por organizar un reino turco en Siria. Así fueron avanzando y tomando posición tras posición. La situación era tan desesperada que hay testimonios de actos de canibalismo tras la conquista de algunas fortalezas.

Así, al fin, llegaron a Jerusalén, que en 1098 estaba en poder de los fatimíes. De nuevo, eran demasiado pocos para establecer un asedio efectivo, de modo que optaron por la vía rápida: asaltos repetidos contra las murallas. Los fanáticos cristianos subían enfervorecidos a las murallas con ganchos y escalas, felices de poder entrar en Jerusalén, o morir en el intento y llegar la paraíso. Pero cada nuevo asalto era rechazado. Pero la fe obró lo que el poder de las armas no pudo. Guiados por un monje, en el mes de Julio, comenzó a correr el rumor de que desde el Cielo se les había comunicado que en nueve días la ciudad caería.
Casualmente, había partido desde Génova una expedición privada al mando de Guillermo Embriaco. Se habían dirigido inicialmente a Ascalón, pero la lucha con los fatimíes les había obligado a dirigirse al interior, y pasaron cerca de Jerusalén. Los genoveses habían desmontado sus barcos, y tenían materiales suficientes para hacer torres de asedio. De modo que, ante la sorpresa de los fatimíes, en pocos días tenían dos torres de asedio, cargadas de violentos y desesperados cruzados, enfervorizados hasta el fanatismo, acercándose a las almenas. Y contra esto no pudieron resistir más tiempo. Jerusalén fue tomada al asalto, y entonces se desataron los infiernos.
Los cruzados desataron una matanza en el interior como nunca se había visto. Hombres, ancianos, mujeres y niños, musulmanes, judíos o cristianos, todos sin distinción fueron masacrados cuando la ciudad se rindió. “Dios distinguirá a los suyos”- parecieron pensar los líderes cruzados. De nada sirvieron los esfuerzos de Tancredo, hermano de Godofredo, de frenar la matanza de los musulmanes refugiados en el Templo de Jerusalén, o los de Raimundo de Tolosa. Los soldados cruzados sacaron lo pero de ellos. Después de miles de kilómetros y meses de penurias, dieron rienda suelta a sus ansias de venganza.
De la matanza de Jerusalén se diría que los cristianos caminaban por las calles y la sangre les llegaba a los tobillos. Así nació el Reino de Jerusalén, el último estado cruzado: sobre un mar de sangre de sus habitantes.
Godofredo se erigió como primer gobernante de la ciudad, pero rechazó el título de Rey. En su “infinita piedad”, renunció a lucir corona de oro “donde el Señor había llevado una de espinas”. Pero sólo tuvo unos días de paz. Dos semanas después tuvo que sacar a su ejército y luchar contra los fatimíes, que si bien estaban dispuestos a renunciar a Siria, no querían hacer lo mismo en Palestina. La batalla de Ascalón fue una gran victoria cruzada. Tal vez la reliquia de la “Vera Cruz” tuviera algo que ver.
Dos años después, Godofredo murió, y su hermano Balduino se convirtió en el primer Rey de Jerusalén. Éste sería el tercer estado cruzado.

Mientras, la noticia de la toma de Jerusalén llegó rápidamente a Europa, donde ya habían regresado los primeros cruzados que habían abandonado la expedición. Ante la vergüenza, organizaron rápidamente una segunda expedición en 1101, pero fueron derrotados por los turcos, aunque los supervivientes llegaron a los estados cruzados, y sirvieron para aumentar su poder bélico. Tampoco se hicieron esperar los mercaderes europeos, que por fin tenían abiertos los puertos de Siria. También sacarían éstos gran tajada, pues era el momento de cobrarse la ayuda prestada con sus barcos.
Y así acabó la Primera Cruzada, la única que realmente tuvo éxito. Los estados cruzados, y en especial, el Reino de Jerusalén, pronto se convirtieron en el destino de muchos peregrinos y soldados en busca de fortuna. También fue el lugar donde, al poco de convertirse en reino, nacieron las órdenes militares del Temple y los Hospitalarios, cuyo potencial bélico sería de mucha utilidad en los años siguientes. Pero dejaremos eso para los siguientes artículos.

EJÉRCITOS PARA DBA
IV/7.- Cruzados temprano. Éste es el ejército de la primera cruzada. Se compone de una peana de caballeros como general, y luego tres peanas de Kn o Bd, a gusto del general. Éstos son los nobles, a caballo o desmontados. Luego hay cinco peanas de lanzas, que representan a los plebeyos enrolados en la misión, bajo el mando de sus respectivos nobles. Por último, hay opciones para una peana de Ps o Bw, que representa arqueros hostigadores o en formación; Ps o Cb, que representan ballesteros hostigadores o en formación, y Ps o Wb. Los Ps con más arqueros o ballesteros hostigadores, y la Wb representa una horda de fanáticos religiosos. Puede elegir Ag4 ó Ag 1, según el año. Dado que es un ejército rodillo, la Ag1 es una opción muy interesante, ya que con mucho terreno difícil no es difícil hacer le la puñeta. El terreno abierto le viene muy bien, y puede contar con muchos arqueros para protegerse de montados más rápidos que los Kn en dicho tipo de terreno.

III/73.- Turcos seljuk. De esta lista, nos es válida la opción b. Se trata del típico ejército de las estepas. Una o dos peanas de Cv, siendo una de ellas el general, y luego hasta 10 peanas de LH. Sólo tres de ellas pueden cambiarse: una por la segunda Cv, otra por Ax, Ps o Bw, que representa a la infantería de los turcos: guerreros equipados a la ligera o arqueros.

Las Cruzadas I. El largo camino a Tierra Santa.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Saludos. Con éste artículo inauguramos una nueva serie sobre una serie de campañas organizadas, a partir del siglo XI, por diferentes estados europeos, en las tierras de Siria y Palestina, que estaban por entonces en manos musulmanas. Las Cruzadas tendrían una gran repercusión en la historia de las relaciones entre Oriente y Occidente, y, todavía hoy, su legado sigue atrayendo y atrapando la imaginación de muchos.
Bien, vamos “al turrón”. En primer lugar, echaremos un rápido vistazo a los protagonistas de esta historia. Comenzaremos por Europa.

EUROPA A FINALES DEL SIGLO XI
Recordemos que el imperio carolingio se había dividido en varios estados tras la muerte de Carlomagno en varios estados. El de los francos orientales, un siglo después de la muerte del gran monarca, y bajo el gobierno de Otón I, se convirtió en el Sacro Imperio Romano Germánico. Bien, algún día hablaremos con más detalle de Otón y los suyos, pero, a modo de resumen, podemos decir que el Sacro Imperio era en realidad un mosaico de estados con diferentes lenguas, gobernantes y naciones, y que englobaba los territorios de Alemana, Austria, Lienchenstein, Bélgica, Países Bajos, Suiza, norte de Italia, algo de Polonia y Francia, Bohemia alguno más. Este dispar conjunto estaba unido por una base común de cristianismo y legado romano. La coronación de Carlomagno, en el 800, inauguró la tradición de que el emperador del Sacro Imperio fuera coronado por el Papa. De hecho, hasta el siglo XI, los reyes del Sacro Imperio llegaron a elevar al papado a quienes ellos querían.
Unos lazos internos tan vagos tal vez fueran la clave de que la figura del Emperador del Sacro Imperio existiera hasta el siglo XIX. El Emperador no tenía mucho poder real sobre los territorios que gobernaba. Entre estos emperadores, se cuenta nuestro Carlos I de España, y V en el Sacro Imperio.
Además, estaba el reino de los francos occidentales (germen de la Francia actual), los normandos (vikingos “afrancesados”) en la costa norte de éstos, el reino normando de Inglaterra, fundado por Guillermo el Conquistador en 1066, también cristiano. Y más allá de los Pirineos, un conjunto de pequeños reinos cristianos que luchaban duramente, tanto entre ellos como con los musulmanes de Al-Ándalus.
Y en Europa oriental y nórdica, muchos nuevos reinos se incorporaron a la órbita cristiana. Pues a finales del siglo XI, los territorios , habitados por los llamados vikingos, de Dinamarca, Noruega y Suecia, tras unificarse cada uno por su cuenta, tienen reyes que se convierten al cristianismo. Y también lo hacen los eslavos de Bohemia, Moravia, los eslovacos, etc., quedando dentro de la iglesia occidental. Hungría fue el último país, gobernado por el que sería conocido como San Esteban, que se incorporó a este grupo. Sus magyares aseguraron el territorio, y por fin hubo una ruta completa y segura por tierra hasta el Bósforo. Más al este, la cristianización es llevada a cabo por misioneros ortodoxos.
Bien, como decíamos, hasta fines del siglo XI, los emperadores dominan a los Papas de Roma. El Emperador, el Protector de la Iglesia, cobraba cara esta “protección”. El papa Gregorio VII intentó sacudirse el yugo del Emperador, pero esto le acabó costando el pontificado. Sustituido por Clemente III, y luego éste sucedido por Urbano II, los papas mantuvieron aun así la intención de liberarse del poder secular y gobernar de forma efectiva sobre la cristiandad. Esta tensión sería uno de los ingredientes que dieron lugar a las Cruzadas.
Por otro lado, Venecia y Génova se habían hecho con el control del tráfico de mercancías hacia el Mediterráneo oriental, pero no podían competir con los mercaderes bizantinos. Deseaban abrir nuevos mercados y rutas alternativas. Tenían dinero, y barcos para transportar un ejército si llegara el caso.
Por lo tanto, se puede decir que en aquellos momentos, con toda una Europa “unida” bajo es estandarte de la cristiandad, había un enorme poder militar en relativa calma. Todo ello unido a una mejora en el clima y las cosechas, que permitió un importante aumento de población, provocó que ésta se concentrara en las ciudades, creando un capital humano, ocioso y sin herencia (sólo los primogénitos heredaban para evitar la división de las propiedades), sin oficio ni beneficio.

EL IMPERIO ROMANO ORIENTAL.
Ya vimos en los artículos sobre el Imperio Bizantino cómo llegaron al siglo XI. En 1071, Anatolia fue perdida casi en su totalidad tras la desastrosa batalla de Manzikert. Los turcos Selyúcidas estaban a las puertas de Europa, y el emperador bizantino no dudó en pedir ayuda al Papa de Roma, a pesar del cisma entre las dos iglesias de 1054. Aunque esta petición no tuvo mucho efecto, sentó un precedente. Nótese sin embargo que la lucha de los romanos orientales no era contra el Islam como concepto, sino contra el imperio turco selyúcida. Los emperadores bizantinos no dudarían en aliarse con los califas fatimíes de Egipto, con los que tenían excelentes relaciones, para luchar contra los selyúcidas. Por ello, toda la parafernalia religiosa de los Cruzados les causó sorpresa en un primer momento, y luego preocupación, como veremos más adelante.

SIRIA, PALESTINA Y EGIPTO.
Los califas fatimíes(recordemos que “califa” significa “sucesor”. Los fatimíes reclaman el poder del califato sobre todos los musulmanes, por razón de parentesco directo con el Profeta) procedían del norte de África. Desde Túnez conquistaron el Magreb, y luego se extendieron hacia Oriente. Tomaron Egipto en el 972, fundando El Cairo, y siguieron por el Levante, conquistando Siria y Palestina. A pesar de su tolerancia política y religiosa, el califa Al-Hakim, que fue enloqueciendo en el paso de los años, quemó la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén en 1009. Esta iglesia era objeto de peregrinación de los cristianos, y su destrucción terminó generando una visión muy hostil del Islam en Occidente. Aunque su nieto ordenó reconstruir esta iglesia, su destrucción previa hecho será mencionado en la proclamación de la Primera Cruzada, casi noventa años después.
Siria y Palestina había sido rápidamente conquistada por los árabes en el siglo VII, como ya vimos. En el siglo X, tras el declive de los abásidas y la aparición de numerosas dinastías locales, eran las dinastías beduinas las que se habían quedado en esta región, gobernando ciudades como Damasco, Aleppo, etc. Tuvieron que luchar contra el expansionismo fatimí, que tuvo cierto éxito, controlando finalmente la zona hacia la mitad del siglo XI.
Sin embargo, en aquel momento, el califato abasí, que desde hacía un siglo era una institución meramente formal, dominado por los reyes dailami de la dinastia Búyida, hizo un pacto con el sultán de los turcos selyúcidas, Toghrïl Beg. Los selyúcidas venían de las regiones orientales de Irán. Habían vencido a los turcos gaznávidas (que a su vez habían tomado el poder de los persas samánidas), que gobernaban desde La India e Irán, y se habían extendido hacia el oeste. Beg puso fin al gobierno de los búyidas, y salvó momentáneamente a los abásidas, incluso cuando en la propia Bagdad se empezó a hacer propaganda a favor de los fatimíes desde las mezquitas.
A la muerte de Toghrïl Beg, Alp Arslan le sucedió como sultán. Éste fue el que venció en la batalla de Manzikert. Finalmente fue sucedido por Malik Shah, que terminó la conquista de Anatolia y disputó por la Siria conquistada por los fatimíes. Tras su muerte, en el 1092, el enorme imperio selyúcida se dividió en cuatro partes. La de Anatolia se convertiría en el Sultanato de Rum. Siria sería otro reino Selyúcida, y las ciudades sirias serían gobernadas en su mayoría por dinastías turcas (Damasco, Aleppo, Antioquía y Jerusalén) , aunque todavía quedaron algunas dinastías beduinas, como Hama o Trípoli. Estas ciudades consiguieron rápidamente cierta independencia, pues el reino selyúcida de Siria no iba a perdurar mucho tiempo. De esta falta de unidad y de las disputas entre fatimíes y turcos se aprovecharon sin duda los participantes de la Primera Cruzada.

Bien, ya tenemos, a grandes rasgos, la información que necesitábamos. Ahora, vayamos a los hechos. Se sabe que la lucha contra los musulmanes, “motivadas” por la fe, no eran nuevas. En España, estaba en marcha la Reconquista, y ya los normandos habían conquistado la Sicilia musulmana. A mitad del siglo XI, los papas habían dado un matiz “sagrado” a estas luchas, y las llamaban abiertamente cruzadas.
Tras la deposición de Gregorio VII como Papa de mano del excomulgado Enrique IV, los papas se vieron en la necesidad de independizarse completamente de los poderes seculares. Como decíamos, la llamada de socorro del Imperio Romano de Oriente en 1074 dio la idea a Gregorio VII. Podría ponerse a la cabeza de la Cristiandad haciendo un llamamiento a las armas contra un enemigo común: el Islam, que, para colmo, habían quemado la Iglesia del Santo Sepulcro, y habían convertido la ruta de los peregrinos cristianos a Jerusalén en una aventura muy peligrosa (todo ello sin tener en cuenta que numerosos cristianos seguían viviendo tranquilamente en Siria y Palestina, pues para los musulmanes, eran “pueblo del libro”, y, por lo tanto, tenían un lugar en su sociedad). Gregorio VII fracasó en su llamamiento, pero entonces, cuando el nuevo Emperador Romano, Alejandro Conmeno, volvió a insistir en su petición de ayuda a Urbano II, en 1095, éste sí realizó una proclama más convincente. Los nobles europeos y el pueblo estaba más receptivo. Los turcos estaban en las puertas de Europa, y su imperio parecía amenazar a la religión cristiana. En el concilio de Clermont, convocado por Urbano II, su discurso terminó con un rugido que removió cielo y tierra: “¡Dios lo quiere!”. Ya nada podría parar aquel movimiento. Los que murieran luchando contra los musulmanes para liberar Jerusalén tendrían una entrada directa al Paraíso (tal vez esto os suene). Tierra Santa era “la tierra de la leche y la miel”. En Europa, sólo tenían hambre. En Tierra Santa, todos tendrían la oportunidad de ser algo más.
Pero también había un trasfondo económico. Como decíamos, había mucha población sin propiedades, muchos nobles no primogénitos que querían nuevos territorios, y, por supuesto, intereses mercantiles por parte de Génova y Venecia.

La primera respuesta al llamamiento papal no provino precisamente de la nobleza, sino del pueblo llano. En efecto, en marzo de 1096, seis meses antes de que la que sería conocida como Primera Cruzada se pusiera en marcha, un estrambótico ejército de pobres y vagabundos, capitaneados por nobles francos arruinados y el predicador Pedro el Ermitaño, se puso en marcha sin ninguna preparación. Por su camino causaron numerosas matanzas de judíos , un efecto colateral de la llamada a la Guerra Santa (los judíos eran enemigos de Cristo. “Casualmente”, los que vivían en Europa eran ricos), y al llegar a Hungría, ya sin provisiones ni orden ninguno, provocaron más matanzas y saqueos. La vanguardia de caballeros francos tuvo que ser repelida por Colomán de Hungría, y cuando llegó Pedro con el resto de las fuerzas, Colomán les asignó una escolta para “quitarles” las ganas de salirse del camino. Sin embargo, esta escolta fue atacada y destruida por estos cruzados. En una segunda oleada de caballeros de Lorena y Flandes, que sí participarían en la verdadera Primera Cruzada, viajaba Godofredo de Bouillon. Colomán pactó con él el paso de los restos de esta cruzada, y así siguieron viaje a Constantinopla.
Una vez allí, los bizantinos, teniendo noticia de sus actividades, les ayudaron a cruzar el Bósforo, y se internaron en territorio turco. De los 40.000 que se habían puesto en camino, sólo 30.000 llegaron a Anatolia. Pero allí fueron presa fácil de los turcos, que los derrotaron en pocas semanas. Pedro el Ermitaño, fue de los pocos que pudieron regresar a Constantinopla, donde se unió a la verdadera Primera Cruzada.

PRIMERA CRUZADA.
Fue llamada la Cruzada de los Nobles. Se componía de diversos contigentes. Godofredo de Bouillon, que comandaba el primero, y estaba acompañado por sus hermanos Balduino y Eustaquio, fue por tierra, como ya hemos dicho, y alcanzó en Hungría a los tumultuosos cruzados de Pedro. Pero Godofredo, no cruzó el Bósforo con ellos, si no que esperó a los demás contingentes.
El segundo contingente estaba compuestos por caballeros normandos al mando de Hugo de Vermandois, hermano del rey Felipe I de Francia, y que portaba el estandarte papal. Le acompañaban Estefano de Blois, Roberto II de Normandía y Roberto II de Flandes. Fueron por tierra hasta Bari y allí embarcaron a Constantinopla.
El tercer grupo eran normandos también, pero de Sicilia y sur de Italia. Viajaron con la misma flota de Hugo de Vermandois. Los comandaba Bohemundo de Tarento.
Finalmente, el cuarto grupo era de caballeros occitanos, comandados por Raimundo de Tolosa, acompañado del legado pontificio de Ademar de Le Puy, líder espiritual de la expedición. Éstos marcharon por tierra, por la ruta mediterránea, cruzando Eslovenia y Croacia, hasta Constantinopla.
En total, los cuatro grupos sumaban unos 30.000 hombres, de los cuales, unos 5.000 era caballeros medievales. Como dicen en el Discovery, con ese deje sensacionalista: “El equivalente medieval a un Abrhams M1. Diseñados para matarrrrrrr”.
Una vez allí, los cruzados y los bizantinos comenzaron a conocerse mejor. El emperador Alejo I, que desconfiaba enormemente de los normandos, y que era enemigo personal de Bohemundo de Tarento, aprovechó su necesidad de agua y comida para obligarles a hacer un juramento: lucharían para devolver las tierras conquistadas al Imperio Romano de Oriente. Los caballeros se miraron de reojo unos a otros. ¿Qué demonios era aquello? Se habían puesto en marcha para arrebatar los Santos Lugares a los musulmanes, pero no estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para devolver las conquistas al Emperador, que, para colmo, era ortodoxo, es decir, casi un hereje, según su punto de vista. Sin embargo, la necesidad les obligó a aceptar a regañadientes el juramento (aunque con los dedos “cruzados”, claro). Sólo Raimundo eludió el juramento, pactando con Alejo de otra manera, pues también era enemigo de Bohemundo.
Bien, así comenzó el viaje por tierra hasta Jerusalén. Acompañados por un ejército bizantino, los cruzados se dirigieron a Nicea, antigua ciudad del imperio, convertida por los turcos en la capital del Sultanato de Rum. Comenzó el asedio, y los turcos intentaron romperlo sin éxito. Finalmente, ante la inminente rendición, el general bizantino Tatikios pactó la entrega en secreto con los turcos, pues temía que los avariciosos normandos y francos saquearan la ciudad. De modo que una mañana, los cruzados se despertaron para su sorpresa con la bandera imperial ondeando sobre Nicea, donde sólo se les permitiría entrar en grupos pequeños, para que no fueran capaces de armar jaleo.
Tras el subsiguiente cabreo, la desconfianza entre bizantinos y cruzados fue en aumento. Siguieron ruta hacia el sur, y se separaron en cuatro grupos para poder aprovisionarse adecuadamente. Era verano, y no tenían ni agua ni alimentos en abundancia, de modo que frecuentemente recurrían al saqueo, aunque a veces, eran aprovisionados por cristianos residentes en Anatolia. Y entonces, el 1 de julio de 1097, tuvo lugar la primera gran batalla de las cruzadas. El sultán de Rum, Kilij Arslan, se lanzó por sorpresa contra los cruzados de Bohemundo cerca de Dorilea. Rodeados por la caballería turca, y bajo una lluvia constante de flechas provenientes de los arqueros turcos y sus terribles arcos, Bohemundo comenzó a perder muchos hombres. Afortunadamente para él, Godofredo de Bouillón pudo acudir al rescate, y cayó por sorpresa sobre los arqueros a pie turcos. Ante la llegad de las fuerzas de Godofredo, los turcos, que no pensaban presentar batalla frontal, se retiraron rápidamente. Y así, unidos en un fraternal abrazo, las diferencias entre los líderes cruzados parecieron apaciguarse temporalmente, y siguieron su ruta hacia Tierra Santa, que será narrada en el siguiente artículo.

CRUZADAS EN DBA.
Comentaremos sólo algunos, y dejaremos el resto para los siguientes artículos.

III/65 Egipcios fatimíes. Sus ejércitos contenían tres etnias muy diferenciadas y rivales entre sí: los bereberes, los sudaneses, y los árabes y kurdos del este. Esta lista tiene cuatro peanas de Cv, siendo una de ellas el general. Representan a lanceros tipo Jund, muchos de ellos protegidos con armaduras, y étnicamente aŕabes, bereberes o kurdos. Luego hay una peana de LH, caballería ligera bereber equipada con jabalina, y tres peanas de 8Bw, que representan arqueros sudaneses protegidos por una primera fila de tropas equipadas con grandes escudos y lanzas cortas. La siguiente peana es opcional entre 4Ax (mercenarios dailami); 4Bd, que representan a sudaneses equipados con un pesado martillo-hacha, empleado para abatir específicamente caballeros cruzados, y entre 3/5 Wb, que representan a los Zanj sudaneses, feroces tropas equipadas con escudo y espada, o espada y daga. Luego hay dos peanas opcionales entre Cv, que representan a ghilmen mercenarios turcos, o bien Bw, que son más arqueros sudaneses, y una última peana de Ps, que puede ser tropas bereberes o arqueros sudaneses en formación abierta.

IV/1.- Bizantinos de Alejo Conmeno.
Tras perder Anatolia, los bizantinos tuvieron muchos problemas para reclutar tropas suficientes, y tuvieron que ir incorporando mercenarios occidentales. En la época de la Primera Cruzada, el ejército de Alejo se compone de una peana de 3Cv o 3Kn como general. Alejo debe usar la peana de Cv. Ésta y tres peanas más son lo que queda de la caballería étnicamente bizantina, los kavallaroi, equipados con lanza y escudo. Luego hay una peana de 4Bd, que representa a la Guardia Varega, ahora complementada con tropas de la Rus. Luego hay tres peanas de LH, que son turcopolos (turcos cristianizados en los límites del imperio) y Skythicon, que son pechenegos y cumanos (también pueblos turcos esteparios) contratados, y que luchan con sus tácticas tradicionales como arqueros ligeros a caballo. La siguiente peana es opcional entre LH (arqueros montados alanos) o 3Kn (caballeros mercenarios francos). Las últimas peanas son: dos de arqueros, opcionales entre Ps o Bw, y una última peana de Bw, que puede ser sustituida por una Sp (lanceros Kontaroi) o bien 3Ax, que representan a los herejes eslavos maniqueos, que lucharon con fanática devoción para Anna Conmeno.

Estos ejércitos pueden hacerse con multitud de marcas, ya que las Cruzadas con uno de los periodos más atrayentes de DBA. Que yo sepa, está Essex, Minifigs y Old Glory, pero seguro que hay muchos más.

Gökturks: El nacimiento del poder turco

miércoles, 3 de junio de 2009

Saludos. En esta ocasión hablaremos de la última potencia (sin contar a China, que dejaremos para más adelante) que nos hace falta para entender la historia de Europa y Asia durante la Alta Edad Media: los turcos. Los pueblos turcos suponen un enorme grupo demográfico por toda Asia, y, hoy estudiaremos sus orígenes. Descubriremos, no sin cierta sopresa por muchos (entre los que me incluyo cuando leí sobre el tema), que la actual Turquía queda muy lejos de su lugar de origen.

Bien, antes de entrar en materia, debemos contextualizar. Estamos a finales del siglo V de nuestra era. Roma está a punto de ser definitivamente conquistada por los germanos. Bizancio, en cambio, mantiene parte de su esplendor, y, aunque sumergida en una feroz resistencia contra los germanos y eslavos. Los persas sasánidas gobiernan Oriente, y al este de ellos, los heftalíes (recordemos, una rama de los hunos) gobierna las tierras del valle del Indo y parte de Afganistán. Los Xiongu, que habían gobernado la parte occidental de China, y que muchos autores identifican con los hunos, habían sido expulsados hacia el oeste por otro pueblo estepario, los ruanruan. Bien, éstos, que según algunos autores podían ser identificados con los mongoles.

Hasta el advenimiento de los ruanruan, se supone que los turcos eran grupos de tribus centroasiáticas que habían sido derrotadas una y otra vez por los Xiongu. Bien, según cuentan los anales chinos, cuando los ruanruan consiguieron establecer su poder, recién comenzado el siglo V, un grupo de quinientas familias turcas les pidieron tierras a cambio de vasallaje. Los ruanruan les concedieron un hermoso territorio en las nubosas y pacíficas laderas de las montañas Altai. Pero aquella cesión no fue a cambio de nada. Los turcos ya poseían ciertos conocimientos técnicos de los que los ruanruan carecían: la metalurgia del acero más exquisita y avanzada de la región. Los ruanruan les pidieron que fabricaran utensilios y armas para ellos. Es en aquellas laderas donde se forjó el espíritu del imperio turco, y aquel fue el hogar del clan que ostentaría la “línea de sangre real”, el “Ashina” turco, es decir, el linaje al que dirían pertenecer los líderes que reclamaran el khanato en los siguientes años.

Así, durante más de un siglo, sus gentes se trabajaron y perfeccionaron sus técnicas. Su fama aumentó, y comenzaron a recibir visitas de las tribus iranias de las estepas: sármatas, saka, sogdianos. Los comerciantes de esta región llegaban con frecuencia. Y los turcos, a través el intercambio, comenzaron a adquirir caballos de estos pueblos esteparios, y aprendieron a moverse y luchar sobre ellos. También los chinos de la dinastía Wei, a través de sus comerciantes, llegaron a los montes Altai, y ofrecieron a los turcos, a cambio de sus productos, la mercancía que se convertiría en el eje de la política de los pueblos asiáticos hasta la Revolución Industrial: la seda. Rápidamente se dieron cuenta de que el comercio de dicho producto era una fuente inagotable de poder y riquezas. Pidieron permiso en el 545 a los ruanruan para comprar seda en China,

Cabe suponer que los turcos comenzaron a quedarse sus mejores productos. Cotas de malla, armaduras hechas de cientos de placas articuladas, estribos… Prosperaban, y no tardaron en darse cuenta de que estaban ganando fuerza. Ya fuera para probarse a sí mismos, o para ganar más prestigio e influencia ante sus gobernantes ruanruan, el Ashina reunió a las demás tribus turcas e iniciaron una guerra contra las hostiles tribus tiele. Los líderes turcos, una vez derrotaron a los tiele, se presentaron ante los ruanruan con la intención de ser aceptados en el núcleo de poder del imperio. Pero éstos, tal vez temiendo que sus “esclavos herreros” se estaban volviendo demasiado poderosos, los humillaron y expulsaron de malos modos. Así comenzó la guerra entre los turcos y los ruanruan. Éstos, inmersos en convulsas guerras internas, no fueron capaces de hacerles frente, y fueron rápidamente derrotados en el año 552. En ese momento, el imperio sobre las estepas desde Korea hasta Irán pasó a sus manos, y fue conocido como el imperio Gökturk, que parece significar “turcos celestiales”. Otra de las consecuencias de la ascensión de los Gökturk fue el desplazamiento de algunos grupos de ruanruan hacia el oeste, cruzando las llanuras, hasta llegar hasta las estepas al norte del Mar Negro, donde se les empezó a conocer como Ávaros.


Debemos analizar ahora las relaciones de los turcos con los pueblos situados al oeste de su imperio, y estudiar el eje de la política turca. Porque, no nos equivoquemos, a pesar de un breve interludio de poder chino en su imperio, los turcos crearon un imperio que funcionaba bastante bien a nivel de estado. Como ya hemos dicho, la política de los khanes giraba entorno al comercio de la seda. Por lo tanto, controlar la mayor parte de la Ruta de la Seda era indispensable. De modo que desde finales del siglo VI, los turcos cruzaron los territorios de Sogdiana y la Transoxiana y se adentraron en el impero de los heftalíes. Los sasánidas también tenían interés en eliminar a los heftalíes, y pactaron con los turcos. Así, los heftalíes fueron vencidos. Sin embargo, los sasánidas reclamaban el poder en estos territorios, y las tribus turcas no podían establecer guarniciones permanentes, porque su organización tribal implicaba que para lograr algo así, toda la tribu debía desplazarse hasta allí. Por lo tanto, los turcos mantuvieron algunos reyes vasallos heftalíes. Pero éstos querían recuperar su independencia, y los tres poderes de la región (turcos, príncipes heftalíes e iraníes) siguieron luchando durante muchos años. Sobre todo entre el 581 y el 596. Aun así, con todas las dificultades, los turcos, a través de los comerciantes sogdianos que ya estaban bajo su poder, pudieron llegar a los puertos occidentales de La India con su seda.

Una prueba de que el khanato de las estepas funcionaba a nivel de estado es que la respuesta que dieron los khanes desde el corazón de las estepas de Asia fue aprovechas las nuevas guerras entre Persia y Bizancio, y lanzar un poderoso ataque a más de cinco mil kilómetros de distancia, por el norte de Persia en dirección a Crimea, para conquistar así esta región y tener un acceso a los puertos septentrionales del Mar Negro, desde donde podrían llevar su seda directamente a Bizancio.


El imperio de los Turcos Celestiales se organizó en dos centros administrativos inicialmente, (aunque luego pasaron a ocho). Estos dos centros se convirtieron en las capitales de los turcos orientales y los occidentales (el bosque de Ottukan y la Montaña Blanca, respectivamente). Sin embargo, esta estructura demostró cierta inestabilidad. En el año 581, ambas cortes rompieron relaciones. El khan occidental, Tardu, proclamó su intención de tomar Ottukan, y comenzó una feroz guerra civil. Los turcos orientales pidieron ayuda a los chinos de la dinastía Sui, que les apoyaron, y así comenzaron a dar la vuelta a la guerra. Tardu no se amilanó, no obstante, y en el año 600 puso sitio de la capital Sui. Sin embargo, el astuto emperador chino inició una campaña diplomática secreta, y consiguió que las tribus Uygur y otras, que luchaban para Tardu y , le traicionaran. Después de perder así una gran fuerza, Tardu fue definitivamente derrotado en el 603. China aumentó su influencia sobre los turcos orientales, y, por lo tanto, sobre las rutas caravaneras de las estepas.

Fueron los turcos orientales los que conservaron el nombre de Gökturks. Permanecieron en la órbita política de la dinastía Sui hasta que ésta entró en decadencia frente a la dinastía Tang. Los turcos orientales irrumpieron en el país, pero el emperador Tang pactó con las tribus Tiele, y el khan turco fue capturado en el 630. De este modo, el imperio turco oriental fue dominado totalmente por el emperador chino, que lo dividió en diferentes protectorados.

Los turcos occidentales siguieron ejerciendo su imperio de manera independiente durante las siguientes décadas. Pronto apareció un poderoso motivo de tensión con los sasánidas. Dominaban la ruta terrestre de la seda hasta las fronteras de Irán, pero los sasánidas dominaban todas las rutas hasta el Mar Negro. Por lo tanto, sólo podían vender su seda a los sasánidas. Sin embargo, deseaban poder llegar hasta Bizancio, donde el beneficio de su venta pasaría íntegramente a sus manos. En otras palabras, no estaban dispuestos a que los iranios se quedaran con el pellizco más gordo. Por ello, se aliaron con los bizantinos y comenzaron la Tercera Guerra perso-turca, que les llevó a reconquistar todas las tierras al norte del río Oxus en el 630. Antes, ene l 627, con la ayuda del emperador Herakleios y la tribu de los kházaros, habían invadido Armenia (de nuevo buscando una ruta directa hacia los bizantinos), anque de allí fueron rechazados al cabo de tres años.

En el 634 ascendió al poder Ishbara-Qhan, un gran líder que modernizó extraordinariamente la organización de su imperio. Sin embargo, en lo siguientes veinte años, el poder Gökturk se debilitó, y así fueron perdiendo en control de otros súbditos como los búlgaros y los kházaros.

Mientras, desde el este, el emperador Taizong Tang avanzó hacia Occidente. En el 659 derrotaron definitivamente al khanato occidental.

Pero fue el khanato oriental de los turcos el que recuperó el poder. En el 681 se rebelaron de nuevo, y aunque los Tang se defendieron y alejaron a los turcos de China, no pudieron evitar que éstos se expandieran de nuevo hacia el oeste. En el 705 llegaron de nuevo a Samarkanda, en Sogdiana. Pero, en aquella ocasión, no estaban allí los persas, sino los ejércitos de los victoriosos Omeyas, que ya habían conquistado Persia. Turcos y árabes chocaron por primera vez. Éstos últimos fueron los vencedores, pero aquel encuentro cambiaría la Historia para siempre. Porque, como veremos en el próximo artículo, la dinastía abásida, que sustituyó a los Omeyas, comenzó a islamizar e introducir a los esclavos-soldado turcos, procedentes de las ya desorganizadas tribus que vagaban al otro lado del Oxus. Estos guerreros turcos pasarían a la posteridad como Ghilmen o Mamluks, y sus generales-esclavos terminarían por rebelarse contra sus amos, creando una serie de exitosas dinastías islámicas turcas: los fieros gaznávidas y sus temibles elefantes; los Seljuk, azote del imperio bizantino; los mamelucos, que terminaron gobernando en Egipto, y por último, los otomanos. Pero eso es otra historia.

El final del Segundo Imperio Gökturk se selló en el 744, cuando los Uygur promovieron una revuelta en el centro de las estepas, y, seguidos por otras tribus de la confederación turca, tomaron el poder. De esta manera, las estepas dejarían de ser un imperio organizado hasta la llegada de Gengis Khan, aunque las tribus turcas vagarían por ellas durante años.

Sin embargo, otros pueblos turcos seguirían hacia el oeste y fundarían sus propios khanatos, como los kházaros y los pechenegos, de los que hablaremos en otros artículos. Y no podemos obviar que cuando el poder Gökturk desapareció, los propios turcos de todas las tribus, no solo del Ashina, se habían asentado en las ciudades y oasis de su imperio, y muchos de ellos se hicieron sedentarios, formándose como excelentes artesanos, y también aprendieron artes y ciencia. La base étnica de la población de países como Uzbekistán, Afganistán, Irán, Pakistán o La India se vio para siempre determinada por este periodo.


En este momento hablaremos de la estepa. Merece la pena conocer un poco más el mundo que se desarrollaba que aquellos horizontes infinitos y desconocidos. A nuestros desacostumbrados e inexpertos ojos, si apareciéramos de repente en cualquier punto de aquellas tierras, seguramente nos parecería un lugar plano y vacío. Pero no era así ni para los turcos ni para los ruanruan, xiongu, tocarios, saka, sármatas, alanos y todos los pueblos hijos de las llanuras. Pues en aquél aparentemente monótono paisaje, había caminos invisibles que conectaban multitud de oasis y ciudades estado, extendidas a lo largo de las cuencas de los principales ríos (como la cuenca del Tarim, o el Oxus, que desembocaba en el Mar de Aral). Los nombres de tales ciudades se convirtieron en legendarios: Samarkanda, Bujara, Kokand de Ferghana, Jotán… Al norte de Bactria se encontraba la región de Sogdiana, cuya población, organizada alrededor de multitud de pequeños y prósperos oasis, viajaba y comerciaba de un lado a otro de la estepa, desde China hasta el Mar Negro, y desde las costas del Báltico hasta los puertos occidentales de La India. Los sogdianos, cuyo idioma indoeuropeo era lengua franca por toda la estepa, fueron importantes consejeros de los khanes turcos, y se beneficiaron enormemente de su imperio, pues proporcionaron seguridad para los mercaderes a lo largo de todo el camino. Chorasmia, otra región al norte de Sogdiana, siguió un camino parecido.

Los turcos y otros pueblos esteparios producían pieles y caballos. Los habitantes de los oasis y ciudades estado de las estepas construían sistemas de regadío y producían cultivos vegetales, ansiados por los nómadas para enriquecer su dieta. La seda viajaba desde China hasta el Báltico, Mar Negro y La India. Desde el Báltico llegaban miel y ámbar, y desde La India, especias. Las caravanas conseguían pingües beneficios, y parte de ellos se quedaban en las ciudades situadas en nodos estratégicos de los caminos. Las distancias eran enormes, y muchos los peligros. Por eso los turcos hicieron un gran esfuerzo por mantener la seguridad a lo largo de sus dominios.


LOS PRIMEROS EJÉRCITOS TURCOS EN DBA

Como pueblo estepario, los turcos continuaron con la tradición de guerra basada en la caballería armada con arco. Sin embago, su pericia en la fabricación de herramientas, armaduras, armas y arreos les dio cierta ventaja. Comenzaron a usar los estribos, lo que permitía aumentar la estabilidad del jinete y, por lo tanto, introducir más tensión en los arcos. Éstos eran compuestos, del tipo común de las estepas, pero no era asimétrico, como el de los hunos, sino más parecido al arco tradicional parto. No obstante, la estabilidad del jinete y una mejor construcción hacía del arco turco (todavía lo es) un arma apabullante. Además de la caballería ligera, los nobles llevaban hermosas armaduras lamelares y cotas de malla. De hecho, los turcos se convirtieron en el paradigma del arquero acorazado a caballo, y tanto en sus ejércitos como al servicio del Islam en los regimientos de Ghilmen y Mamluks, cambiaron para siempre la guerra en Asia. Poseían además hermosas espadas, muy bien adaptadas a la lucha a caballo. Según algunas fuentes, los jinetes acorazados a veces hacían uso de lanza para cargar, pero no era lo más frecuente, aunque en los ejércitos abásidas si cargaban en ocasiones empuñando pesadas mazas.

En DBA, el imperio Gökturk y sus sucesores Uygurs están representados en la lista III/11, Turcos centroasiáticos. La opción “a” representa a los Uygurs. La que nos interesa el la “b”, aunque ambas son muy parecidas. Contiene tres peanas de Cv, una de las cuales es el general, que representan a los nobles turcos. El resto de la lista es de LH, la caballería tribal, equipada con arco y espada, aunque hay tres peanas opcionales: puede cambiarse una LH por un Ps, que representa arqueros hostigadores procedentes de las ciudades y oasis, y hasta dos LH pueden cambiarse por Hd, que representan a siervos o pueblos sedentarios de la estepa sometidos y llevados al combate a rastras.

Essex y Old Glory tienen gamas de turcos (normalmente bajo el nombre de “Asian horse armies” o “central asian nomadic armies”, o cosas así.

Malta: el último asedio de las Cruzadas

martes, 7 de abril de 2009

Esta semana, nuestro colega Blooze nos trae este magnífico artículo sobre el duro asedio otomano a Malta.

Dos veces a lo largo de su historia tuvo que soportar la isla de Malta los rigores de un asedio por parte de una potencia mucho mas fuerte, el mayor de ellos en 1565 cuando por si sola recibio el asalto de las tropas del islam.

Suleiman el Magnifico estaba determinado a añadir la isla a su ya larga lista de conquistas por una serie de razones. Era la nueva sede de los empedernidos enemigos del sultan: los Caballeros Hospitalarios, mas conocidos en esta epoca como de San Juan, que tras vagar por Europa tras su expulsion de Rodas en 1522 por el propio Suleiman consiguieron la cesion de la isla a perpetuidad de manos de Carlos I de España.

Desde su base en el Gran Puerto los Caballeros atacaban con gran exito las ricas rutas comerciales musulmanas. Otra de las razones, y tal vez la mas importante, era que, conquistando la isla, tendrian los otomanos una base perfecta para atacar Sicilia e Italia. Tras nombrar a Mustafa Pasha como general al mando de las tropas en tierra y a Pialí Baja como jefe de la flota, a los que mas tarde se uniria el gran marino Turgut Reis, el destino de la isla perecia sellado.



Plano de la isla con las diferentes fases del asedio

La vanguardia de la flota del almirante Piali compuesta por casi 200 navios fue detectada en las proximidades de la isla el 18 de Mayo, y al dia siguiente las primeras tropas de Mustafa Pasha desembarcaban al sur de la isla, en la bahia de Marsasirocco. Esta repentina invasion no tomo por sorpresa a Gran Maestre de la Orden, Jean de la Valette. Durante años este tenaz y piadoso guerrero habia ido tomando precauciones contra un ataque similar. Su estrategia consistia en desafiar al enemigo desde las defensas de Mdina, la antigua capital, y los fuertes que rodeaban el Gran Puerto. Para conseguir sus proposito La Valette mejoro las fortificaciones de los fuertes de San Elmo y San Angelo, amurallo las ciudades de Senglea y Birgu donde las siete langues o agrupaciones nacionales de los Caballeros tenian sus sedes (incluida una representacion simbolica de la rama inglesa recientemente disuelta por Enrique VIII), instalo una gran cadena que cerraba el puerto principal entre las dos ciudades, y lleno los almacenes y cisternas subterraneas con alimentos, agua y polvora. A cada una de las langues le fue adjudicaca un sector de las defensas e incluso la propia poblacion maltesa sabia lo que debia hacer, cuando sonase la alarma debian quemar sus cosechas y aldeas, envenenar los pozos y conducir sus ganados y ellos mismos a alguna de las fortificaciones para no dejar nada utilizable al enemigo. Todos, Caballeros y nativos, tenian una mision a realizar.

Mustafa Pasha, tras algunas escaramuzas con la caballeria de la orden, en su mayor parte acantonada en Mdina, no tardo en atacar Castilla (las defensas que protegian Birgu) el dia 20, pero sufrieron un sangriento reves, siendo este el primero de muchos. Tras establecer su campamento principal en Marsa los turcos dirigieron sus esfuerzos contra el fuerte San Elmo que guardaba las entradas del Gran Puerto y de la bahia de Marsamuscetto desde el extremo de la peninsula de Sciberras. La razon principal fue la insistencia de Piali en que la flota estaria mas segura en Marsamuscetto.
El actual fuerte de San Angelo visto desde el punto donde estaban parte de las baterias turcas.

San Elmo originalmente estaba defendido por Luigi Broglio, 52 caballeros y 800 soldados, los cuales resistieron todos los asaltos durante 31 dias. Los turcos instalaron artilleria pesada en el monte Sciberras y, alternaron costosos asaltos con masivos bombardeos que poco a poco destrozaron los muros de la fortaleza. Aun asi la guarnicion se aferraba a sus posiciones, recibiendo cada noche refuerzos mandados en barcas desde San Angelo y evacuando a los heridos mas graves. Fue tan solo despues de la llegada del afamado corsario Turgut Reis con mas refuerzos el 30 de Mayo que las tornas cambiaron para los defensores. Este experimentado combatiente asumio el mando, y no contento con los progresos pronto establecio nuevas baterias que rodeaban San Elmo, concretamente en Tigne y Gallow's Point de forma que el fuerte recibia fuego cruzado desde tres puntos distintos. Una serie de renovados asaltos desgastaron a la guarnicion y el 7 de Junio los jenizaros consiguieron tomar el revellin que protegia el norte del fuerte. De todas formas el gran asalto del 16 (iniciado por una fuerza de voluntarios fanaticos iaylars) no consiguio destruir a la guarnicion, aunque a esas alturas los fosos estaban llenos de cadaveres en descomposicion de anteriores asaltos y la fortificacion casi destruida.

Turgut Reis ademas hizo construir unos atrincheramientos para proteger futuros asaltos del fuego de flanco que realizaban desde San Angelo. Asi mismo impuso patrullas navales que acabaron con los refuerzos que llegaban de noche desde Birgu a San Elmo. Desgraciadamente para los turcos, mientras realizaba una inspeccion de las obras Dragut fue herido de gravedad y ya no se recobraria, muriendo pocos dias despues. A partir del dia 17 el fuerte quedo completamente aislado y, aunque las tropas cristianas resistieron aun unos cuantos asaltos mas, el dia 23, tras ya haber sufrido los turcos cerca de 8000 bajas, las banderas del islam coronaban las murallas que quedaban del fuerte. Aunque no solo las banderas se veian desde las posiciones de los defensores al otro lado del puerto: tambien se veian las cabezas clavadas en picas de los ultimos combatientes del fuerte. El mensaje era claro, esta vez los Caballeros no tendrian la oportunidad de rendirse como ya hicieran en Rodas. Segun parece De la Valette no se amilano, ordeno matar a los prisioneros capturados y envio sus cabezas a las posiciones turcas disparadas desde los cañones de las defensas.


Armaduras de la época. Armería de Palacio. Valetta.
Hubo una pausa en los combates mientras los esclavos turcos situaban de nuevo las baterias para hacer fuego sobre Birgu y Senglea. La valette utilizo el respiro para pedir ayuda al Papa y al Virrey de Sicilia, aunque fue lo suficientemente sensato de no confiar plenamente en las promesas de refuerzos que le realizaron, ya que desde el comienzo del asedio tan solo se habian recibido 600 hombres al mando de Juan de Cardona, en su mayor parte voluntarios que, sorprendentemente, llegaron a Birgu tras cruzar las lineas enemigas. Mientras 70 cañones apuntaban a San Angelo, y un numero similar de galeras fueron arrastradas por tierra con grandes esfuerzos y botadas en la parte mas al sur del Gran Puerto para realizar un ataque simultaneo desde mar y tierra sobre Senglea y el fuerte San Miguel. El ataque no tardo en llegar, el 15 de Junio, en las murallas que protegian la entrada de la peninsula, los defensores aguantaron el embite ayudados por refuerzos que llegaban desde Birgu a traves de un puente construido para la ocasion. A su vez el asalto por mar se topo con empalizadas construidas en el mar que frenaron su avance y una fuerza escogida de 1000 jenizaros fue destrozada al perder 800 hombres a causa de una bateria a los pies de San Angelo y que hasta ese momento habia estado oculta. Impasible ante las terribles perdidas que sus hombres estaban teniendo, Mustafa Pasha lanzo asalto tras asalto contra las murallas de San Miguel y Castilla en el curso de las siguientes semanas. Todos fueron rechazados. El exito casi lo consiguieron en San Miguel el 7 de Agosto, incluso De la Valette creyo no poder cerrar la brecha abierta, pero en el momento de la victoria un ataque sopresa por parte de la guarnicion de Mdina al campamento turco forzo a Mustafa a retirar a sus hombres. La siguiente crisis ocurrio el 18 cuando una mina fue explosionada bajo las murallas de Castilla y el Gran Maestre hubo de reagrupar en persona a los aturdidos defensores, pero antes que acabara la batalla, que duro dos dias y una noche, los Caballeros consiguieron cerrar la brecha y destruir dos torres de asalto. En esos momentos tan solo 600 de los defensores se encontraba en condiciones de luchar, pero ninguno se consideraba herido si aun podia caminar.

Pronto el alto mando turco comenzo a tener divergencias sobre la continuacion del asedio. Piali Baja queria retirar sus naves antes de que llegaran las tormentas del invierno, pero Mustafa Pasha era mas obstinado. Tan solo la combinacion de la falta de proyectiles, municiones y alimentos (los turcos habian calculado un corto asedio y ya se llevaban 2 meses y medio), las enfermedades que asolaban el campamento, el humillante rechazo en Medina donde la guarnicion vistio a las mujeres con ropas de soldado para hacer creer al enemigo que la guarnicion era mas fuerte de lo que era en realidad, fustrando asi el asalto. Todo esto convencio a Mustafa Pasha para comenzar a considerar la evacuacion.

El factor determinante fue la largamente esperada llegada de refuerzos desde Sicilia. El 8 de Septiembre el empeño del general turco llego a su fin y ordeno el reembarco de los supervivientes de su ejercito. Tras combatir en una accion de retaguardia en las colinas de Naxxar donde la caballeria recien llegada cargo impetuosamente, los turcos finalizaron la evacuacion abandonando las costas de Malta con destino a Estambul para hacer frente a la ira del sultan.

El asedio a Malta habia Finalizado, aun mas importante, el avance del islam hacia occidente habia sido detenido, devolviendo el golpe los cristianos en Lepanto 6 años mas tarde, pero eso ya es otra historia.

ASEDIO DE MALTA PARA DBX
Para representar esta campaña lo ideal seria utilizar la "Extension DBA 1500-1900" de Tony Barr, siendo los ejercitos participantes:

16) Caballeros de San Juan 1310-1570. 2x3Kn, 2x4Sp or 4Pk, 3x4Cb or 4Sh, 1xArt, 4x2Ps. (162b)

19) Españoles/Imperiales 1519-1559. 1x3Kn, 1x2LH or 4Pi, 1x2LH or 4Pk, 1x4Pi or 4Pk, 2x4Pk, 1x3Wb/3Bd (Sword) or 4Sh, 4x4Sh/2Ps, 1xArt.

67) Turcos Otomanos 1512-1570. 4x3Cv, 2x2LH, 2x4Bw or 4Sh or 2LH, 1x2LH or 3Bw or 3Sh, 1x2LH or 3Bd, 2x2LH/3Dr/2Ps or Art.


Las fuerzas a representar serian (segun Francisco Balbi di Correggio, uno de los combatientes):

Caballeros hospitalarios:
500 caballeros hospitalarios
400 soldados españoles
800 soldados italianos
500 soldados de galeras
200 soldados griegos y sicilianos
100 soldados de la comandancia de San Elmo
100 sirvientes de los caballeros hospitalarios
500 esclavos de galeras
3000 soldados reclutados entre la población maltesa
Total: 6.100

Refuerzos españoles:
8-10000 soldados, principalmente infanteria.

Fuerzas otomanas:
6000 cipayos (caballería)
500 cipayos de Caramania
6000 jenízaros
400 aventureros de Mitilene
2500 cipayos de Rouania (Argelia)
3500 aventureros de Rouania
4000 fanáticos religiosos Iaylars
6000 voluntarios varios
Corsarios varios de Trípoli y Argel
Total: 28500 de Oriente, 48000 en total
(En estas cifras solo se incluyen combatientes, no esclavos ni supernumerarios)

Bibliografia:
Malta 1565, Tim Pickles
A guide to the battlefields of Europe, David Chandler
The Great Siege: Malta 1565, Ernle Bradford
Varios numeros de la revista Military Modelling