Grandes Batallas IV: Stamford Bridge, 1066.

jueves, 31 de enero de 2008

Nuestro nuevo colaborador, Dr. Stuka, nos trae esta semana un precioso artículo sobre la última batalla de los vikingos. Disfrutadlo.


Stamford Bridge: antecedentes históricos.

Septiembre de 1066. Los ingleses no lo sabían pero en menos de dos meses su historia daría un vuelco tan radical como decisivo. En tres batallas decisivas se decidió el destino de las Islas: Fulford Gate (20 de Septiembre), Stamford Bridge (25 de Septiembre) y Hastings (14 de Octubre).Es obvio que la que mayor importancia histórica tuvo fue Hastings. Pero la batalla más épica, la que resume un modo de entender la guerra y la vida, la que cierra la Edad Oscura en las Islas Británicas (quizás para abrir otra aun más oscura) fue Stamford Bridge.Lo que aquella mañana sucedió comenzó en enero, cuando Eduardo el Confesor murió en olor de santidad. Santo si, pero dejando una herencia de sangre y destrucción. Habiendo hecho voto de castidad, Eduardo solo tenía un heredero: su sobrino Eduardo el Exiliado, que haciendo honor a su nombre, vivió toda su vida en Hungría. Volvió justo a tiempo para morir y dejar sin heredero el trono. Muerto Eduardo el Confesor, una pléyade de aspirantes a su trono comenzaron a jugar sus cartas. Desde luego, era Edgar Aetheling (el hijo de Eduardo el Exiliado) quien tenía más derecho a tal reclamación. Derecho de sangre, más no de armas. Un chico de 14 años, rodeado de ambiciosos Godwins, no era adversario digno. Optó por la discreción y logró vivir para participar en la primera cruzada y llegar hasta los 70 años, un logro digno de reseñarse en aquellos oscuros tiempos.Harold Godwinson , conde de Wessex era el dueño de facto del reino. El y sus hermanos se repartían los distintos territorios y prebendas del reino. Eduardo le nombró, en su lecho de muerte rey. Algo que, de facto, ya era. Entre el resto de los candidatos, Guillermo de Normandía, (aun no el Conquistador) alegaba un derecho aun más tenue que los hijos de Godwin: según el Eduardo le había prometido la corona inglesa cuando muriese durante un viaje de Guillermo a Inglaterra.Si todos los Godwinson se hubieran mantenido unidos, quizás la candidatura del normando no hubiera prosperado. Pero Tostig, duque de Northumbria, aspiraba tambien al trono. Jefe de las tropas de Eduardo, creía que de haber estado junto al lecho del rey, él hubiera sido el elegido. Depuesto por Harald, buscó refugio en la corte de los dos pretendientes restantes. Su trato, servirles en la conquista de Inglaterra a cambio de sus tierras en Northumbria y nuevos territorios. Quizás tramaba algo más, nunca lo sabremos Svein de Dinamarca declinó la oferta, no queía verse envuelto en los asuntos ingleses. Posteriormente cambiaría de idea se enfrentaría a Guillermo y sería derrotado. Así que Tostig viajó a Noruega a entrevistarse con Harald Harald Sigurdsson, llamado Hadrada, rey vikingo de Noruega. El último de ellos. Pendenciero, Luchador. Pirata. Honorable. Vengativo. Mentiroso. Noble. Capaz de lo mejor y lo peor. Un elegido de Odín, pese a ser hermano de San Olaf. Su vida había sido una aventura constante. Y ahora se iba embarcar en la definitiva.Su ejercito lo componían unos 9000 hombres, incluyendo sus housecarls y thengs reunidos apresuradamente y embarcados en 300 naves. Su objetivo era desembarcar en las tierras de Tostig y sublevarlas contra Harold. Llegaron a Riccall, en la desembocadura del Derwent y su tarjeta de visita fue incendiar y saquear Scarborough. Su siguiente objetivo: YorkEdwin y Morcar, hermanos del rey, dispusieron una primera defensa del reino, interceptando a los nórdicos en Fulford Gate, una buena posición defensiva que compensaba en parte la abrumadora ventaja en número de los noruegos. Pero Morcar cometió en error de atacar, presionando a la primera linea noruega hacia un terreno pantanoso. Era lo que esperaba Hadrada, que había reservado sus mejores tropas para ese momento. El contrataque fue brutal, la batalla un baño de sangre y el camino hacia Jorvik (el nombre de York para los nórdicos) libre. La ciudad abrió sus puertas y Harald Sirgusson fue proclamado rey de Inglaterra. Su reino duraría 3 días más y apenas abarcaría unas millas en torno a York.


La Batalla

El 25 de septiembre encontramos a Harald y Tostig en marcha. Sabían que Harold se dirigía al norte con un ejercito considerable, pero esperaba que tardase aun más tiempo en alcanzar el norte. Tiempo suficiente para someter aquella región y que Tostig reclutase tropas sajonas. Desde York habían bajado a orillas del Derwent hacia su flota. Dejaron parte de su ejército con los barcos y el resto ( su estimación varía mucho según las fuentes, unos 7000 hombres) se dirige al puente de Stamford, donde la ciudad de York debe hacer entrega de 100 rehenes como garantía de sus sometimiento.Aquél lunes era un día inusualmente caluroso. Muchos vikingos dejaron sus cotas de malla en los barcos. Los vikingos y los mercenarios de flamencos de Tostig acampan, están de buen humor y relajados. De pronto se descubre una enorme nube de polvo en el horizonte, que anuncia la marcha de un ejercito importante en las cercanías. ¿Serán los aliados de Tostig?. No, es Harold Godwinson, que ha logrado la proeza de recorrer 180 millas en solo 4 días. Ha logrado reunir un ejercito de unos 8000 hombres.Hadrada no pierde el tiempo. Envía una fuerza al otro lado del río para impedir el cruce del puente y de un vado cercano mientras el organiza la defensa. Hay un consejo de guerra, en el que Tostig opina que deben retirarse a los barcos para recoger su equipo y reforzarse (o embarcar si es necesario). Harald opina que deben resistir y mandar mensajeros a Riccall para que el resto de sus hombres llegue a Stamford . su llegada por sorpresa derrotará a los sajones. Y el consejo del rey se impone.Mientras monta en su enorme caballo negro este se encabrita y Hadrada cae. Un mal augurio piensan su hombres. Consciente de ello, Harald rie y dice: “Una caida es suerte para el viajero”. Manda alzar su estandarte Landeythan, el Asolador del pais, donde el cuervo, símbolo de Odín, ondea. Harald lo ha declarado su bien más preciado. Dice que tiene el poder de dar la victoria a quien lo posea si no cae. El noruego porta su cota de malla, llamada Emma, que es tan fuerte que nunca ha sido partida.Mientras llega del campo sajón una embajada. Un jinete se adelanta y pregunta por Tostig. Le ofrece recuperar Northumbria y sus privilegios. Cuando pregunta Tostig que ofrecen al rey noruego, recibe la famosa respuesta:“-Seis pies de tierra inglesa para ser enterrado, quizás un poco más pues se dice que es mas alto que el común de la gente”.La respuesta de Tostig no es tan famosa pero es no menos épica.“-Decid al rey Harold que se prepare para la batalla, pues ningún nórdico dirá con razón que Tostig dejó al rey Harald Sigursson para pasarse al enemigo. Tomamos la resolución de morir con honor o ganar Inglaterra”.La embajada se retira. Cuenta el poeta que Hadrada preguntó a su aliado:“-¿Quien es ese que ha hablado tan bien?”“-Era el rey Harold Godwinson”Harald organiza a su gente en una muralla de escudos circular, con su sequito en el centro, en torno al Asolador. Tostig se dispone cerca de él. Mientras la fuerza avanzada ha caido. Un solo hombre sin armadura (tal vez un berserk), detiene él solo en el puente al ejercito sajón durante mucho tiempo, hasta que le clavan una lanza desde abajo. El vado también ha sido tomado.Los sajones forman una muralla de escudos, asaetean a los nórdicos e inician el ataque frontal. Pero un ejercito que ha recorrido tamaña distancia en tan poco tiempo tiene un límite. Tras horas de batalla, no han conseguido romper la formación vikinga y los asaltos se hacen cada vez más débiles. Harald Hadrada percibe esto y se precipita. No esperará a los refuerzos, iniciará el mismo el contraataque. Al fin y al cabo no había llegado a ser rey siendo tímido. El poeta Snorri Sturlason pone esta canción en su boca:“Avanzad, avanzad.Sin cascos sin cota de malla.Pero con el canto de las espadas, con el corazón en nuestras filasQue nunca conocieron el miedo”Los sorprendidos sajones flaquean, comienzan a retroceder. Harald avanza en primera fila con sus hombres, Landeythan ondea junto a él. En plena cólera guerrera, nadie es capaz de detenerle. Parece que una vez más se saldrá con la suya. Pero una flecha sajona le atraviesa la garganta y cae muerto.Ahora son los nórdicos los que vacilan y Godwinson ordena rodear los flancos del enemigo. Solo cuando Tostig recoge Landeythan se reorganizan los noruegos. Muchos, sin embargo han caído. Ambos ejércitos se dan un respiro nuevo se forman dos murallas de escudos y todo vuelve a empezar. Harold ofrece cuartel, los noruegos lo rechazan.Entonces llegan al fin las tropas de las naves, dirigidas por Eystein Orre. Perefectamente armadas y acorazadas, han hecho la ruta desde Riccall a marchas forzadas. Orre toma el estandarte del cuervo y de nuevo los vikingos parecen caer en una furia ciega. Hacen retroceder a los ingleses, pero pronto cesa el empuje. Los hombres de Orre están tan cansados que apenas se cubren con el escudo, no tienen fuerzas para alzarlo. Los sajones recuperan su empuje, y los nórdicos retroceden. Tostig ha caido, así como Eystein Orre . Solo la noche detiene la matanza. Al amparo de las sombras, los vikingos que quedan en pie se retiran a sus barcos.Al día siguiente Olaf Haraldson pide una tregua. El rey Harold se muestra generoso y permite retirarse a los noruegos, bajo palabra de no volver a atacar Inglaterra. Necesitaron 300 barcos o más para traer sus tropas desde Noruega. Solo 24 naves volvieron.Harold Godwinson cumplió su promesa y cedió siete pies de suelo inglés para enterrar a Hadrada, el último de los vikingos. Pronto tuvo que ponerse en marcha para encontrar su destino en Hastings. Solo le quedaban 19 días de reinado, y de vida. Otra flecha iba a cambiar el rumbo de la historia.


Stamford Bridge en DBA.

Esta batalla se simula de modo bastante fácil, ya que ambos ejercitos son bastante monotemáticos: Blades vikingas contra Spears sajonas. Quizás lo más complicado es el terreno y como han de comportarse frente a el los jugadores, de haré unas sugerencias para aquel que quiera probar algo diferente.El ejercito vikingo es el III/40 en su opción b. Sugiero elegir los arqueros, para representar la importancia del intercambio de flechas en esta batalla. En ninguna fuete se habla de berserks en el campo vikingo, pero es cierto que en la batalla cada vez que se alzaba el estandarte de Odín, los vikingos parecían entrar en ese estado, lo que hace que la opción 3Wb sea razonable. La opción 3Bd serviría para representar a los aventureros unidos a la expedición procedentes de las Islas Orcadas y otros territorios vikingos. No se menciona en ninguna fuente escaramuceadotes, por lo que los he suprimido como opción viable 1/4Bd (Gen), 10x4Bd, 1 x 3Bd o 3Wb o 3BwAl menos 1 placa y un máximo de tres se asignará a la fuerza al otro lado del puente. Dos placas se asignarán a la marcha de flanco de Eyestein Orre, y se empezará a chequear su llegada a partir del tercer turno. Ni la fuerza avanzada ni la marcha de flanco pueden contener el general.El ejercito sajón está representado por la lista III/71. Se usa la lista estandar, aunque yo sugiero que la posibilidad de un elemento 2Ps sea sustituido por uno 3Bw. Siempre he pensado que el factor de los arqueros ha sido muy menospreciado en DBA/DBM en el caso sajón.1x4Bd (Gen), 2x4Bd, 8x4Sp, 1x 2Ps o 4Sp o 3Bw.El terreno es como sigue:

1.- Zona de despliegue de los Sajones.

2.- Fuerza avanzada de los vikingos.

3.- Zona de despliegue de los vikingos. (low hill)

4.- Zona de llegada de la marcha de flanco de Eyestein Orre.

5.- El puente de Stamford. Su ancho es de una sola placa.

6.- El vado es opcional, ya que no todas las fuentes hablan de el.

El río es impasable excepto por el puente y (si se usa) el vado.Algunas sugerencias:

- Para simular esta batalla de modo más realista, sugiero que se utilicen las reglas de dobles, doblando numero de elementos, bajas y dimensiones del tablero. En ese caso la fuerza avanzada será de un mínimo de 2 elementos y un máximo de 6. Las tropas de Eyestein Orre se representarán con tres elementos.De igual modo, en esta opción, dos elementos de Bd pueden ser sustituidos por 4Sp para representar los mercenarios flamencos y los sajones leales a Tostig.

-Como se ha podido ver anteriormente, en esta batalla se luchó hasta el final. Para representar esto solo se alcanzará la victoria cuando uno de los dos ejercitos haya perdido la mitad más uno de sus elementos.

- El cansancio de las tropas de Harold Godwinson se ve compensado por la falta de equipo de los vikingos. Por ello no se sugiere ninguna regla especial para representarlo.- El heroe del puente: si se quiere simular este momento épico del juego, puede optarse por dos soluciones.O bien se asume la opción de 3Wb (berserk) de los vikingos y se coloca en el puente, de modo fijo. O bien se simula mediante una miniatura individual situada en el centro del puente. El jugador sajón que atraviesa el puente tira un dado. Si saca un 6 cruza, si no espera un turno. En el turno siguiente, el resultado para cruzar será de 5+, en el siguiente de 4+,etc.

- En la batalla, los vikingos en ningún caso cruzaron el puente. Esto debe ser respetado por el jugador vikingo.

- El cansancio de las tropas de la marcha de flanco puede representarse haciendo que todas sus acciones tras el primer turno desde que aparezcan cuesten un PIP extra.Espero que el escenario sea de vuestro agrado y os proporcione unas horas de diversión. No he podido probar las reglas adicionales, así que si alguien se decide (o quiere opinar sobre ellas) que recurra al foro de La Armada.

Informe de batalla: Persas aqueménidas tempranos Vs Demetrio

viernes, 25 de enero de 2008

Saludos. Un nuevo informe de batalla. Esta vez jugué contra mi amigo Filu, que no cogía sus doce desde verano.
Yo salí atacante, y Filu puso el terreno: una BUA y un camino en un borde. A mitad del tablero, dos colinas fáciles, y en el otro extremo, un bosque, centrado entre dos cuadrantes. Me tocó entrar en el lado opuesto a la ciudad, con el despliegue dividido por el bosque.
Filu protegió su BUA con los Sp, y luego dispuso su Kn general, la Cv, LH en columna, y el El, y por último los piqueros, en media falange (una peana de ancho), ya que su +3 no les servía contra la mayoría de mis bases (Bw, Cv, Lh ni Ps). En su extremo izquierdo colocó a sus Aux.
Yo puse la Hd en el campamento (todo un clásico). Los arqueros sparabara persas (8Bw, que yo tengo basados en dos peanas diferenciadas de 2 cm. de fondo, en lugar de una sola de 4 cm. de fondo, para jugar a FoG o DBM) los enfrenté a los montados, mientras que en mi flanco derecho dispuse tropas ligeras (Aux, Lh y Ps), con la intención de entretener a la falange. Mi infantería de Bw no valía de mucho contra la suya, pero si conseguía llegar rápido al flanco derecho de Filu, sobre todo a la cima de la colina, tenía unas posibilidades magníficas contra sus montados. El general y la otra peana de Cv la puse en el centro, para ayudar allí donde fuera necesario. Podría flanquear a los montados enemigos si se adelantaban, o atacar con cierta inmunidad a la falange, ya que ni doblándome me matarían.

Con una orden del Rey de Reyes, los persas iniciaron su ataque. Avancé por mi flanco izquierdo, asegurándome de que desbordaría a Filu en su flanco derecho, ya que sus montados tenían poco espacio para maniobrar. En mi flanco derecho, decidí intentar colar la LH detrás de su falange, para lo que tenía que acercarme lo máximo posible a su línea sin que pudiera contactarme.
Filu avanzó inicialmente con toda su línea. El elefante lastraba su movimiento, pero tampoco necesitaba muchos PIPs todavía.
Seguí desplegando mi línea envolvente por ambos flancos. La inflexión en mi extremo izquierdo había cerrado mucho el hueco entre mi línea y la BUA para que Filu intentara desbordarme por ese ala. De modo que así dejé su caballería con pocas esperanzas, aparte de convertirse en un blanco perfecto para mis Bw. De modo que, apoyándose en una buena tirada de PIPs, decidió darme algo de carnaza mientras reorganizaba su frente. Lanzó su elefante hacia mi centro, hacia mi general. Mientras, deliberamos sobre qué opción era mejor. Su caballería estaba mal puesta, así que quiso pasarla al otro flanco. Podía pasarla por delante de su falange, pero esto habría provocado el caos en su línea si yo me hubiera lanzado a atacarle. De modo que la mejor opción era recorrer su retaguardia, sobre la carretera (donde podría mover más de una vez por turno a 400 pasos por PIP), hacia su flanco izquierdo. Era un movimiento fenomenal, en plan Alejandro cambiando de sitio a su unidad antes de la batalla de Issos.

El elefante de Filu impactó contra mi general y lucharon durante dos turnos, pero debido a que lo solapaba, pude rechazarlo ambas veces. Mientras, Filu avanzaba con su columna de caballería por el camino.
Yo avancé mis arqueros del flanco izquierdo hacia el extremo derecho de los piqueros. Pero como la Sp de Filu seguía en la ciudad y podía atacar mi flanco, retrasé la peana de Bw más a la izquierda. Por último, un movimiento de mi LH me permitió flanquear al elefante, y así eliminar su primera peana al retroceso (solapaba a Filu por la derecha, y también le contacté en el mismo flanco. Las reglas sólo me permiten contar un -1 por lado, no un -2 por solape y flanqueo. ¡Ojo con esto! Si estuviera solapado por un flanco y flanqueado por el otro, sí habría tenido el -2). Filu, viendo su falange a punto de ser desbordada, sacó a su Sp de la BUA para ampliar el flanco. Esto me permitió adelantar las peanas de sparabara persas retrasadas, y ya todas juntas, comenzar a disparar a las picas y a la Sp. Mientras, por su flanco izquierdo, Filu asomaba su caballería. Mis Ps y Aux peligraban.


No tengo fotos de ello, pero Filu adelantó su LH para flanquear a mis Aux y Ps. Primero subí al Aux a la colina, y desde allí rechacé a la LH una primera vez. Luego cargué contra ella apoyado por el Ps, y la hice huir. Como estaba al borde del tablero, se salió directamente. Ya tenía dos peanas, pero mis Aux y Ps estaban vendidos. Su general cargó contra ellos, y a pesar de contar con el apoyo de Ps, el Aux fue eliminado. Como el Ps apoyaba con un +1, también fue eliminado al mismo tiempo. Fue una decisión arriesgada por mi parte, pero en aquellos turnos sufría una escasez terrible de PIPs, de modo que, ante la posiblidad de perder las dos peanas, decidí tratar de igualar a dos las bajas de cada bando, por si podría atrapar a su general saliendo por el estrecho flanco izquierdo de Filu con un buen movimiento de mi LH y Cv´s. Lamentablemente, no me llegaron los PIPs.
La batalla se precipitaba a su fin. Filu dispuso, ante mi sequía de PIPs, de tiempo para organizar su flanco izquierdo de montados, mientras yo seguía asaeteando sin efento ninguno a sus piqueros. Finalmente, pude organizar una precaria linea de caballería, y mis sparabara eliminaron la tercera baja enemiga, un Pk que rompió la línea de Demetrio, dejando su flanco derecho aislado y rodeado por mis tropas. El tiempo se me acababa, así que me lancé a por todas…

Con mis últimos PIPs, lancé a los sparabara al combate, incluso llegué a flanquear su línea. Me hacía falta una baja, al simple la conseguiría al tener a la Sp flanqueada. Así que apreté los dientes y… Filu sacó sendos dobles que mataron a mis peanas y le dieron la victoria. 4-3, ajustadísima y muy emocionante partida.
Conclusiones. En mi opinión, Filu no desplegó bien su caballería, pues no tenía sitio para atacar, pero supo redesplegarla excelentemente. Por mi parte, la verdad es que intenté quitar de la ruta del Kn de Filu a los Aux y Ps, pero mi racha de PIPs fue verdaderamente mala y no me dio tiempo, y luego tampoco pude aprovechar el avance del general por delante de sus tropas para matar a mi Ax, para solaparle con mi Cv, de modo que el sacrificio fue inútil. Por otro lado, vi la batalla muy clara, y con algunos PIPs más podría haberlo conseguido.

Las invasiones germanas.

jueves, 24 de enero de 2008

Saludos. Antes de empezar os comentaré que pensaba hacer tres artículos sobre las principales tribus de invasores germanos que acabaron formando estados modernos que conocemos actualmente: francos, lombardos y godos, aunque en realidad muchas otras tribus se habían unido o habían sido absorbidas por ellos. Sin embargo, dado que existe cierto paralelismo en su historia, creo que es más interesante una visión global sobre el tema.

Pero, ¿quiénes eran estos germanos? Retrocedamos en el tiempo hasta el tercer milenio antes de nuestra era. Estamos en la época de las grandes invasiones indoeuropeas. Estas tribus aparecieron de las estepas de Asia extendiéndose hacia el sur y el oeste. El impacto de los pueblos indoeuropeos fue enorme ya en el 3000 a.d.C. De los indoeuropeos originales descendieron numerosos y variopintos pueblos, de los que seguro que no pensáis que tienen nada en común con vosotros: persas y medos, escitas, cimerios, eslavos, griegos, latinos, celtas, germanos, etc. En efecto, amigos, todos los pueblos con lenguas de la familia indoeuropea comparten un origen común que podemos rastrear aproximadamente hasta el 3000 a.d.C.

Bien. En algún momento antes de la aparición de la cultura celta entre los indoeuropeos, allá por el 1000 a.d.C., algunos de estos pueblos se asentaron en la península escandinava, donde se mezclaron con la población existente, un pueblo de cazadores primitivo, descendiente de los supervivientes europeos de la última glaciación. El cruce de esta rama es el origen de la mayoría de los gigantescos germanos: de complexión robusta, gran altura y de cabellos rubios.
La aparición de la cultura celta entre los indoeuropeos del centro de Europa sirve de límite cultural entre germanos y los mismos celtas. Aunque con un origen común, y en algunos casos idénticos físicamente (francos y alamanes son germanos de aspecto celta, diferenciados de los germanos de la península escandinava), la diferenciación cultural es clara. Por ejemplo, los germanos no tenían druidas.
También geográficamente, tras el movimiento de los celtas al oeste, los germanos quedaron entre el Rin y el Danubio, ocupando la actual Alemania y Polonia, península escandinava y la de Jutlandia. Entre sus tribus encontramos a los frisios, los queruscos, teutones, gépidos, sajones, vándalos, francos, godos, alamanes y lombardos, y un largo etcétera.
Durante el primer milenio a.d.C., los germanos desarrollaron una estructura tribal que con el tiempo, pasó de depender del ganado a un estado de guerra continua. Un aumento enorme de población inestabilizó los asentamientos de estas tribus, que comenzaron a atacarse unas a otras. Los miembros de las tribus pasaron a ser guerreros en su mayoría, y sus líderes, caudillos elegidos para comandar las incursiones. Cuando un caudillo tenía éxito, conseguía atraer a su bando a otras partidas de guerra, aumentando su poder, y llevando a la creación de grandes tribus, que son las que actualmente conocemos y hemos mencionados, formadas a partir de la absorción de otras menores.



Los movimientos de pueblos germanos hacia y contra el imperio romano comenzaron en el siglo I a.d.C. (ver post de Cayo Mario). Aunque en aquella ocasión fueron vencidos, el flujo de las tribus no cesó en los siglos siguientes. También conocieron así los romanos el modo de lucha germano: miles de guerreros escasamente protegidos con escudos, armados con lanzas cortas en su mayoría, lanzándose temerariamente una y otra vez contra el enemigo, hasta que uno de los dos bandos fuera aniquilado. Los romanos llamaron a esto “Furore Teutonicus”.
Desde el siglo I de nuestra era, el imperio romano trató de establecer una frontera fortificada con los germanos en el Rin y el Danubio. De vez en cuando, los romanos hicieron intentonas para conquistar Germania, pero siempre fueron repelidos.
A mediados del siglo II comenzaron las guerras llamadas Marcomanas. La presión poblacional de los germanos impelió a sus líderes a atravesar las fronteras: los godos avanzaron hacia el sudeste (hacia Rusia); los gépidos, hacia los cárpatos y los vándalos, hacia la Dacia, donde contactaron con las tribus sármatas. Los germanos atravesaron las defensas del Danubio, y llegaron incluso a atacar Grecia. Marco Aurelio consiguió expulsar a los invasores y firmar acuerdos con algunas tribus, pero el esfuerzo realizado por el imperio fue demasiado alto. Perdieron muchos recursos y soldados profesionales. Y además, tuvieron que buscar más soldados para mantener las fronteras con los germanos. Aquí es donde empiezan a asentarse germanos contratados por los romanos para luchar contra otras tribus. Estos “federados” mantuvieron sus líderes y su estructura tribal. Es decir, estos pueblos no fueron absorbidos ni romanizados del todo. Esto tendrá un efecto importante en su comportamiento cuando sus “protectores” romanos mostraran síntomas de descomposición de su imperio. Así, una numerosa población entró en contacto con el sofisticado y avanzado mundo romano.

Desde el siglo III, Roma comienza a ceder terreno. Las grandes confederaciones de tribus de los francos y los alamanes entran en la Galia. Suevos, vándalos y alanos llegan hasta la península ibérica y el norte de África. Los godos se expandieron hacia los Balcanes y hacia el Mar Negro y Anatolia. En esta época contactaron también con los sármatas, de los que aprendieron el arte de la guerra ecuestre y el uso del kontos. Hacia el este penetraron en las estepas asiáticas, hasta que se toparon con un pueblo nómada que causaría estragos en Europa: los hunos, que más tarde empujarían a sármatas, godos y alanos hacia el oeste, penetrando en el imperio romano. Pero todo a su tiempo.
La caída del imperio romano se debió a una larguísima crisis, en el que las tribus germanas tuvieron un papel más, aunque no fueron la única causa. Pero sí estaban allí para aprovechar la debilidad de Roma. Y sin duda, uno de los factores que también influyeron fue la llegada de Atila y sus hunos, en el siglo V de nuestra era (tema de mi próximo artículo). Hay que tener en cuenta que la caída de Roma se produjo gradualmente. Conforme iban cediendo terreno, los germanos se iban apoderando del control de los territorios. No obstante, entre ellos, y hasta la caída final de la ciudad, Roma tenía cierto prestigio, y políticamente era un modelo. Además, la sucesiva cristianización de los germanos sirvió para que la Iglesa, una vez caída Roma, se apoyara en los nuevos poderes, los reyes germanos, para subsistir. Nos centraremos ahora en las principales tribus, que dieron origen a la Europa que conocemos.

Los francos habían invadido la Galia ya en el siglo III, aprovechando el vacío en las fronteras del imperio. Los romanos pactaron con ellos para que se asentaran en Toxandría (actualmente el sur de Holanda, creo). Allí se romanizaron, convirtiéndose en un pueblo sedentario, aunque no dejaban escapar una buena oportunidad para el pillaje. Fueron expandiéndose hacia el sur a lo largo del siglo IV y V, adquiriendo tierras bajo su dominio ante un cada vez más impotente ejército romano. Poco a poco, fueron siendo aceptados a regañadientes por los centros de poder locales. Por aquella época, los francos seguían siendo paganos, mientras que el cristianismo estaba a punto de ser la religión oficial del imperio.
De entre ellos, el fundador de la primera dinastía de reyes francos fue Meroveo, que iniciaría el dominio de los merovingios. Cuando él llegó a gobernar las tierras, los francos eran lo bastante poderosos como para que el último gran general romano, Flavio Aecio, les pidiera ayuda para luchar contra Atila en la batalla de los Campos Catalaúnicos (mi próximo “Grandes batallas”, amigos”).
Tras la caída de Roma, los francos siguieron avanzando hacia el sur, hasta que chocaron con los visigodos. Entre el reino visigodo y el franco se establecieron numerosas relaciones comerciales, aunque también hubo muchas luchas fronterizas.
La dinastía merovingia se extinguió a finales del siglo VIII, cuando los carolingios, con el beneplácito del Papa de Roma, tomaron el poder. Su segundo rey sería Carlomagno. Obviamente, los francos de esta época ya no son la tribu germana invasora, y el reinado de los carolingios se tratará con detalle en artículos posteriores. La semilla de la actual Francia ya había sido plantada.

Los godos, que desde que Roma abandonara la Dacia en el siglo III, se habían asentado en paz y se habían convertido al cristianismo, se dividieron en dos ramas: los ostrogodos continuaron su marcha hacia el este hasta que se encontraron con los hunos. Los visigodos, por el contrario, marcharon hacia el oeste a comienzos del siglo V. Saquearon roma en el 409 y siguieron hacia el sur de Francia y la península ibérica, estableciendo su propio reino (nuestros reyes godos). No hay que decir que las relaciones entre la frontera sur de los francos y la norte de los visigodos fue motivo de numerosas luchas. También lucharon con los suevos, asentados el siglo anterior en Gallaecia (Galicia).
Los visigodos establecieron la corte en Toledo, y el rey Recaredo se convirtió al catolicismo (hasta entonces practicaban una herejía llamada arrianismo). El reino de Toledo es el origen de la actual España. Por primera vez, toda la península está bajo el control de un rey, y será un conde visigodo, Pelayo, el que inicie la reconquista de la península ante el poder musulmán.
En el 710, los musulmanes entran en la península desde Ceuta, cruzando el Estrecho. Tarif (que daría nombre a Tarifa) y Tariq (que daría nombre a Gibraltar, o Gib-al-Tarik) fueron sus principales líderes. Tariq venció en la batalla del Guadalete a Rodrigo en el 711. En el 716, los musulmanes llegaban hasta la antigua Narbonensis, en el sur de Francia, donde fueron finalmente repelidos, pero el reino visigodo desapareció casi por completo (sólo quedó por conquistar la cornisa norte de la península). Durante 700 años, la Hispania romano-visigótica sería musulmana.

Los lombardos eran otra gran confederación que desde el siglo IV habitó la Panonia romana (la actual Hungría). Tras la desaparición del imperio romano de occidente, Justiniano, emperador del imperio romano de Oriente, o Bizantino, pactó para que defendieran la frontera norte de Italia.
En el 568, empujados por los ávaros, los lombardos entraron en el norte de Italia, guiados por Alboino. Rápidamente conquistaron Venecia, Ligura y todo el próspero norte de Italia. Las luchas entre las familias gobernantes provocaron que el territorio se dividiera, ante la falta de un lider fuerte, en 36 ducados, que desde ese momento, se dedicarían a luchar entre sí, aunque también se aliaron, mediante una monarquía electiva, contra el poder del imperio bizantino, que como superviviente del imperio romano, pretendía mantener el control sobre la península itálica.
A principios del siglo VIII, el emperador bizantino León III inició la corriente cristiana de los iconoclastas, que pretendía destruir todas las imágenes religiosas. Gregorio III, el Papa de Roma, se vio en gran apuro, y en ese momento, los lombardos aprovecharon para tomar muchas ciudades en manos bizantinas, con el pretexto de ayudar al Papa. Sin embargo, no tardarían en revelar su intención de adquirir más poder.
Finalmente, el reino lombardo perdería su independencia ante la intromisión de los francos, tanto de Pepino el Breve como de su hijo Carlomagno. La iglesia romana, que se quedaba sin amigos, viendo que no podía defenderse de la presión lombarda con las fuerzas del imperio bizantino, pactó con los francos para que controlaran a los belicosos lombardos. Tras cuatro campañas, Pipino los hizo retroceder hasta Ravena. Sin embargo, se las apañó para que la Iglesia y los lombardos llegaran a una precaria paz. La gratitud de la Iglesia para con los francos se plasmaría en la coronación de Carlomagno como emperador, en la primera noche del siglo IX de nuestra era. Carlomagno fue nombrado como rey de Lombardía en el 774.

Los reinos germanos inician el feudalismo en Europa. Hay que tener en cuenta que la población romana no desapareció. Los germanos, por el contrario, ocuparon el nicho de poder que el imperio romano de occidente dejó libre al ir retrocediendo. Tratando de imitar la gloria y el modelo de estado de Roma, los reyes germanos quisieron legitimar sus monarquías mediante códigos legales. Leyes que favorecieron a su vez el feudalismo, El modelo feudal responde a una necesidad de ocupar y controlar nuevos territorio, que aumentaban rápidamente. La estructura de poder territorial ya existía con los romanos (que designaban sus “comes” o “dux”, etc.) Conforme los germanos iban adquiriendo territorio, aprovechaban esta estructura. También el territorio se iba dividiendo para que fuera administrado entre los hijos de los reyes y sus principales generales. Los nobles germanos tomaron así los cargos bautizados por el imperio romano, en un intento de asemejarse al poder que acababan de aplastar.
Los germanos se reconocían a sí mismos como una clase distinta a la del resto del pueblo. Frecuentemente tenían leyes distintas para ellos y para el pueblo bajo su dominio, y a veces, tenían leyes que impedían el matrimonio fuera de las tribus germanas.
Por supuesto, la organización de los estados se redujo al mínimo. La población se ruralizó, pues las ciudades necesitaban cierta infraestructura y tecnología que los gobernantes germanos no llegaron a controlar. Las escuelas fueron desapareciendo, y la cultura quedó relegada a los monasterios e iglesias y a la corte. Comenzaba a sí la Alta Edad Media, un periodo que en Europa fue de claro retroceso cultural. No así en Oriente, donde sobrevivió el imperio bizantino, y donde se alzaba el Islam, que conservó y expandió muchas grandezas del mundo clásico y helenístico de Oriente.

En DBA, los germanos tienen una nutrida representación. Para empezar, la primera lista de germanos es la II 47, germanos tempranos. Esta lista engloba a los germanos que lucharon contra Mario en el siglo I a.d.C. Sus tropas se componen básicamente de infantería armada con lanzas y escudos y con muy pocas armaduras. Son peanas de Wb, que representan su feroz estilo de lucha, cargando hasta la muerte. Luego hay alguna peana de Ps y una Cv de nobles, pero predomina básicamente la infantería.

La siguiente es la II/65, visigodos tempranos. En ella encontramos básicamente los mismos componentes: alta agresividad, mayoría abrumadora de Wb y algún Ps. Pero en los visigodos ya aparecen las primeras peanas de Kn. Los visigodos aprendieron la lucha a caballo como táctica de choque de los sármatas, y son tropas muy parecidas a los catafractos sármatas o alanos. También hay LH, posiblemente tropas de las llanuras aliadas con los visigodos.
Al lado encontramos la lista II/66, vándalos tempranos, con los mismos ingredientes. Ingentes cantidades de Wb, y algún que otro Kn, LH o Ps despistado.
La II/67 representa a los ostrogodos. Esta lista ya es bastante distinta. Los ostrogodos permanecieron mucho tiempo conviviendo con los sármatas en las estepas de Europa y Asia. Aquí vemos que la mitad del ejército está formado por caballeros del tipo catafracto sármata. La imagen del guerrero mítico para los germanos comienza a asociarse al caballero, al guerrero montado y armado con lanza. Todos los guerreros más ricos luchan de este modo. Luego hay algunas peanas de Wb, que representan a la masa de guerreros a pie, no predominante sobre los caballeros.
También está la II/70, burgundios, con predominio de la infantería Wb.
Otra lista germana de las llanuras es la de los gépidos, II/71. Los gépidos habitaron territorios de las llanuras y luchaban como los ostrogodos, al modo sármata, combinado con la mitad del ejército de infantería Wb.
Así llegamos a las II/72, Francos tempranos y Alamanes, y la II/73, sajones antiguos. Estas listas representan las primeras invasiones de estos pueblos a territorio romano. Al proceder de Germania, sin haber habitado en las llanuras, estos germanos luchan con Wb básicamente.
La lista II/82, visigodos tardíos, representa al reino visigodo de Hispania y sur de Francia. Una cuarta parte del ejército es montadas, aunque sólo la peana del general es Kn. El resto es Cv o LH. La infantería muestra cuatro peanas de Wb, y luego aparecen Ps y Bw.
En la lista II/83 de romanos patricios, tienen una presencia testimonial, como las Wb de estos ejércitos romanos.
En la lista II/84 se presentan a los vándalos tardíos. Los vándalos, que adoptaron la caballería tipo catafracto sármata, recorrieron Europa, cruzaron la península y llegaron hasta el norte de África, donde se adueñaron del territorio romano de África, y fundaron su propio reino. Todas sus tropas son Kn.
Ya en el libro III, las listas germanas son bastante distintas. Representan la Alta Edad Media, donde el feudalismo comienza a desarrollarse. Por lo tanto, la figura del caballero es la que empieza a dominar en los ejércitos. Además, los caballeros se hacen acompañar con levas locales, mal armadas con armas tradicionales y baratas: lanzas y arcos. Dentro de este conjunto, encontramos las listas II/2, Lombardos Tempranos; III/3, Ostrogodos italianos; III/5, francos medios, que representan a los ejércitos merovingios; III/21, lombardos italianos y la lista III/28, francos carolingios, la última del periodo que he tratado en este artículo, y que con su combinación de Kn, y Sp, y guiados por Carlomagno, unificaría gran parte de la actual Europa, siendo el origen de muchos estados modernos. Pero eso es otra historia.

Casi todas las marcas tienen germanos: Essex, Old Glory, Chariot… Sin embargo, no tienen Xyston ni Corvus, lamentablemente. A mí me gustan las de Essex.

Paseo por Bulla Regia

viernes, 18 de enero de 2008

Xoso nos ofrece este reportaje fruto de su viaje por Túnez. Esperamos que este sea el primero de una serie de artículos sobre lugares de interés histórico. Recordad que podéis participar con artículos tanto sobre DBA, como de Historia. Todas las colaboraciones son bienvenidas.

Con motivo de mi reciente visita a Túnez, y entre tanto viajecito por el desierto y visitas a camellos y bereberes (esos parientes lejanos que los vascos tienen en el sur), no podía dejar de visitar dos de las ciudades en ruinas mejor conservadas del antiguo imperio romano: Bulla Regia y Dougga. Dado que de Dougga estaréis aburridos de oír hablar (y el que no lo esté, que se interese más por los documentales de historia), centraré este artículo fotográfico en la primera de ellas.

Empecemos por el principio: Bulla Regia era un antiguo asentamiento del norte de África ya durante los años de auge del Imperio Cartaginés que llegó a darse de tortas con Roma por el control del Mediterráneo occidental. Durante la II Guerra Púnica, Escipión el Africano conquistó este asentamiento cartaginés, que luego pasó a estar bajo dominio del rey numida Massinissa. Con el tiempo, Bulla Regia volvió a manos romanas, y se vio grandemente beneficiada (junto a buena parte del norte de África) por las recompensas de Julio César en pago por haberle apoyado durante la guerra civil que enfrentó al gran Julio contra Pompeyo. Así, durante el s. I d.C., Bulla se convirtió en un Municipium y su población fue adquiriendo progresivamente la ciudadanía romana, llegando a designar libremente a los magistrados que la representarían ante el Senado Romano.

En el siglo II, bajo el reinado del emperador Adriano, la ciudad obtuvo el estatuto de colonia, con lo que la ciudadanía romana de sus habitantes se vio completada. El asentamiento vivió un gran auge durante los inicios del siglo III, cuándo fueron construidos la mayor parte de los edificios públicos, con la voluntad de satisfacer los deseos de la clase aristocrática de la zona, que gozaba de una excelente posición económica gracias al cultivo masivo del olivo (que todavía se puede observar tanto en la zona como por todo Túnez) y la producción de aceite de oliva.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, la ciudad fue atacada y saqueada por el pueblo de los Vándalos, y más tarde reconquistada (junto a buena parte del Norte de África) por el general bizantino Belisario. Bulla Regia vivió una segunda época de esplendor bajo la égida de Bizancio, lo cual se refleja en los mosaicos de calidad legados de esta época. Posteriormente, sería conquistada por los árabes durante la gran expansión de estos.

Actualmente, al igual que sucede en Dougga y otros grandes lugares de interés arqueológico, como Egipto, la mayor parte de la antigua ciudad de Bulla Regia permanece todavía bajo tierra. De hecho, aproximadamente en torno al 65% o más de la antigua ciudad todavía no ha sido desenterrado, y más de lo mismo se puede aplicar a Dougga. ¿La razón? Simple y llanamente, el gobierno tunecino no dispone de fondos para acometer nuevas excavaciones, por lo que los trabajos de los arqueólogos avanzan lentamente. Tan sólo cuándo llega alguna partida de dinero procedente de organismos culturales internacionales se puede dar un impulso importante al ritmo de las investigaciones.

Pero en fin, centrémonos ahora en la propia visita. Para acudir al lugar, la tropa de valientes exploradores salió de su hotel en Hammamed en torno a las seis de la madrugada, y después de un viajecito en mini-bus de tres horas nos plantamos en el lugar. Antes de nada quiero pedir disculpas porque buena parte de las fotos presentan la molesta fecha y hora en un margen, y es que no me di cuenta de quitarle la opción a la cámara hasta bien entrada la mañana.

Tras adquirir las entradas por el módico precio de cuatro dinares por cabeza (unos dos euros y medio) y atravesar la puerta de entrada al recinto, (flanqueada por una bandera tunecina a cada lado) enfilamos una pequeña calle, con las ruinas de las cisternas romanas a la izquierda y las termas a la derecha. La callejuela va a dar directamente a una importante calzada romana que antiguamente conectaba la ciudad con Dougga y Cartago, y por suerte este tramo se encuentra en bastante buen estado de conservación.

Como en las cisternas no se puede ver gran cosa, que digamos, es preferible entrar en el gran edificio que alberga las antiguas termas de Julia Memmi, que obviando los techos y recubrimientos marmóreos de las paredes, presentan un buen estado de conservación. Merece la pena recordar la enorme importancia de las termas en las antiguas ciudades romanas, pues no sólo eran lugares destinados a la higienge o el esparcimiento de los ciudadanos, sino también un importante centro para reuniones, donde a veces se fraguaban destacadas conversaciones y acuerdos políticos.

Tras deambular un rato en el interior de las termas, salimos del edificio y tomamos la calle con rumbo norte. Después de contemplar los restos de la Casa del Tesoro, que sólo conserva su parte subterránea, llegamos a la zona rica de la antigua ciudad romana. En las cercanías se encuentra un montículo, desde cuya cima pueden obtenerse excelentes vistas de las dos grandes casas patricias completamente excavadas hasta el momento: la Casa de la Nueva Caza y la Casa de la Pesca.

Tras descender a duras penas de la pequeña colina (había llovido bastante los días anteriores y la tierra estaba toda mojada) el guía nos invitó a entrar en la Casa de la Nueva Caza, probablemente la mejor conservada de toda la ciudad. En este punto, es necesario comentar un aspecto muy importante de las casas patricias de Bulla Regia, que las hace prácticamente únicas en el mundo romano. Las grandes residencias, dispuestas en torno a un gran patio central, se dividían en dos niveles distintos: uno a la altura de las calles y otro subterráneo. El primero de ellos se utilizaba como residencia de verano, y el segundo para el invierno, pues mediante la colocación de tubos de arcilla en su parte superior se obtenía un excelente efecto aislante. Obviamente, los pisos subterráneos presentan un grado de conservación mucho mejor que los de la superficie, mostrando algunas habitaciones con su estructura casi intacta.
Patio subterráneo y algunas de las estancias interiores. Aunque la mayor parte de las paredes están desnudas, se han conseguido recuperar algunos recubrimientos. También se conservan, bastante bien, algunos de los mosaicos del suelo.

Tras abandonar la Casa de la Nueva Caza, nos dirigimos un poco hacia el norte y visitamos otra gran residencia patricia (que por cierto no sale en el cutre mapa adjunto al principio). Se trata de una lujosa casa originaria de alrededor del siglo IV, que luego fue ampliada y engrandecida durante la época bizantina. De hecho, los mejores mosaicos conservados son precisamente bizantinos. La casa también presenta un nivel subterráneo, aunque resulta pequeño comparándolo con la suntuosidad de la Casa de la Nueva Caza.
Las calles de la zona rica de la ciudad están bien conservadas. Algunos tramos están flanqueados, en vez de construcciones, por jardines donde florecen llamativas flores de color azul. Se cree que ese mismo tipo de flores ya crecía allí en tiempos del Imperio Romano, pues cuántas más se arranquen, más fuertes y grandes crecen las siguientes.

Dirigiéndonos más hacia el norte, entramos en el sótano de la famosa Casa de Anfítrite, llamada así en honor del personaje femenino homónimo, perteneciente al grupo de las Nereidas en la mitología grecorromana. Esta lujosa residencia alberga los mosaicos más hermosos y mejor conservados de toda la ciudad y, posiblemente, unos de los más bellos de todo Túnez. Destacan especialmente el del "Triunfo de Venus" y el retrato del posible fundador de la casa, ambos gustosamente fotografiados por un servidor.

Tras salir del lugar, nos aproximamos hacia las viviendas destinadas a los esclavos y sirvientes de las familias patricias, situadas todavía más al norte del asentamiento, y que tampoco salen en el mapa. Al contrario que las versiones lujosas de sus señores, estos edificios eran lógicamente de carácter funcional, con gran cantidad de pequeñas dependencias para los dormitorios de sus habitantes.

De camino hacia el Teatro se encuentran las ruinas del Forum, el Capitolio y el Mercado, no demasiado bien conservadas y todavía a medio excavar. El antiguo Templo de Apolo sí corrió algo más de suerte, y presenta un aspecto un poco más reconocible, con el olivar de fondo.

Y ahora toca hablar del Teatro. Aunque no se puede comparar al colosal Anfiteatro de El Djem por su grandeza y majestuosidad, ni al propio Teatro de Dougga (mejor conservado) sin duda el Teatro de Bulla Regia es toda una pequeña reliquia. Situado justo al lado de la importante calzada que comunicaba la ciudad con Dougga y flanqueado al norte por algunas casas, es junto a las Termas de Julia Memmi la ruina más grande de la zona. A su lado también estaba situado un pequeño templo de Isis de época romana tardía, del que apenas quedan restos.
En un pequeño receptáculo de la puerta principal de entrada está situada la clásica estatua de emperador romano, de cabeza intercambiable para poder hacer las modificaciones pertinentes cada vez que un emperador nuevo subía al trono sin necesidad de fabricar una estatua nueva. En esta ocasión, ocupa el lugar de honor el Imperator Bilbainus Joseba I.

Por razones de limitación de hosting nos hemos visto obligados a "mutilar" el artículo de forma inexcusable limitando el número de fotos. Si queréis leer el artículo en toda su extensión y disfrutar de todas las magníficas fotografías de Xoso podéis hacerlo en su mensaje en el foro de La Armada.

Poliorcética, o el arte de asediar ciudades, para DBA

jueves, 17 de enero de 2008

Saludos. El tema de hoy es el asedio y defensa de BUA en DBA, un tema que puede parecer oscuro, pero que en realidad es terriblemente sencillo, como todo en este juego. Teniendo en cuenta que en el manual original, que tiene ocho páginas nada más, una entera está dedicada a las BUA, merece la pena que prestemos atención a este aspecto del juego. Escribiré el artículo desde el punto de vista de asediador, el atacante. Se pueden sacar perfectamente las conclusiones necesarias para defender BUA´s cuando nos toque hacerlo.

Capítulo 1. Dónde se colocan las BUA.
Las BUA son un elemento de escenografía, por lo que el defensor puede colocar una única BUA en la mesa al mismo tiempo que coloca las colinas, ríos, pantanos, etc. Además, si hay una BUA en la mesa, ésta pertenece al defensor desde el principio de la partida y no tiene que colocar campamento, independientemente de dónde quede la BUA colocada. Es posible, por lo tanto, que debido a la tirada del atacante para elegir lado de la mesa, la BUA quede muy cerca del atacante y muy lejos del defensor. Aun así el defensor tiene que colocar el campamento.

En segundo lugar, las BUA no se pueden colocar en cualquier sitio. Toda la BUA debe estar a 900 pasos o menos de 2 bordes. Esto lleva las BUA a las zonas de esquina. La BUA condiciona el lado del atacante de la siguiente manera: el lado más cercano a la BUA no puede ser el "favorito" del atacante (el lado al que se le asigna el 4+ de probabilidad para ser el lado por donde entra el atacante). Aun así, el dado es caprichoso, y puede salir como resultado el que el atacante entre por el lado más cercano a la BUA, aunque es poco probable.

Capítulo 2. Por qué atacar a una BUA.
Esta es una elección estratégica. Una BUA, cuando se toma y queda controlada por el atacante, vale por dos peanas eliminadas. Esto quiere decir que ganaremos la partida si eliminamos dos peanas del oponente y conquistamos una BUA (y tenemos menos bajas que él, claro). A veces, el defensor ha colocado muy bien el terreno y no está dispuesto a salir del terreno difícil, lo que nos perjudica según las tropas que tengamos. Bien, tal vez es un buen momento para atacar una BUA y hacerle salir para defenderla. Otras veces, la BUA está muy cerca de los atacantes, y los defensores están lejos y son poco móviles. En tal caso, atacar una BUA si tenemos posibilidades de ganar, puede ser una buena idea.

Capítulo 3. BUA's defendidas.
Una ciudad puede estar defendida por habitantes o por guarniciones, que es un elemento del ejército del defensor. El defensor puede desplegar una única peana dentro de la BUA al principio de la partida, o bien entrar en una ciudad no conquistada por el atacante en cualquier momento. Esto puede hacer que, por ejemplo, si somos atacantes y la BUA está en nuestro lado, el defensor pueda colocar tropas muy cerca de nosotros, y que cuando avancemos, esta tropa pueda salir de la ciudad directamente en nuestra retaguardia. Cuidado con esto. Una buena opción es destinar algún elemento (como elefantes, o Sp, etc) amenazando tanto al elemento que pueda salir como a la ciudad que se quede sin guarnición. Los habitantes de una ciudad luchan con un +1/+1, a lo que hay que sumar el bonus por ciudad, +3/+3 (ojo, los montados y las WWg no obtienen este bonus por guarnicionar una ciudad. Un montado como guarnición es un montado muerto). Esto quiere decir que una BUA sin peanas de ejército como guarnición, por sí sola, lucha con un +4/+4, lo que la hace un rival formidable, aunque una victoria al simple nos la pone a los pies, ya que los elementos de dentro y los habitantes morirán al simple (los elementos dentro de ciudades no pueden retroceder ni huir como resultado de un combate, y pueden elegir no perseguir como resultado del combate si están obligados a hacerlo en otras circunstancias) . No obstante, si el elemento que defiende la BUA es un montado o una WWg, no obtiene el bonus de +3. Una peana de montados defendiendo una ciudad es un error para el defensor, y está en serio peligro de muerte. En general, basta con meter un Ps o una Hd (que lucharía con un +5/+5 ó +6/+6 respectivamente desde dentro de la ciudad) para aguantar algunos turnos a casi todos los atacantes (salvo artillería y WWg). Tened en cuenta que con estos factores, no es difícil que los defensores doblen a la mayoría de los atacantes y los maten. En el informe “Furia Lusitana”, mis peana de Hd aqueménida era eliminada contra los muros de la BUA lusitana, por ejemplo.
No obstante, la artillería sigue siendo un peligro, ya que ataca desde lejos.

Capítulo 4. Cómo atacar BUA.
El manual dice que hasta tres peanas pueden contactar por su lado frontal con una BUA en el mismo turno. Dichas peanas no pueden contar con solapes por los lados. La BUA lucha contra cada una independientemente. Para atacar, enumeraremos las principales opciones:
a) Montados (excepto elefantes)-. Mal. Muy mal asaltar BUA con montados. Tendremos un -2 al combate y posiblemente moriremos o huiremos (si somos LH o Cv).
b) Elefantes.- Bien pensado. Los elefantes no sufren el -2 por atacar BUA, y tienen factores altos de combate. Son una opción magnífica, salvo que la ciudad esté defendida por Ps (matarían al elefante al simple y lucharían con +5 para empezar) o por tropas con factores contra montados de +3 o mejores (podrían doblar al elefante y matarlo, ya que lucharían con un +6 para empezar). Además, si retroceden, te costará 2 PIPs más volver a lanzarlos contra la ciudad.
c) Infantería pesada (como Bd o Sp, excepto picas en una sola fila). Buena opción, muy buena incluso aunque la ciudad esté defendida por Ps u Hd. Como tu factor de combate y el de la BUA serán altos, es improbable que un bando doble al otro. Si puedes, lleva una fila trasera que te apoye (psiloi, Wb o Pk). La diferencia es que la derrota al simple a ti te hará retroceder, pero si la guarnición es derrotada al simple, muere, y entras en la ciudad.
d) Arqueros disparando.- Son una ayuda, pero nunca una solución. Lo bueno es que los arqueros sí pueden apoyarse disparando a la ciudad, por lo que la BUA combatiría hasta con un -2, y los arqueros, como disparan desde lejos, no sufren ningún efecto negativo por ser derrotados. Ahora bien. Los arqueros sólo matan a la guarnición, no a los habitantes. Si eliminas con Bw disparando a una peana de guarnición, los habitantes siguen defendiendo la ciudad y son inmunes a las flechas.
e) Resto de infantería (incluso picas en una sola fila) y Bw cuerpo a cuerpo.- Esto es perder el tiempo y/o elementos tontamente.
f) Artillería disparando.- Una de las mejores opciones. Disparas con un +4, no tienes que gastar PIPs cada turno para volver a atacar la ciudad, y al simple, no sólo matarías a la guarnición, sino que la ciudad se rinde (ver capítulo 5) automáticamente y pasa a ser controlada por ti. Si además, tienes uno o dos Bw que apoyen al disparo de la artillería, la ciudad caerá enseguida, aunque esté guarnicionada por buenas tropas. No olvides guarnicionar con cualquier elemento tuyo rápidamente una ciudad rendida al disparo, pues puede rebelarse (ver capítulo 6).
g) WWg.- La otra mejor opción, aunque su uso es más complicado. El modo de usarlos es: si hay guarnición, debes disparar desde lejos hasta eliminarla (disparas a infantería con un +4 en lugar de con el +2 de los Bw). Si tienes Bw que puedan apoyarte al disparo, tanto mejor. Una vez has eliminado a la guarnición, o si no la había originariamente, lleva a la WWg hasta las murallas. Entonces, atacarás con un +4 a los habitantes, que lucharán con un +4. Es muy difícil que te doblen, y si te vencen al simple, la WWg no retrocede, por lo que no tendrás que gastar más PIPs para volver a atacar la ciudad. En esta situación, es sólo cuestión de tiempo que los habitantes sean destruidos y la ciudad sea tuya. Ten en cuenta que si lanzas la WWg directamente contra una ciudad guarnicionada, pueden doblarte y perder la WWg tontamente por precipitarte.

Capítulo 5. Dentro de la ciudad.
Bien, has tomado la ciudad. Deja de sonreír porque sólo has hecho la mitad del trabajo. Puede pasar que hayas vencido a la guarnición o a los habitantes, y no es lo mismo.
Leamos las reglas:
a) Si has vencido a la guarnición o habitantes con artillería disparando, la guarnición queda eliminada, pero lo habitantes siguen vivos, aunque se rinden y la ciudad es tuya directamente.
b) Si has tomado una ciudad guarnicionada en combate cuerpo a cuerpo, habrás eliminado a la guarnición, pero los habitantes siguen vivos. Si has vencido a los habitantes porque la ciudad no tenía guarnición, los habitantes habrán muerto. Tu elemento vencedor habrá entrado en la ciudad, pero todavía no es tuya. Tus tropas se dedican a saquear, hasta que en un turno tuyo obtengas un 6 en el dado de PIPs (ojo, no tienes que gastar esos 6 PIPs en la ciudad. Sólo tienes que sacar el 6) . Durante el saqueo, la ciudad es vulnerable, ya que si tu rival intenta retomarla, el elemento que tengas dentro de la ciudad la defiende, pero no consigue el +3 de factor táctico, y si son vencidos al simple, mueren, por no poder retroceder. Debes proteger al elemento que saquee la ciudad desde fuera de la ciudad, impidiendo que tu rival vuelva a atacarla. Una vez obtienes un 6 en la tirara de PIPs, la ciudad será tuya (es decir, vale por dos peanas enemigas eliminadas). La conclusión es que si hemos tomado una ciudad con guarnición, contará como tres bajas al enemigo: una por la guarnición y dos por la ciudad tomada, lo que casi nos da la victoria.

Capítulo 6. Rebeliones en ciudades tomadas.
Ten cuidado si tomas una ciudad y la dejas sin guarnición. Una ciudad tomada y controlada por ti, cuyos habitantes sigan vivos y no tengan guarnición tuya, puede volver al bando del defensor si éste gasta 6 PIPs (ojo, gastar, es decir, sacar 6 PIPs e invertirlos en provocar la rebelión) en su turno. Esto sería como si te robaran la cartera, ya que para que la ciudad te cuente como dos peanas enemigas eliminadas, debe estar bajo tu control. Perder una ciudad tomada por ti hace que todos tus esfuerzos hayan sido inútiles. Conclusión: no dejes sin guarnición una ciudad tomada por ti. Así no podrá rebelarse. Buena suerte.

Grandes batallas III. Cannae, 216 a.d.C.

jueves, 10 de enero de 2008

Saludos. Hoy hablaremos de la gran batalla de Aníbal: Cannae, nombre que en los años siguientes, sólo provocaría pavor a los romanos.

Recordemos del post de Aníbal y la segunda guerra púnica. A modo de resumen, Amílcar Barca y su hijo, Aníbal, se habían lanzado a la conquista de Iberia tras la derrota de su ciudad, Cartago, en la primera guerra púnica contra Roma. Iberia era un territorio lleno de recursos minerales y de fieros guerreros que, una vez conquistados, podrían usar para marchar contra Roma. Amílcar murió durante la conquista, pero Aníbal tomó las riendas de la campaña, y en poco tiempo llegó hasta la ribera del Ebro, límite con la zona de influencia romana. Aníbal había reunido ya un ejército de unos 40.000 guerreros (cartagineses, libios, íberos, celtíberos y más tarde celtas) y 38 elefantes para invadir la península itálica. Sabía que Cartago no podría mover dicho ejército hasta allí desde Iberia, así que ideó un plan, que enseñaría a Roma el verdadero significado de la palabra “voluntad”. Cruzó el Ebro, los Pirineos, el Ródano y luego los Alpes en pleno invierno, con su ejército. Si alguna vez habéis recorrido un sendero de montaña, probad a imaginar que os siguen 40.000 soldados y 38 elefantes, mientras nieva y hace viento, y tratáis de convencerlos para que sigan adelante.

En la primavera del 218 a.d.C., Aníbal y su ejército, que había perdido muchos guerreros y la mayoría de los elefantes, descendieron hasta las fértiles tierras del norte de la península itálica. El senado romano rápidamente envió un ejército para interceptarlo en Trevia, pero Aníbal, que fue el general más alucinante de su época, lo desmontó rápidamente. Luego enviaron otro, pero Aníbal los engañó el las orillas del frío lago Trasimene, y miles de romanos se arrojaron al agua durante la batalla, absolutamente aterrados. El general cartaginés se dedicó entonces a recorrer la península, arrasando las tierras de los romanos, e intentando poner de su lado a los aliados itálicos de Roma, tanto celtas (del norte de Italia) como antiguos rivales de Roma (samnitas, etc.), con éxito fluctuante. El senado romano, mientras Aníbal campaba a sus anchas por Italia, cambió su política y nombró a un dictador, Fabio Máximo, para que dirigiera la guerra. La estrategia de Fabio consistió en no combatir con Aníbal a campo abierto. Fabio pensaba que en batalla, Aníbal era invencible, y no quería arriesgarse a otra confrontación abierta. En cambio, sí utilizó las tropas que tenía para limitar los suministros de Aníbal y acotar su libertad de movimientos, pues, después de todo, la línea de suministros de los cartagineses era demasiado larga, a través de los Alpes, y éste dependía en gran medida de las aportaciones de sus nuevos aliados itálicos. Hay que decir que esta política no gustaba al senado ni a los romanos, quienes difícilmente diferenciarían entre la cobardía y la inteligencia y prudencia del plan de Fabio.

Aníbal, que comprendió la estrategia del dictador, y que se veía apurado y sin refuerzos, trató de forzar una gran batalla, un enfrentamiento definitivo tras el cual Roma se viera obligada a capitular. Se dirigió hacia el Samnio y Campania, las regiones más ricas de la península, y donde muchos senadores romanos poseían importantes latifundios, y redujo los territorios a cenizas. De esta manera, provocó que los senadores más ricos clamaran por la deposición de Fabio Máximo, que después de seis meses, tuvo que abandonar su cargo. Inmediatamente, el senado romano organizó el ejército más grande formado hasta la fecha: 80.000 soldados, propietarios romanos (las legiones de esta época eran legiones manipulares de propietarios libres), con el único fin de aplastar a Aníbal de una vez por todas. El senado eligió dos cónsules para que comandaran el ejército, cada uno un día alterno. Puede parecer raro, pero la política del senado era evitar que una sola persona acumulara demasiado poder. Estos cónsules fueron Gaio Terencio Varro y Lucio Emilio Paulo .

Cuando las noticias de dicho ejército llegaron a Aníbal, se alegró, porque llevaba a los romanos a su terreno. Él disponía sólo de 30.000 soldados que hablaban una multitud de lenguas distintas, pero él era un líder extraordinario, y había sangrado con sus hombres. Todos y cada uno de aquellos soldados era un curtido veterano. Aníbal, aunque corto de recursos, confiaba plenamente en la victoria.
El general cartaginés esperó a los romanos en la llanura de Apulia, cerca de Cannae, una importante ciudad romana. Así se aseguró que no saldrían suministros de esta ciudad hacia el ejército consular, por lo que los forzaba a atacarles. Cuando el ejército romano se acercó a la posición de Aníbal, vio que éste los esperaba en la margen izquierda del río Efido. Aquel día comandaba Lucio Emilio Paulo, quien, observando a Aníbal, decidió que la posición no les favorecía, y no ordenó atacar. Sin embargo, al día siguiente comandaba Terencio Varro, cuyo carácter era bastante más arrojado e insensato, y aceptó la batalla que planteaba Aníbal. Comenzó así un día aciago para Roma.

El ejército romano ordenó en varias líneas sus legiones manipulares: al frente las tropas ligeras, seguidas de los hastati y los prínceps, legionarios equipados con gladius, escudo, cota de malla y jabalinas. La última línea era la de los Triari, los más veteranos. El fondo de la formación se aumentó mucho, de manera que los soldados acabaron conformando un cuadro enorme, con un frente relativamente reducido, similar al presentado por Aníbal. A ambos flancos situaron la caballería. El río quedó en su flanco derecho. Varro intentaba presionar el centro cartaginés, pues sabía que durante la batalla de Trebia, las legiones ya habían conseguido romper la línea cartaginesa por ahí.

Aníbal, que contaba con menos de la mitad de soldados, ideó un plan verdaderamente brillante. Formó en una delgada línea. En el centro, él, a pie, se situó entre los íberos, celtíberos y celtas. Eran tropas fieras, pero con menos capacidad de mantener la lucha que los legionarios romanos. En los extremos de su línea situó a sus lanceros cartagineses y libios, la verdadera infantería pesada cartaginesa. Finalmente, su caballería también se colocó repartida a ambos lados de la formación, enfrentada a las dos alas de caballería romana. Luego, Aníbal curvó el su línea de tropas auxiliares hacia delante, en forma de media luna, y adelantó a los hostigadores.
Al fin dio comienzo la batalla. Los hostigadores de ambos ejércitos se enzarzaron en una lluvia de proyectiles, hasta que las tropas ligeras romanas fueron repelidas. A continuación, el cuadro romano entre avanzó. La tierra temblaba con el paso uniforme de ochenta mil legionarios avanzando hacia los cartagineses. Aníbal gritó las últimas instrucciones en los segundos inmediatamente anteriores a la carga romana, y por fin, miles de gargantas rugieron y se lanzaron al combate.


Los frentes colisionaron. Las jabalinas de los legionarios silbaban mientras la primera fila acuchillaba sistemáticamente. Fue entonces cuando los legionarios descubrieron la terrible hoja de las espadas íberas. Las tropas del centro cartaginés buscaban pegarse a los escudos de los legionarios, y entonces los legionarios veían como la punta de una corta espada de acero terriblemente duro les entraba por los riñones. Esta espada, el gladius ibérico, sería adoptada por el ejército romano hasta la época imperial, pero eso es otra historia.
El combate se recrudecía, pero el mejor equipamiento de los romanos se hacía notar. Entonces llegó el momento de Aníbal. Las dos alas de la caballería cartaginesa se lanzó hacia la caballería romana de cada flanco enemigo. Los númidas eran excelentes jinetes, y sus rápidas monturas los mantuvieron a distancia de los jinetes romanos mientras los hostigaban con jabalinas y lanzas, mientras que la caballería pesada cartaginesa se lanzó hacia la romana de manera imparable. Los romanos no tenían por entonces una caballería de mucha calidad, y no fueron rivales para unos guerreros que, en su mayoría, habían aprendido a montar antes que a andar.

La huída de la caballería romana había dejado los flancos romanos desprotegidos. Entonces, Aníbal dio la orden de replegar su línea. Paso a paso, sus mercenarios íberos y celtas mantuvieron la formación mientras su frente convexo se curvaba hacia tras, formando de nuevo una media luna, pero invertida. Así, el cuadro romano se lanzó hacia delante, creyendo que los cartagineses cedían terreno porque estaban siendo vencidos. En su impetuoso avance, las formaciones comenzaron a abrirse y a estorbarse unos a otros. Y Aníbal reveló su golpe maestro: los lanceros cartagineses y libios, su infantería pesada de élite, que estaba en los flancos de la infantería cartaginesa, comenzó a avanzar superando el curvado frente romano, llegando así a contactar con los dos flancos enemigos. Así bloqueado por el flanco, mientras el centro romano seguía estirándose, los legionarios comenzaron a sentir verdadera presión, porque Aníbal ya no ordenó retroceder más, sino avanzar, avanzar y presionar por todo el frente. Los romanos comenzaron a flaquear cuando entre la formación se fue corriendo la voz de que estaban rodeados. Atrapadas, las formaciones intentaban retroceder, pero se entorpecían mutuamente. El espacio entre los soldados se fue cerrando y cerrando, mientras el sol los calentaba, el polvo los asfixiaba y cegaba y la sangre de sus compañeros les hacía resbalar. El pánico se propagó rápidamente, pero ya era demasiado tarde, porque la caballería cartaginesa, que se había reagrupado, volvió a aparecer en la retaguardia romana, y cargó. El cuadro estaba cerrado por todos sus lados, y de allí ya no saldría ningún romano vivo. Los gritos de dolor y de miedo fueron aumentando y pronto superaron a las órdenes que los oficiales chillaban en vano. Ya no eran soldados, sino simples ciudadanos aterrados. Eran niños que lloraban llamando a sus madres mientras intentaban en vano despertar de una sangrienta pesadilla, que se arrancaban los cabellos con sus manos y cavaban en el suelo para introducir la cabeza en un vano intento de dejar de ver el horror a su alrededor. Se aplastaban unos contra otros, pisoteaban a sus propios amigos si caían al suelo, mientras las espadas, lanzas y hachas de los soldados de Aníbal se iban abriendo paso golpe a golpe, vida a vida. Mientras, Aníbal, el primero entre sus hombres, no dejaba de gritar y de animar a sus soldados. No habría prisioneros. Roma debía ser derrotada aquel día, derrotada y humillada para que nunca volviera a levantarse. Tardaron horas en matar a espada a los legionarios uno a uno.

Aquel día, entre cincuenta mil y setenta mil romanos perdieron la vida, en una de las batallas más sangrientas de la Antigüedad. No sólo murieron ciudadanos. Ochenta senadores, el cónsul Emilio Paulo, dos cuestores y veintinueve tribunos, además de los cientos de experimentados centuriones. Desde Roma se elevó un lamento como nunca antes se había conocido. Aníbal sería recordado como uno de los mejores generales de la Historia, aunque poco después sería vencido por su mejor alumno: el general romano Escipión, uno de los pocos supervivientes de Cannae, y el único romano que reconoció el genio de Aníbal, y que se dedicó en serio a estudiarle para aprender de él. El destino haría que Escipión se enfrentara a Aníbal en la batalla de Zama, pero eso es otra historia.

LA BATALLA DE CANNAE PARA DBA.
Debo decir que esta batalla es la más compleja de simular para todos los juegos que conozco. Hacer este escenario es un verdadero reto, y como dato, os diré que en el foro de FoG, hay un largísimo post sobre cómo podría explicarse Cannae con las reglas de FoG, y no hay verdaderas conclusiones. En DBA y DBM puede parecer lo mismo. El caso es que la curva que presenta el frente cartaginés y su evolución durante la batalla es extremadamente difícil de simular, ya que se trata de un movimiento durante el combate. Sin duda, Aníbal debía ejercer un liderazgo verdaderamente singular para ser capaz de controlar su línea mientras los soldados tratan de mantenerse con vida. Esta singularidad en el talento del general cartaginés es la que no queda más remedio que obviar en un conjunto de reglas coherentes que traten de simular una batalla genérica.
No obstante, y no sin cierta aprensión, por no decir pánico, voy a intentar la simulación.
Los ejércitos para esta batalla son:
a) II/32, cartagineses tardíos. No se podrán coger elefantes en ninguna opción. El general será una peana de Aux o Wb claramente identificada, en lugar de la peana de Cv (esta peana de Cv estará, pero no contará como general).
b) II/33, Romanos de Polibio. (Polibio fue el historiador que narró la segunda guerra púnica). Este ejército se usará tal cual.

Los cartagineses serán los defensores, aunque se usará el terreno de los romanos. Sin embargo, el elemento obligatorio será un WW que se desplegará en un lado de la mesa, y que será el río Efiso. Se colocará el mínimo de escenografía opcional.
El borde cartaginés será el que tenga en río a la izquierda, y el romano será el borde opuesto.
Aplican todas las reglas habituales de DBA, además de la siguiente.

Regla especial:
- Enemigo de Roma: los ciudadanos romanos esperan ansioso el enfrentamiento con Aníbal. Los elementos Bd romanos son “impetuosos” (como Wb, Kn o Sch).
- El genio de Aníbal.- Aníbal es el general más alucinante de su época. Las tácticas romanas no eran más que un juego de niños para él. Además, es capaz de sacar de sus tropas lo mejor de sí. Por todo ello, Aníbal genera 1D6+1 PIPs. Además, mientras Aníbal viva, puede guardar PIPs no empleados en su fase de movimiento para utilizarlos en mover elementos amigos que, al principio del turno cartaginés, formaran grupo con él o estuvieran en contacto esquina frontal con esquina frontal con elementos que formaran grupo con él, una vez que hayan terminado todos los combates del turno cartaginés.


Y ya está. Os aseguro que me he comido el coco bastante rato para crear reglas que puedan simular Cannae, algunas bastante peregrinas, pero al final me he dado cuenta que lo especial de Cannae es que Aníbal era capaz de mantener a sus tropas ordenadas mientras evolucionaban y combatían al mismo tiempo. Por ello creo que esta regla permite no sólo simular los acontecimientos de Cannae, sino probar otras tácticas basadas en la evolución controlada de un frente formado por cualquier tipo de elementos. A priori, la regla parece dar mucha ventaja, pero hay que pensar que no usar PIPs en la fase de movimiento para reservarlos es una decisión táctica muy difícil, ya que puede estancar tropas vitales para la victoria cartaginesa.
Por último, recomiendo de nuevo que los jugadores intercambien los papeles una vez jugada la partida.

Los normandos

jueves, 3 de enero de 2008

Saludos. Los normandos son la última pieza del puzzle histórico que hemos estado montando con la colaboración de vikingos y sajones y que conforma lo que ahora conocemos como Inglaterra. Pero también los normandos son mucho más. Veremos como este pueblo hizo honor a su arrojada estirpe, acudiendo sin dudar allí donde pudieran encontrarse juntos riquezas, honores y batallas. Sin duda, uno de los pueblos más influyentes de la Historia. A lo largo de dos siglos, no solo influyeron en la creación de los reinos británicos que conocemos ahora, sino que tuvieron una gran influencia en Francia, en Italia, en Sicilia e incluso en Oriente, donde llegaron a fundar el Principado de Antioquia, al norte de Siria, estado tan importante como el reino de Jerusalén, y que estuvo muy implicado en las cruzadas.

A comienzos del siglo X, los francos (ya hablaremos de este pueblo en otro artículo) habían levantado un estado fuerte en la actual Francia. Cien años después de la coronación de Carlomagno, los ataques vikingos a la costa norte de Francia no habían podido ser evitados del todo. En el 911, una partida de guerra vikinga dirigida por Hrolf asoló la desembocadura del Sena y llegó a asediar Chartres, aunque sin éxito. El rey franco, incapaz de expulsarlos, decidió pactar con ellos: les otorgó todas las tierras que actualmente se conocen como Normandía. En tres tratados sucesivos, a lo largo de 20 años, estos vikingos fueron recibiendo un territorio en el que se asentaron y prosperaron, mezclándose con la población local, básicamente galorromanos y un porcentaje minoritario de francos. No cabe duda de que los francos esperaban contar así con ayuda para evitar más incursiones vikingas. Sin embargo, Hrolf fue un paso más allá. En el 912 se bautizó, y adoptó el nombre de Rollo. Los vikingos, como muchos otros grandes pueblos, eran capaces de adaptarse a su nuevo entorno. Reconociendo en los francos cierta “superioridad” cultural, Rollo inició con su pueblo una metamorfosis: adoptaron la lengua franca amalgamada con el danés, así el estilo de vida, las armas y las tácticas de los francos. En treinta años, el pueblo de Hrolf apenas se distinguía de los francos, aunque ellos sí se reconocían como Nord-men, es decir, hombres del norte. Pues eso es lo que significa normando.
La sociedad franca se basaba en el feudalismo, sistema social que adoptaron los normandos. Además, la independencia de su territorio se plasmó en su constitución como ducado. Nació así la figura del duque de Normandía.

EL DUCADO E INGLATERRA
Las tierras de Normandía fueron estructuradas según el modelo feudal que ya habían desarrollado los francos en el resto de la actual Francia. La figura del rey (o el duque en el caso normando), estaba apoyada por un conjunto de nobles terratenientes, atados por votos de lealtad al duque. Los nobles, además, tenían a su cargo el territorio y sus habitantes, y proporcionaba protección a sus habitantes, mientras estos pagaban tributos a sus nobles, recurso con el cual los nobles se costeaban el costoso equipo militar.
Hay un hecho diferencial en Normandía. En el resto de Europa, el modelo feudal desembocó en una pérdida de poder de los reyes. Sin embargo, en Normandía, el feudalismo proporcionó a los duques un formidable poder militar. La unión de intereses entre el duque y los nobles, y las políticas agresivas de los duques que se plasmaban en nuevas tierras con que recompensar a sus nobles, hicieron que este modelo funcionara excepcionalmente bien. Normandía era próspera, y su población aumentaba muy rápidamente. Al ser fundada, la tierra era pobre, pero apenas 100 años después, Normandía proporcionaba generaciones de excelentes guerreros que sirvieron en muchos lugares del mundo. Incluso llegaron a vencen a los propios francos, en menos de un siglo después de la fundación de Normandía, en su intento por destruir al ducado, que crecía en poder muy rápidamente.
La Iglesia de Roma, que tras la conversión de Rollo, se implicó en la estructuración del territorio, expandiendo el cristianismo, pronto encontró en el poder militar normando y su prosperidad económica un gran aliado. Muchos normandos acabaron en importantes puestos eclesiásticos, y los nobles normandos también ayudaron a fundar numerosos monasterios en sus tierras.
En poco tiempo, las incursiones vikingas a lo largo del Canal de la Mancha fueron controladas. El reino de Inglaterra encontró también colaboración en los duques de Normandía para detener a estos incursotes daneses y noruegos. Los contactos se intensificaron, y llegó a haber alianzas matrimoniales entre los reyes sajones de la casa de Wessex y los duques de Normandía. En el siglo XI, los normandos apoyaron abiertamente a Eduardo el Confesor en su ascenso al trono de Inglaterra, en perjuicio de Knut de Dinamarca. Eduardo, de la casa de Wessex, incluso pasó un tiempo exiliado en Normandía. Cuando fue rey, su política hacia Normandía fue siempre amistosa.

Si recordamos del artículo de los sajones, a la muerte de Eduardo, sus lazos familiares con Guillermo, duque de Normandía, sirvieron a éste para reclamar el trono. Harold Godwinson fue coronado rey de Inglaterra, y Harald Hadrada también reclamó la corona desde Noruega. Godwinson venció a los vikingos de Harald en Stamford Bridge, pero Guillermo tampoco había estado ocioso. Organizó un ejército para reclamar su corona. En total, reunió 7000 guerreros. No todos eran normandos. También había mercenarios francos y de otros lugares de Europa. Guillermo prometió tierras en recompensa a los que le ayudaran. El resto es historia. Cruzó en Canal y venció a Godwinson en la batalla de Hastings, en 1066. Comenzaba así la dominación normanda, que tuvo numerosas y trascendentales consecuencias en Inglaterra.
En primer lugar, la élite sajona de los húscarls emigró a Noruega, Rusia y muchos llegaron a luchar en la guardia varenga. Incluso fundaron un reino en el Mar Negro, llamado Nova-Anglia, de corta existencia. La marcha de la élite sajona fue seguida por un reparto feudal de las tierras entre los nobles normandos que habían ayudado a Guillermo. Los sajones pronto vieron como la tierra era repartida y asignada a unos conquistadores, que, además, tenían un carácter fuertemente absentista, y que cuando visitaban sus tierras, lo hacían como amos y señores feudales. Guillermo fue lo bastante astuto como para otorgar tierras en diferentes ubicaciones a los nobles. Así, si se rebelaban, sólo podrían defender una porción pequeña de sus posesiones. Los nobles normandos, autorizados por Guillermo, fueron construyendo fortalezas desde la que dominaban el territorio. Así estructuraron en reino en “shires”, o comarcas, organizando las divisiones territoriales que se conocen actualmente en Inglaterra.

El idioma también cambió. El antiguo inglés de los reinos sajones fue desapareciendo, amalgamado con el la lengua franco-danesa de los normandos. Esto explica por qué hay tantas palabras comunes en inglés y francés, por ejemplo. Como frikidato, os diré que si queréis escuchar en inglés antiguo, sólo tenéis que ver la versión extendida de Las Dos Torres. El idioma de los rohirrim es en realidad el inglés de los sajones. Es especialmente notable y bello el canto fúnebre de de Eowyn durante el funeral de su primo, el hijo de Theoden.
El impacto cultural de la dominación normanda, que causaba miedo y repulsión entre la mayoría de los sajones, puede verse en numerosas obras literarias: “Ivanhoe”, de Sir Walter Scott, por ejemplo. También hay muchas películas. Os recomiendo, porque a mí me sorprendió, “El Señor de la Guerra”, con Charlton Heston (cada vez que pienso en este hombre no puedo dejar de acordarme de “El Informal”). También encontramos trazas de la organización normanda en otra gran historia clásica como la de Robin Hood. Si recordamos, el malo era el sheriff de Nottingham. Los sheriff fueron cargos creados por los normandos, y representaban los intereses del rey en los territorios de los nobles feudales.
El mismo Tolkien solía decir que la dominación normanda era la principal causa de que no hubiera sobrevivido una mitología auténticamente inglesa. En efecto, mientras que los sajones sí ocuparon realmente el territorio y lo trabajaron, y refundieron distintas tradiciones celtas y romanas, los normandos, escasos en número, sólo ocuparon la clase dominante. Además, territorios como Gales o Escocia, que se habían mantenido apartados de la dominación sajona, también fueron dominados política y/o culturalmente por los normandos.
Guillermo dividió entre sus hijos los dos territorios: Normandía e Inglaterra. Sin embargo, algunos reyes de Inglaterra volverían a unificar el territorio de forma intermitente. Finalmente, en 1204, Normandía cayó por fin en manos francesas, aunque durante la guerra de los 100 años, el territorio volvería a ser dominado por los ingleses.

Los reyes normandos usaron los recursos militares de Inglaterra para sus intereses. Adiestraron tropas sajonas al modo franco normando, e introdujeron el arco largo, que en manos inglesas se transformó en un arma terrible. Pero el intercambio también fue en dirección contraria. Los normandos se reencontraron con las armas y tácticas vikingas de los anglo-daneses del norte de las islas. También, los nobles normandos adoptaron costumbres anglodanesas, como el dejar crecer el cabello y las barbas, en detrimento de ese ridículo corte de pelo en cazoleta típico de los primeros normandos en Inglaterra.

NORMANDOS EN ITALIA.
En el 1009, los lombardos (otro artículo) se rebelaron contra la dominación bizantina de Italia (recordemos que el imperio Bizantino era el Imperio Romano del Este, que sí sobrevivió, al contrario que Roma). Dos años después, mercenarios normandos sin tierra comenzaron a ser contratados para luchar contra los bizantinos. Aunque fueron vencidos en 1016, poco después los bizantinos comenzaron a contratar normandos para mantener su ejército en la península italiana, que por entonces era una “thema” o provincia del imperio bizantino. Las intentonas lombardas continuaron, y frecuentemente luchaban normandos en ambos bandos. Finalmente, Sergio IV de Nápoles, se proclamó rey en 1029 con ayuda normanda, y otorgó tierras en la frontera sur de su reino (el sur de Italia, desde Capua, seguía perteneciendo a Bizancio) a los líderes normandos que le habían ayudado. En 1040, los normandos contratados por Bizancio se rebelaron contra sus pagadores, y así colaboraron con la extensión del poder normando hacia el sur de Italia. Finalmente, los normandos reclaramon Apulia, Calabria y las islas del sur (Sicilia, Bari, Corfú, etc.) como propias, y dividieron el territorio en 12 partes. Este reino fue reconocido por el Papa. Nacía así un poderoso reino, que duraría hasta el siglo XII, cuando fue tomado por el emperador germano Enrique VI, en 1194. Por cierto, otro frikidato: Sicilia fue tomada por los normandos de las manos del Zirid de Argelia, pues la isla había sido tomada por los musulmanes. A este hecho hace mención, en “Amor a quemarropa”, un grandioso Denis Hopper, mientras en el tiempo de fumarse un cigarrillo, dice al mafioso siciliano interpretado por Christopher Walken, que su pelo es negro porque a su “tátaratataratataraabuela se la f*ll* un negro”. Magnífica escena.
Pero durante la existencia de dicho reino, los normandos de este reino no se quedaron tranquilos en Sicilia. La sangre vikinga bullía en sus venas, y los impulsó a dar el salto a África. Ocuparon la actual Túnez entre 1148 y 1160, pero fueron repelidos por los almohades, y por los problemas domésticos en el sur de Italia. También marcharon hacia el este, ocupando Tesalónica y quedando a las puertas de Bizancio en 1185.

NORMANDOS EN ORIENTE PRÓXIMO
Desde el siglo X, Bizancio contrató normandos y se los llevó a Asia. Algunos líderes mercenarios llegaron incluso a ser lugartenientes de los generales bizantinos. Era una época turbulenta en la zona. Bizancio se batía con los Seljuk y con dinastías arábes que presionaban hacia el oeste. Los normandos, como buenos mercenarios, aunque llevados allí por los bizantinos, llegaron incluso a estar contratados por sus enemigos. Hubo familias normandas que se asentaron allí y prosperaron, estableciendo linajes de guerreros aceptados como pertenecientes al imperio, iniciándose así una feudalización de las tierras del Imperio Bizantino. Hubo también varios intentos de aprovechar el caos, para crear principados normandos independientes en Anatolia y Siria, pero el ambiente era demasiado hostil no prosperaron inicialmente. Sin embargo, todo cambiaría con la Primera Cruzada. Junto a la creación del Reino de Jerusalem, Antioquía, la antigua joya del mundo helenístico, también fue conquistada por los cristanos. Los normandos del duque Roberto de Normandía abandonaron Tierra Santa en 1099, pero allí quedaron muchos italo-normandos. Bajo el gobierno de Bohemundo y luego su hijo Tancred, los normandos crearon un estado feudal en plena Siria, diferenciado del reino de Jerusalem, y que no dudó en contratar mercenarios musulmanes para ampliar sus tropas. Los nobles normandos intentaron integrarse en la sociedad siria-armenia, pero les separaba su religión y su obligación de combatir el Islam con la espada, a veces curiosamente interpretada. Finalmente, cayó a finales del siglo XIII en manos musulmanas.

LOS EJÉRCITOS NORMANDOS.
En DBA hay un buen número de listas con sangre normanda en sus venas:
a) III/51 Francos occidentales y Normandos. Esta lista refleja el grado de integración de los normandos en el modo de guerra de los francos. La lista es igual para ambos, pero los normandos tienen un punto más de agresividad. Las tácticas que usaban se basaban en una caballería pesada, con un jinete protegido con cota de malla, escudo en forma de cometa, lanza y espada. Éste es el ejército que invadió Inglaterra al mando de Guillermo el Conquistador. En esta época, todavía no existe el caballero medieval tal y como lo conocemos. Más bien, estos jinetes, con los caballos prácticamente desprotegidos, usaban la lanza con una mano en forma descendente, una vez los caballos habían llegado hasta las filas enemigas. La espada es un arma secundaria todavía para el jinete. En la lista hay entre seis y ocho peanas de estos caballeros, y opcionales con otras peanas de Cv o LH, representando éstas otras tropas montadas más ligeras de apoyo a los relativamente inmóviles sobre sus monturas jinetes normandos. Luego hay un par de peanas de lanceros, representando levas feudales de campesinos o bien mercenarios, y luego arqueros, ya sea en forma de Ps o de Bw. Los normandos recuperaron a los arqueros como tropas fundamentales en la batalla.
b) IV/3 Anglonormandos: Esta lista representa las tropas que los normandos organizaron una vez se hicieron con el poder en Inglaterra. Un tercio de la lista se compone de peanas de Kn que pueden desmontar como Sp o como Bd. Esto se ha representado así porque en esta época, los asedios eran un tipo común de enfrentamiento, y los caballeros solían combatir desmontados. Estos caballeros pueden haber empezado ya la transición al uso de la armadura de placas medieval. Luego hay bastantes peanas de Sp, que representan los restos de las Fyrd sajonas, las levas de campesinos. Sin embargo, estas tropas solían ser de baja calidad para el concepto normando de infantería, así que a menudo solían recurrir a mercenarios francos o de flamencos. Luego, el último tercio del ejército se compone de arqueros, que pueden ser Ps o Bw. Aquí se ve cómo los normandos aumentan el número de arqueros en cada batalla. Incluso se proclamó una ley en Inglaterra que obligaba a todo campesino a tener y mantener un arco en perfecto estado, y a estar entrenado en su uso. Esto es típico de la estructura feudal. Los caballeros llevan una cara panoplia, pero el guerrero a pie típico, que procede de levas, no puede permitirse un equipo caro. Por lo tanto, la infantería de calidad quedó en manos de mercenarios. En este escenario, un simple campesino con un arco hecho de madera, barata y abundante, podía dejar fuera de combate a un caballero a distancia (olvidaos de lo que veis en las películas: NO se puede combatir si tienes un asta de flecha clavada en el cuerpo), aunque en combate cerrado estuvieran condenados.
c) IV/5 Sicilianos.- Esta lista es especialmente interesante por cuanto tiene de mezcla. Representa los ejércitos normanos que tomaron Sicilia y que luego enrolaron a los musulmanes en su propio ejército. Estos ejércitos avanzaron hacia el este combatiendo al imperio bizantino, y luego, a partir del siglo XIII, contra los ejércitos germanos que invadieron Italia. Se compone de algunas peanas de Kn verdaderamente normandos, equipados, ahora sí, con un estilo más “mediterráneo”, con armaduras lamelares o de escamas. Luego hay muchas tropas ligeras, de procedencia musulmana: Ps y Ax, equipados con arcos y lanzas y armaduras ligeras. Se van introduciendo también peanas de ballesteros (Cb). En la última época, se ven algunas peanas de 6Kn, que representan unidades de caballeros con un estilo de carga que ya estudiaremos en futuros artículos.

Sin duda hay otras listas que contienen otras tropas normanda, aunque las he dejado fuera porque merecerían un estudio separado: Cruzados Tempranos, Bizantinos Temáticos, Cruzados tardíos…

Podemos encontrar bastantes minis en Essex, Old Glory y Museum, aunque Corvus Belli tiene una gama de la guerra de los 100 años de la que podrían tomarse bastantes figuras, sobre todo de campesinos.

Nota: las miniaturas expuestas en este artículo pertenecen a la colección de David Kirk y pueden ser contempladas en Fanaticus.