Reviviendo Querona

jueves, 27 de diciembre de 2007

Tras el inspirador artículo de Caliban sobre la Batalla de Queronea, hemos querido meternos en la piel de los macedonios y los partidarios de Demóstenes de la mejor forma posible: ¡jugando una batalla de DBA!

La batalla está recreada siguiendo las reglas descritas por Caliban e intentando ajustar la escenografía lo máximo posible. Como no contábamos con un elemento de costa, representamos el río con el viejo sistema navideño del papel de aluminio, aunque para darle una apariencia menos calamitosa lo retocamos posteriormente con Photoshop para publicarlo en DBA Hispano.
Las miniaturas utilizadas para representar ambos bandos son de la marca Xyston; posiblemente la mejor para estos ejércitos y este periodo.
A lo largo del artículo podréis ver varias instantáneas de la batalla. Recordad que haciendo click sobre la imagen podréis contemplarla a mayor tamaño.

Siguiendo esta tónica de fidelidad restringimos el despliegue al verdadero planteamiento táctico inicial de ambos generales. Así se veían las cosas.

En la parte superior de la imágen los macedonios despliegan sus tropas ligeras bajo el mando directo de Filipo y sus hipaspistas en su flanco derecho, Parmenio mantiene el centro con sus piqueros y Alejandro se pone al mando de la caballería en el flanco izquierdo.
En la parte inferior de la imágen los aliados disponen su caballería y sus psiloii en su flanco izquierdo, los atenienses guardan la parte izquierda del centro y los tebanos la diestra. En el extremo derecho, alineados frente a Alejandro, despliega el Batallón Sagrado (en posteriores fotos se destacará su posición situando un marcador de gema rojo a su lado).

Los primeros turnos se desarrollan sin demasiadas complicaciones. Los griegos avanzan directamente hacia el enemigo mientras que los macedonios, además de hacer lo mismo, destacan las tropas ligeras de Filipo para ocupar las alturas en las colinas del flanco izquierdo griego. Esta situación obliga al estratego aliado a separar a la caballería y los psiloii del resto de sus tropas para evitar una acción de flanqueo de los peltastas macedonios sobre la línea de hoplitas.

Los griegos parecen satisfechos con situar sus tropas del flanco izquierdo encarando la amenaza de los hostigadores de Filipo, pero se resisten a internarse en las colinas donde estos estarían en clara superioridad. En vista de que esta situación podría prolongarse indefinidamente, los macedonios deciden cargar colina abajo para enfrentarse a los psiloii y la caballería helena.
Y la suerte parece sonreír a los valientes, porque Filipo usa sus ardides para atraer a la caballería griega hacia atrás después de haber conseguido obtener una extraordinaria tirada de dados.

Pese a tener momentáneamente contienda la amenaza de las tropas ligeras de Filipo, los griegos parecen reacios a continuar avanzando, ya que la línea de la falange de Parmenio rebosa su flanco izquierdo inquietando profundamente a Estratocles.
Así pues deciden detener momentáneamente su marcha a la espera de poder observar que directrices adoptarán los generales macedonios.
Aun así, los tebanos apuestan por curarse en salud y hacen avanzar al Batallón Sagrado de forma que deje dentro de su zona de control a la caballería ligera de la sección de Alejandro.

De pronto parece que las cosas pintan un poco mejor para los aliados. Después de unas malas tiradas el flanco al mando de Filipo queda desorganizado. Ahora serán necesarios varios PIPs para volver a conformar una línea de combate sólida para enfrentarse al flanco izquierdo ateniense. Además se encuentran al pié de las colinas, por lo que su mayor ventaja parece haberse esfumado.

Mientras tanto, en el lado tebano de la batalla, las cosas pintan bastante bien. El Batallón Sagrado decide lanzarse a la carga sobre la caballería ligera macedonia. En un primer momento una tirada desastrosa deja a los tebanos en mal lugar, pero gracias a su férrea disciplina mantiene su posición.
Aun así Alejandro cree no tenerlas todas consigo, por lo que opta por retirar su propia unidad para evitar que una posterior retirada de la caballería ligera cause el caos en sus líneas y la virtual destrucción de esta.
Lo cual demuestra ser una buena decisión porque, efectivamente, la caballería ligera retrocede ante el empuje del Batallón Sagrado.

Mientras, en el flanco izquierdo griego, la caballería intenta enfrentarse a Filipo en solitario, al no tener este unidades capaz de solaparles, a pesar de dejar a los psiloii a su suerte. Aun así el ataque no tiene éxito.
En el flanco derecho los tebanos del Batallón Sagrado continúan su empuje, acorralando y destruyendo finalmente a la caballería ligera macedonia.
Al mismo tiempo Nausicles decide adelantar a sus hoplitas para no dejar a la élite de su polis aislada entre las líneas macedónicas.

La escaramuza al pie de las colinas continúa sin que nada claro suceda, aun así ambos bandos intentan tomar posiciones que les permitan sobrepasar a sus enemigos en próximos turnos.
tras ver la exitosa acción del Batallón Sagrado, Alejandro ordena cargar contra ellos apoyado por la caballería macedonia. En un primer momento la élite aguanta bien la carga de El Grande haciendo uso de su disciplina.
Alejandro no se achica y sigue atacando una y otra vez.
Mientras tanto el centro de hoplitas ve como los falangistas se han acercado tanto que socorrer a los aislados miembros del Batallón Sagrado parece algo imposible.

En el flanco izquierdo el baile de posiciones ha llevado a los psiloii griegos a encontrarse en grave riesgo de quedar encajonados, ante lo apremiante de la situación deciden cargar contra los honderos macedonios con la esperanza de, al menos, hacerlos retroceder y ganar un poco de espacio. Pero la fortuna parece haberles vuelto la espalda, porque son recibidos por una violenta lluvia de piedras que causa su total aniquilación.
Ahora la caballería ateniense está en una situación francamente desaconsejable y no ve el momento de volver grupas y salir de ahí lo más pronto posible.

Tampoco en el flanco derecho parecen ir bien las cosas para los aliados. Una serie de desafortunados movimientos han llevado al Batallón Sagrado a quedar encajonado contra sus propios conciudadanos que acudían a su rescate. Los guerreros se apiñan en un punto, sintiéndose muy lejos de los atenienses y aterrorizados ante el movimiento de una sección de la falange que, desgajándose del cuerpo principal carga contra ellos.
Los hoplitas tebanos se ven de pronto atrapados en el yunque y martillo macedonio cuando la caballería carga para sumarse al ataque.
Sus esperanzas eran escasas y todos sus temores se materializan cuando el terrible choque causa la aniquilación de numerosas tropas tebanas, perdiendo dos elementos de lanzas en un único combate.

La inquietud se extiende por el flanco ateniense, a sus espaldas pueden sentir los cascos de su caballería escapando de las tropas de Filipo mientras, mirando con horrorizada fascinación, contemplan como una gran cantidad de hoplitas tebanos acaban de ser arrollados bajo el aparentemente imparable rodillo macedonio. En ese momento escuchan unos gritos a su izquierda y contemplan como la falange macedonia comienza a flanquearles de forma imparable.

El momento de Parmenio ha llegado. Las gargantas de los macedonios atronan con un aterrador alalalai mientras se lanzan sobre el flanco ateniense.
¡Alalaliee ay piehon! ¡Alalaliee ay piehon! ¡Alalaliee ay piehon! Un muro de afiladas picas se cierne sobre los desesperados atenienses. El mismo suelo parece temblar al compás de la marcha macedonia. Gritos. Sangre. Olor a orines. El silbido de una pica atravesando el aire y clavándose en el cuello de un compañero. El entrechocar de los metales. Algo pegajoso de sabor ferroso que salpica en la cara... y después el quedo silencio solo interrumpido por los lastimosos gemidos de los moribundos y los aterrorizados murmullos de los supervivientes.

Grandes batallas II. Queronea, 338 a.d.C.

Saludos. Proseguimos aquí la serie con la batalla de Queronea (en realidad, una de las que tuvieron lugar allí), en la que se enfrentaron los ejércitos macedonios al mando de Filipo II y un joven Alejandro, y una coalición entre Atenas y Tebas.
Recordemos que Filipo II de Macedonia pretendía conseguir la hegemonía sobre las polis griegas, unificando el mundo helénico, que, debido a las interminables guerras entre las polis, se venía debilitando desde hacía más de un siglo. Filipo veía el peligro que corrían los griegos frente al poder persa, que no había menguado casi nada desde la segunda guerra médica.

En el 346, Filipo venció a Focea en la Guerra Sagrada proclamada por la Anfictonía, el consejo Delfos. De este modo, Filipo fue invitado por los tesalios, que dominaban dicho consejo, a participar activamente en la política de las polis griegas, ya que dicho consejo era el único foro en el que las distintas polis tenían en común, y sus decisiones solían ser acatadas por la mayoría.

Atenas y Tebas, las dos ciudades más poderosas, que habían sido además encarnizadas enemigas, veían claramente las intenciones de Filipo. Ambas polis se resistían a estar bajo el dominio de un monarca, y además extranjero. En el ágora de Atenas, el orador Demóstenes arengaba a los atenienses en contra de Macedonia, en aras de la libertad y la independencia de Atenas. Además, promovía la alianza con Tebas, pues sabía que sin los beocios no tendrían suficiente poder para enfrentarse a los ejércitos profesionales de Filipo. Mientras, el Gran Rey de Persia vio la oportunidad para perjudicar a Macedonia, pues temía que Filipo se hiciera lo bastante poderoso para invadir el imperio, así que no dudó en enviar dinero y espías a Grecia, favoreciendo la campaña contra Filipo.

En el 339 a.d.C., el consejo de Delfos declaró una nueva Guerra Sagrada contra los ciudadanos de Ánfisa, ciudad de la región lócrida, por cultivar la llanura sagrada. Los tesalios, aliados de los macedonios, y que dominaban el consejo, enviaron una petición de intervención a Filipo, que no dudó en aceptar. Por un lado, parecía que los tebanos habían ayudado a los anfiseos. Por otro, no hay duda de que a Filipo le vino estupendamente esta oportunidad para entrar en Grecia con sus ejércitos. Avanzó rápidamente tomando los enclaves necesarios para asegurarse la ruta, pero se detuvo antes de llegar a Ánfisa con objeto de tantear el grado de influencia que tenía en el consejo. Atenas, espantada por el exitoso avance de Filipo, que estaba cerca del Ática, se rebeló y envió una embajada a Tebas para atraer a los beocios a su bando.
Tebas dudaba de si participar al lado de Macedonia o bien, aliarse a Atenas. Filipo envió una embajada con interesantes y ventajosas propuestas para los tebanos. Demóstenes, el orador ateniense, se presentó al consejo de los beocios justo después de los macedonios.
El discurso de Demóstenes incendió Tebas. Era un orador verdaderamente brillante. Las palabras, el arma más poderosa, no tenían secretos para él. Antes de que terminara, toda la ciudad gritaba “Libertad”. Los embajadores macedonios se fueron a toda prisa, y la coalición tebana y ateniense se reunió para hacer los preparativos. Entonces, llegó el invierno, y ambos bandos esperaron a la primavera del 338 para ponerse en marcha.

Con oro persa, la coalición contrató diez mil mercenarios al mando de Cares, y además reunieron un segundo ejército de hoplitas con los ciudadanos de ambas polis. Entre ellos estaba el legendario Batallón Sagrado de Tebas, los 300 mejores guerreros de la ciudad, que hacían un voto sagrado de no retirarse jamás. (300 era el número de guerreros que los griegos siempre escogían para cuerpos de élite u operaciones especiales).
El primer movimiento lo hizo la coalición. Cares y sus mercenarios cortaron el camino hacia Ánfisa. Mientras, el grupo principal se dirigió a cortar los accesos de Macedonia hacia la Lócride. Filipo avanzó también rápidamente, más que los griegos de hecho. Tomó los principales puertos, y, dejando al grueso del ejército atrás, marchó toda una noche hasta que al amanecer atacó por sorpresa a los mercenarios de Cares, venciendo rápidamente.
Cuando la coalición supo que Cares había sido derrotado y que los macedonios tenían un paso expedito que podía llevarlos a su retaguardia, tuvieron que retroceder hasta la llanura de Queronea, el primer punto defensivo de Beocia en el camino de los macedonios. Esto era lo que Filipo quería en realidad.

Queronea era la llanura de inundación de la margen derecha del río Cefiso. Mirando hacia el norte, el ejército griego esperaba a los macedonios. Estaban comandados por Nausicles, estratego tebano. Sin embargo, los generales tebanos y atenienses (Cares, Próxeno y Estratocles) no tenían mucho mando en tropas que no fueran de su polis. El ejército de la coalición no tenían una estructura bien articulada.
En el flanco derecho desplegaron los tebanos. El Batallón Sagrado estaba en las orillas del Cefiso. Hacia la izquierda, seguía la falange de hoplitas tebanos. En el centro se desplegaron otros aliados y mercenarios, y en el ala izquierda, limitando con las colinas, desplegaron los atenienses. A continuación, la escasa caballería griega. Finalmente, sobre las colinas se ubicaron los peltastas y las tropas ligeras. En total, 20.000 soldados, de los que 13.000 eran hoplitas, y el resto tropas ligeras, y 3.500 jinetes.
Frente a ellos se colocó el ejército macedonio. En el extremo derecho, Filipo colocó a la caballería tesalia, frente a la caballería tebana. A continuación, se colocó él con los hipaspistas, frente a los atenienses. El centro macedonio lo formaba la falange de piqueros, al mando de Parmenio y Klito, el “Negro”. El extremo izquierdo estaba ocupado por los Hetairoi, la caballería macedonia, jinetes equipados con largos xystoi, prestos a cargar. Esta fuerza de 1800 jinetes estaba al mando de un jovencísimo Alejandro.

Aunque el ejército griego usaba tácticas relativamente obsoletas comparadas con el nuevo ejército macedonio, sus hoplitas habían formado un amplio frente y estaban bien ubicados. Eran cuando menos un enemigo correoso. Filipo, no obstante, tenía un plan que explotaba la peor estructura de mando de los griegos. Y así lo puso en práctica.
En primer lugar, él en persona, al mando de los hipaspistas, se lanzó a la carga contra los atenienses. Entre ellos, chillando y animando a los hoplitas, estaba Demóstenes. La falange de hoplitas cerró filas y también empezó a correr hacia Filipo.
El impacto de ambos frentes fue muy duro. En primera fila, Filipo atacaba con su espada, escoltado por dos gigantescos guardaespaldas, que se abrían paso golpeando con enormes hachas a dos manos. El resto de la línea ya estaba escudo contra escudo, empujándose y retrocediendo, acuchillando por encima y debajo de los grandes aspis.
Tras un rato, Filipo puso en marcha su plan. Hizo sonar las cornetas, y a su orden, las ordenadas filas de hipaspistas comenzaron a retroceder ordenadamente. Los atenienses, al verlos, espoleados por el odio que tenían a los macedonios, los persiguieron. Tan furiosa fue esta persecución que en muchos puntos, la falange de hoplitas se abrió. Entonces, Parmenio, siguiendo las instrucciones de Filipo, hizo avanzar el frente completo de piqueros macedonios. Con las sarisas en ristre, los macedonios se lanzaron al ataque, cantando al paso de la falange, acompañados por el zumbido de las picas de las filas traseras, que los soldados agitaban al viento.
Nausicles observó el temerario avance de los atenienses hacia el interior del frente macedonio. Su falta de disciplina ponía en peligro la integridad del frente griego, y además, en su avance, los atenienses estaban exponiendo su flanco. A regañadientes hizo lo único que podía hacer. Dio orden de avanzar escalonadamente. Los hoplitas tebanos más cercanos a los atenienses comenzaron a avanzar para proteger el flanco de éstos. Pero el plan de Filipo contemplaba esto. La falange macedonia avanzó y cargó contra los tebanos, impidiéndoles avanzar. De este modo, los atenienses siguieron hacia los macedonios, pero solos y desprotegidos. Mientras, tebanos y piqueros macedonios comenzaban un terrible combate, lleno de avances y retrocesos. Ambas falanges trataban de imponerse sin conseguirlo. Pero el tiempo corría a favor de los macedonios.
Filipo, ya reorganizado, rodeó con los auxiliares a los atenienses, que ahora estaban aislados del resto del frente griego, e hizo que los hipaspistas detuvieran su retroceso. Los hoplitas atenienses comenzaron a sufrir muchas bajas. El pánico cundió entre ellos y la formación comenzó a debilitarse, hasta que finalmente huyeron
Mientras, Alejandro, siguiendo también las instrucciones de su padre, cuando los tebanos y los piqueros estuvieron trabados, se lanzó contra el extremo derecho de la línea tebana: el Batallón Sagrado. Estos hoplitas vieron avanzar a los 1.800 jinetes hacia ellos, pero no se asustaron. Apretaron filas, afirmaron las lanzas contra el suelo y apretaron los dientes.
Alejandro organizó su ataque en tres oleadas. Las dos primeras se aproximaron hasta lanzar sus jabalinas, que fueron detenidas por los escudos de los tebanos, inutilizándolos. La tercera oleada, dirigida por Alejandro en persona, se estrelló contra un frente casi desprotegido. Sin embargo, aquellos guerreros eran algo especial. Sin hacer ningún ruido se reorganizaron y contraatacaron. Sufrían muchas bajas, pero eran capaces de retroceder ordenadamente y cerrar cualquier brecha en su formación. La caballería macedonia cargó una y otra vez, pero no consiguieron romper la formación ateniense. Tuvieron que matar a 250 de aquellos 300 hombres para abrirse un hueco lo suficientemente grande como para colarse en la retaguardia tebana. Así, rodearon por fin a los hoplitas tebanos, que, presos entre dos frentes, se rompieron rápidamente. El ejército de la coalición capituló.

2.000 hoplitas atenienses habían muerto. Entre los tebanos se supone que hubo más bajas y sobre todo, muchos más prisioneros, ya que, a diferencia de los atenienses, no pudieron retirarse, atrapados entre el yunque y el martillo de los piqueros y hetairoi.
Así fue como el destino de Grecia quedó sellado. Macedonia era el nuevo poder. Filipo, el Hegemón de la Hélade. El mundo helénico estaba unido ahora al mando de un monarca poderoso.
Aunque al final de la batalla, Filipo fue encontrado bailando renqueante entre los cadáveres enemigos, haciendo escarnio frente a los prisioneros atenienses, el viejo zorro macedonio supo ser generoso. Liberó a los prisioneros y mostró cierta magnanimidad con los vencidos. Después de todo, los necesitaba como aliados, y los admiraba, también hay que decirlo.
El domino macedonio no sería puesto en duda hasta la muerte de Filipo y la coronación de Alejandro, pero eso es otra historia (ver Alejandro I.).

LA BATALLA DE QUERONEA PARA DBA.
Esta batalla es perfecta un escenario de BBDBA, pero trataré de explotar la sencillez del DBA simple. Sin embargo, los jugadores podrán comprobar la diferencia que hay entre un mando estructurado y uno que no lo está.
a) Ejécito Macedonio. Se usará la lista II 12. La opción a escoger será 4Aux. De este modo, habrá dos peanas de 4Aux. Estas peanas representarán a los hipaspistas. En esta batalla, su comportamiento se asemeja más al de tropas medias que a una falange de hoplitas. De hecho, todavía se discute sobre cómo luchaban los hipaspistas en realidad.
El jugador macedonio destacará inequívocamente tres elementos: uno de 4 Aux, que representará a Filipo, Y SERÁ EL GENERAL DEL EJÉRCITO; otra de Pk, que representará a Parmenio, y finalmente, la de 3Kn, que representará a Alejandro. (Esta peana NO SERÁ EL GENERAL MACEDONIO).
b) Ejército de la coalición griega.- Se usará la composición del ejército II//5 a. Aunque este ejército es el espartanos, sus elementos forman un conjunto más ajustado a la coalición griega que se enfrentó a Filipo, según la proporción de elementos de hoplitas y caballería. Como opciones, se elegirá la Cv y 2x4 Sp.
El jugador griego separará las peanas según sean atenienses o tebanas. Los tebanos tendrán la Cv y cinco elementos de hoplitas. Los atenienses tendrán los Ps y los otros cinco elementos de hoplitas.
El jugador griego destacará inequívocamente: una peana de Sp atenienses, que será el general ateniense Estratocles; una peana de Sp tebana, que será el estratego Nausicles, y otra peana de Sp tebana, que será el Batallón Sagrado. (por si ayuda, os diré que el Batallón Sagrado tenía ricas túnicas de color rojo).

Ningún bando desplegará campamentos.

El campo de batalla tendrá una WW que corre por un lado, representando al río Cefiso. Debe ser lo más pequeño posible. En el lado opuesto, a lo largo de él, el jugador griego colocará tres colinas: dos difíciles y otra simple. Toda su superficie debe quedar a 600 pasos del borde del tablero opuesto al río.
El resto del tablero es terreno fácil. Los griegos son defensores, y despliegan en el lado que tiene el río Cefiso a la derecha y las colinas a la izquierda. Los macedonios despliegan en el lado opuesto. Las reglas de despliegue son las habituales.

Se aplicarán todas las reglas habituales de DBA, más las siguientes reglas especiales:
a) Mando macedonio.- El jugador macedonio podrá medir la distancia de mando del general desde el elemento de Filipo o de Parmenio. Ojo, esto no significa que Parmenio sea general, sino que puede servir para transmitir órdenes desde su posición.
b) Príncipe de Macedonia.- Alejandro está en la batalla, y el futuro de Macedonia recae sobre él. La peana de Alejandro cuenta como dos bajas macedonias si es eliminada.
c) Mando griego.- El jugador griego tiene dos generales: Nausicles y Estratocles, y se aplica a cada uno las reglas habituales de generales (es decir, ambos tienen +1/+1,etc.). Para generar PIPs, el jugador griego lanzará dos dados distintos entre sí. Uno será el dado ateniense y otro el dado tebano. Elegirá OBLIGATORIAMENTE el de mayor valor. En caso de empate, se elige el dado tebano. Cada turno, sólo el general cuyo dado haya sido elegido podrá dar órdenes. Pero si dicho general quiere dar órdenes a cualquier elemento, (o grupo que contenga elementos), de distinta nacionalidad que el general, dicha orden costará +1 PIP (acumulativo con otros malus por distancia superior a 1200 pasos, etc.).
d) Batallón Sagrado.-Este elemento tiene ignora los resultados de “Retroceso”. En su lugar, se aplicarán los resultados de “Empate”.
e) El plan de Filipo.- Cualquier elemento ateniense que luche borde frontal con borde frontal con Filipo se vuelve impetuoso. Además, si Filipo gana el combate contra cualquier enemigo en contacto frontal, en lugar de aplicar el resultado de las reglas habituales, puede elegir hacer un Retroceso, arrastrando al elemento enemigo con él hasta seguir ambos en contacto borde frontal con borde frontal. Además, cuado esto ocurra, cualquier elemento amigo que estuviera en contacto con el elemento de Filipo y que pudiera formar grupo con él, puede retroceder también, incluso si estuviera en contacto exclusivamente frontal con otro enemigo. Pero sólo la peana enemiga en contacto con Filipo será arrastrada. El resto del frente enemigo se queda donde está. Esto representa las increíbles dotes de mando de Filipo, capaz de organizar un retroceso organizado de todo su frente, atrayendo al imprudente enemigo hacia su trampa. Nótese que si Filipo lucha primero y vence, puede retroceder con todo su frente antes de que se produzcan otros combates. Esta posibilidad se ha incluido intencionadamente.

Condiciones de Victoria.
Las habituales, incluyendo los efectos de las reglas antes descritas. Para los griegos, las condiciones de pérdida de generales se aplicarán para cualquiera de los dos. Es decir, se puede perder tanto si Nausicles como si Estratocles son eliminados y los griegos llevan más bajas que los macedonios.

Por último, recomiendo que, una vez jugado el escenario, los jugadores intercambien los papeles. Es interesante experimentar con las diferentes condiciones de mando, en mi opinión.

Firmas DBA Hispano

lunes, 24 de diciembre de 2007

Ya que esta noche celebramos el nacimiento de Mitra y otras muchas deidades, desde DBA Hispano vamos a haceros un regalito.
Se trata de un pequeño pack de firmas que publicamos hace un tiempo en La Armada. Si no sois habituales de foros no os servirán demasiado, pero en caso positivo seguro que os resultan interesantes.
No ha sido un intento de hacer un repaso gráfico exhaustivo, si no de representar las culturas más populares en DBA (lo siento, si tu ejército es Dog People and Culturas Pueblo no es tu día de suerte :P)

Hay verdaderos artistas ahí fuera y seguro que estas firmas son mejorables, pero son gratis y no son unos de esos molestos gifs animados. Aun así hay gente que no encuentra más que peros en algún foro que yo me sé... el caso es quejarse ^^
¡Disfrutadlas!

¿Cómo pongo una de estas firmas en un foro?
Es más sencillo de lo que parece. Deberás situarte en la sección "Firma" del apartado de gestión de tu perfil y seguir los siguientes pasos.
1º Selecciona la imagen que desees y haz click derecho sobre ella y elige "Ver imagen".
2º Copia la url que aparecerá en la barra de tu explorador (por ejemplo http://img513.imageshack.us/img513/793/bannervikingosus3.jpg)
3º Copia esa dirección y pégala en tu firma dentro del comando [img][/img] (quedaría así [img]direccióndelaimagenqueelijas[/img])
¿Quieres que además tu firma sea un enlace a DBA Hispano? Sólo hay una diferencia. Añade el comando [url] definiendo la dirección de DBH. Quedaría tal que así [url=http://dbahispano.blogspot.com/][img]direcióndelaimagendeseada[/img][/url].
Por ejemplo, si quieres que tu firma sea la vikinga y que contenga un enlace a DBAH lo que deberías poner sería [url=http://dbahispano.blogspot.com/]
[img]http://img513.imageshack.us/img513/793/bannervikingosus3.jpg[/img][/url]
...todo ello junto sin dejar espacios.

Vikingos

Celtas

Pueblos de la estepa

Íberos

Alejandrinos

Cartagineses
Diádocos

Pueblos del desierto

Griegos

Persas

Romanos

Britano-romanos

Escitas, sármatas y roxolanos

Samurais

Sajones, anglos y jutos: invasores en Britania.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Saludos. En este artículo trataremos del interesante periodo que transcurre entre la retirada de los romanos de la isla de Britania y la invasión de los normandos, pueblo al que estudiaremos en otro artículo. Asistiremos así al nacimiento de una influyente nación.

Recordemos que en el artículo de la Britania Post-Romana, nuestro colega Endakil nos describía los avatares de los habitantes de Britania tras la retirada romana: cómo se organizaron para mantener el orden romano, y de cómo aquel azaroso periodo nació la leyenda de Arturo.
A pesar de los esfuerzos de estos ciudadanos, se puede decir que en el siglo V de nuestra era, los territorios más al norte de la antigua provincia romana estaban siendo atacados por los pictos. Las defensas romanas habían sido desatendidas. No había suficiente poder en la isla para detener a los incursores del norte. Es entonces cuando el rey britano Vortigern, buscando desesperadamente tropas de calidad, contacta con mercenarios del continente europeo.
Recordemos que en el siglo V, el imperio romano occidental se descompone rápidamente, y numerosas tribus germanas cruzan la frontera del Rin, penetrando en el imperio. Entre estas tribus encontramos a los sajones (en lo que ahora es Alemania), los anglos y los jutos (éstos ubicados en la península de Jutlandia, lo que hoy es Dinamarca).

Bien, pues al parecer, Vortigern contrató algunas partidas de guerra entre estas tribus. Eran fieros guerreros, y no tardaron en repeler a los pictos y a los escotos, pero una vez terminado el trabajo, vieron que aquella tierra estaba presta a su conquista. De este modo, las tribus de anglos, jutos y sajones cruzaron el Canal de la Mancha y rápidamente invadieron el país. Vortigern sería recordado como un rey nefasto por ello, y así sería registrado en los anales de la Historia.

Estas tribus germanas todavía eran paganas, y mantenían una feroz oposición al cristianismo, que ya estaba muy extendido entre los habitantes de Britania, si bien estos britanos romanizados no habían abandonado del todo sus raíces celtas. En este periodo es cuando aparecen figuras como Ambrosio Aureliano, o de Artorius, que intentaron detener la expansión de estos reinos paganos. Aunque consiguieron algunos éxitos, finalmente la presión germana los barrió. Así, los restos de la población romana volvieron a sus orígenes celtas, y huyeron hacia el norte y el oeste (las regiones más abruptas, Escocia y Gales, precisamente los dos países que mantienen el gaélico en la isla de Gran Bretaña), o bien se quedaron y fueron dominados por las tribus germanas.

A principios del siglo VII había establecidos una docena de reinos paganos por toda la isla: los jutos dominaban Kent, la isla de Wight y parte de Hampshire; los sajones dominaban Essex, Wessex y Sussex y los anglos, Anglia del Este, Mercia y Nortumbría.
Al mismo tiempo que el cristianismo comenzaba a extenderse entre los gobernantes de estos territorios, estos reinos luchaban sin cesar entre ellos. Nortumbría fue el primero en prevalecer, pero a mediados del silo VII, Mercia se rebeló y consiguió imponerse a lo largo de los siguientes 100 años. En la segunda mitad del siglo VIII, Offa, rey de Mercia, se autoproclamó como el rey de toda las tierras de los anglos (y por extensión, de jutos y sajones). Offa fue el primer rey de Inglaterra.
Su descendiente no fue tan hábil, y a su muerte, en el 821, el reino sajón de Wessex, tras una serie de exitosas campañas, consiguió la supremacía, y hasta la invasión normanda (que trataremos en otro artículo) en el siglo XI, los reyes del reino unido de Inglaterra serían los de la casa de Wessex. De entre todos ellos, destacó sin duda Alfredo el Grande (849-899), el único de su estirpe que mereció dicho sobrenombre.

Alfredo tuvo que hacer frente a un enemigo a su altura: los vikingos, que como ya vimos, comenzaron sus incursiones a Inglaterra.
Alfredo ascendió al trono después de la muerte de su hermando Elthered. Incluso antes de ser rey, ya dirigió los ejércitos de Inglaterra en defensa de su tierra frente a los vikingos. De entre éstos emergió un astuto líder. Guthrum. Bajo su liderazgo, los vikingos daneses avanzaron por Nortumbría y Mercia. Alfredo y él midieron sus fuerzas a lo largo de once fieras batallas, con éxitos y derrotas en ambos lados, y finalmente, tomaron la fortaleza de Alfredo. Éste tuvo que huir con lo que quedaba de su ejército hacia las tierras pantanosas. Alfredo, “el rey de los pantanos”, no se rindió. En su nuevo e inaccesible territorio construyó otra fortaleza, desde la que organizó la reconquista de Wessex.
Fue una lucha difícil, pero finalmente, Alfredo venció a Guthrum. En su rendición, Guthrum y sus nobles tuvieron que convertirse al cristianismo. No obstante, Inglaterra fue dividida en dos: desde Mercia hasta el sur, pertenecería a los sajones. De ahí hacia el norte, esos territorios serían controlados por los vikingos. Los topónimos de esa parte de la actual Gran Bretaña están llenos de nombres procedentes del antiguo danés hablado por los vikingos.
Hay una excelente película inglesa, “Alfredo el Grande”, que cuenta esta magnífica historia, que deberíais ver. Aprovecho aquí para reivindicar el cine histórico hecho en la pérfida Albión. Es de lo mejorcito que hay.

Durante un par de siglos, los reyes sajones mantuvieron el trono del reino unificado anglo-sajón (excepto los territorios conquistados por los vikingos). Sobre todo desde Alfredo, los sajones organizaron un sistema de fortalezas y caminos cada vez más adecuado, de manera que en los mejores años, todos los núcleos de población tenían una posición fortificada donde protegerse a menos de un día de camino.
Eduardo el Confesor, último rey sajón de Inglaterra, falleció en 1066, y Earl Godwinson, noble sajón, fue coronado el mismo día. Pero el trono fue reclamado por dos parientes de Eduardo: Harald Hadrada, el rey vikingo que había viajado por medio mundo (había pertenecido incluso a la guardia varenga de Bizancio), y Guillermo, duque de Normandía, desde sus territorios norte de Francia. Recordemos que los normandos eran vikingos a quienes los francos cedieron la parte norte del país (la actual Normandía). Estos vikingos adoptaron la religión, costumbres y modo de batalla franco, siendo totalmente latinizados en poco tiempo.

Godwinson y Hadrada se enfrentaron en Stamford Bridge, y los sajones vencieron a los vikingos. Pero apenas tres días después, Guillermo, que sería llamado “El Conquistador”, cruzó el canal con su ejército. Godwinson y sus agotados sajones se enfrentaron a ellos en la batalla de Hastings, y fueron derrotados por los normandos en una batalla muy larga y sangrienta. Terminaba así el gobierno de los reyes sajones. Los normandos tomaron las riendas del poder. La dominación normanda fue el último paso en la creación de la Inglaterra que conocemos, y será tratado en el artículo sobre los normandos.


LOS EJÉRCITOS ANGLOSAJONES.
Repasaremos ahora los ejércitos que en DBA cubren la historia de los invasores sajones:
Los ejércitos de invasores anglos, sajones y jutos que asaltaron la Britania ex romana están representados por la lista II/73: Sajones, Frisios y anglo-sajones tempranos.
Estos invasores, como casi todos los primeros invasores germanos, luchaban en violentas bandas de guerra. Este ejército se compone de 11 peanas de Wb y una peana de Ps, que representan a exploradores sajones.
Contrariamente a lo que se puede pensar, el guerrero sajón, incluso en esta primera época, luchaba primordialmente con lanza y escudo, y llevaban jabalinas en la mano del escudo. Sin embargo, no usaban tácticas de falange, características de los Sp, sino que se basaban en feroces y salvajes cargas para vencer al enemigo.

La lista III/24, anglosajones medios, cubre el periodo de formación de los reinos sajones y sus luchas contra los invasores vikingos. De ser tribus nómadas y oportunistas, los anglosajones pasaron a asentarse en la tierra, conformando una sociedad básicamente rural, en la que se distinguían algunos estamentos. El rey y sus parientes eran los athelings, los líderes de la sociedad. A su alrededor, gobernando comarcas a modo de virreyes, encontramos a los eordolman, la alta aristocracia sajona. A este estamento se accedía por línea hereditaria, y sus miembros tenían la función de gestionar las comarcas y organizar los ejércitos de cada territorio en caso.
Los theng eran un grupo social ligeramente inferior al de los eordolman, pero al que los reyes apreciaban enormemente. Originalmente fueron la guardia personal de los reyes durante las primeras invasiones. Como recompensas, los jefes los recompensaban con riquezas y frecuentemente, tierras. Un grupo selecto de jóvenes thengs formaron la escolta tradicional de los reyes sajones. Los más experimentados y ancianos, servían a sus reyes como consejeros. Eran una suerte de baja nobleza con una fuerte componente militar.
Ya ligados al trabajo de la tierra, el siguiente escalón eran los ceorls. Este estamento englobaba tanto a los granjeros y campesinos que pagaban rentas a los nobles, como a siervos y artesanos. Eran la base de la sociedad anglosajona, el estrato económicamente productivo.

Finalmente, por debajo de ellos estaban los esclavos, cuyo trabajo era muy importante en las labores rurales, aunque su vida nunca fue fácil.
La opción “a” de esta lista trata de los ejércitos con los que los reinos sajones trataban de imponerse unos a otros. Observamos que el general y otra peana son Wb. Estas peanas representan a la nobleza sajona, que estaba muy ligada a la guerra. Luego hay muchas peanas de Sp, (entre 6 y 8) que representan las levas que los nobles hacían en los territorios que gobernaban. Este tipo de hueste irregular se llamaba fyrd. Estas levas eran de campesinos y siervos, equipados con lanza y escudo, luchando en una precaria formación. Algunas pueden sustituirse por Hd, representando masas de campesinos especialmente poco duchos en las artes de la guerra.. Luego hay algunas peanas de tropas del país: Ps, o bien algunos nobles a caballo (Cv, sobre todo del reino de Nordumbría), opcional con otra Wb.
La opción “b” representa ya a los reinos sajones perfectamente asentados, que tuvieron que hacer frente más a los vikingos que a otros reinos, ya que primero Mercia y luego Wessex se hicieron con la supremacía. Éste es un ejército fuertemente ligado a la tierra. Frente a los vikingos, los sajones luchaban mediante milicias irregulares o fyrds que podían formarse rápidamente, lideradas por thengs u otros gobernantes locales. Por ello, este ejército está formado por 9 peanas de Sp, que son los campesinos, y luego opciones para meter más Sp u Hd, y Ps.
El equipamiento de estos soldados consistía básicamente en una lanza, jabalinas y un escudo redondo, como el vikingo. Las lanzas eran baratas para los soldados campesinos, y requerían poca tecnología y mantenimiento. Sólo los nobles más ricos podían permitirse una espada, pero entre los sajones, era habitual llevar también un puñal. También las mazas eran armas comunes de los soldados irregulares. Siendo cargados, los guerreros sajones mantenían el escudo separado del cuerpo para evitar las puntas de jabalinas lanzadas por el enemigo que pudieran atravesar los escudos, pero ya trabajos en combate, el escudo se pegaba al cuerpo, protegiendo gran parte de él. También solían usarlo para golpear lanzas enemigas y romper su asta.

Por último, la lista III/71, anglodaneses, representa la última etapa de los reinos sajones, ya más influidos por la coexistencia con el poder de los vikingos (o daneses). En esta lista se detectan cambios importantes: la agresividad baja a 1, porque en esta época, el reino unificado de Inglaterra se limitaba a guerras en defensa de sus fronteras. En cuanto a la composición, hay un cambio importante. Tres peanas, incluido la del general, son Bd. Estas peanas representan la aparición de un cuerpo de guerreros profesionales, exclusivamente dedicados a la guerra, pagados por el rey. Eran los Huscarls, soldados profesionales lo suficientemente ricos para costearse su propio equipo, pero mantenidos con dinero de la casa real. Era un cuerpo de guerreros de élite. Las pruebas para pertenecer a los huscarls eran extremadamente duras. Estaban equipados con cotas de malla, escudos, yelmos altos (spangehelms) y unas poderosas hachas, hachas danesas blandidas a dos manos. Los escudos, al menos en la última época, tenían forma de lágrima, como los escudos normandos. No obstante, hay representaciones de la batalla de Hastings en las que aparecen escudos redondos entre los huscarls. Se piensa que fueron tomados de entre los vikingos vencidos en Stamford Bridge, ya que los sajones no tuvieron tiempo para reequiparse antes de correr al sur a parar a los normandos. Las formaciones cerradas en falange con escudos al frente están descritas entre los huscarls, que también eran capaces de luchar por separado. También parece que tuvieron arqueros de apoyo entre ellos. Harald Hadrada fue muerto por una flecha sajona que impactó en su cuello. Sus arqueros, no obstante, nunca fueron numerosos ni condicionaron las batallas. En cuanto a las hachas, eran unas armas terribles. Frente a la caballería, las usaban para cortar las patas de los caballos o sus cabezas de un solo golpe. Frente a la infantería, los huscarls se entrenaban para manejar las hachas con la hoja situada a la izquierda del guerrero, es decir, con la mano izquierda más cerca de la hoja que la derecha. De este modo, el terrible golpe impactaba al enemigo en el lado en el que no tenía escudo.
El resto del ejército está compuesto por los lanceros de los fyrd, y hay una peana opcional de Ps, representando a los arqueros sajones, que pueden dar apoyo a los Bd y Sp frente a montados.

Essex tiene una gama bastante completa de sajones. Magíster Militum tiene sólo la de sajones tempranos y medios.

Por supuesto, no hay ni que decir que se puede hacer una campaña muy bonita con ejércitos vikingos y sajones, a la lucha por imperar sobre el reino unificado de Inglaterra.

Nota: Las miniaturas mostradas en este artículo pertenecen a las colecciones de Barry Scarlett (sajones) y Neldoreth (vinkingos).

Informe de Batalla: Seleuco vs Demetrio. Primer encuentro

jueves, 13 de diciembre de 2007

Bueno, pues ahí va otro informe de batalla.. A la izquierda, mi ejército seleúcida, y a la derecha, el de Demetrio, comandado por mi buen colega Filu. Para evitar confusiones en el texto, recordad esto: EL FLANCO DERECHO SELEÚCIDA ES EL QUE ESTÁ MÁS CERCANO A LA CÁMARA

Éste era el despliegue. Los seleúcidas salieron defensores. Al colocar la BUA, ya no les hacía falta campamento. El campo de batalla tenía un camino y una BUA en el flanco derecho seleúcida, y un par de colinas escarpadas en el lado opuesto de la mesa. Los seleúcidas pusieron piqueros en el camino para tener controlado ese acceso. Si el enemigo avanzaba rápidamente por él sin oposición, podría situarse fácilmente en mi retaguardia, y eso no me convenía. Formé el resto de la línea. Los psilois los puse delante de los elefantes para poder avanzar rápidamente a donde hiciera falta. Teniendo dos elefantes, no contaba con mover mucho, así que los psilois debían poder avanzar y entretener a la gran línea de infantería enemiga. El resto de la falange la puse en una sola fila de profundidad. En el flanco izquierdo seleúcida dispuse la caballería. El general lo coloqué más o menos centrado, entre ambos flancos, para tener a todos los elementos a menos de 1200 pasos en los próximos turnos de movimiento. Los de Demetrio concentraron su gran falange apoyada por elefantes más o menos centrada. La caballería ligera y los auxiliares se quedaron en la colina del flanco derecho de Demetrio. El general y la caballería se colocaron en sul flanco izquierdo, junto al camino.
Filu avanzó más o menos uniformemente salvo las tropas que tenía en la colina, que quedaron guardando su flanco derecho. Mis seleúcidas reaccionaron moviendo a los psilois frente a los piqueros, dejando el camino libre a los elefantes, ya que por el camino se acercaba el general y la caballería enemiga. En el flanco derecho seleúcida, descartado el asalto frontal contra Demetrio, moví los elementos para amenazar el flanco del grupo, con la esperanza de desorganizarlo lo suficiente para que llegaran a mi débil y estirada falange más “suavitos” .La caballería de Demetrio avanzó valientemente por el hueco del camino hacia la retaguardia de Seleuco, sobrepasando el frente de elefantes y piqueros, mientras el elemento de Kn del general aguardaba justo delante de la BUA. En el flanco derecho de Demetrio, debido a una buena serie de tiradas de PIPs, el elemento de elefantes avanzó hacia el frente seleúcida.

La reacción seleúcida fue retroceder un elemento de elefantes para cortar la retirada de la caballería, y cargar contra ella con los piqueros. Su arremetida fue brutal y en su retroceso, la caballería murió aplastada por los elefantes. En un intento desesperado, el general de Demetrio se acercó peligrosamente a los piqueros hasta zoquearlos, pero no llegó a tiempo de salvar su caballería. Filu tuvo que retroceder con su general hasta la BUA, y siguió avanzando con el resto de su frente. Mientras, la caballería ligera seleúcida zoqueó a los piqueros del flanco derecho de Demetrio, con sus espaldas protegidas contra la ligera de Demetrio por el carro falcado, que acechaba a distancia adecuada.
Filu hizo cargar a sus elefantes contra la LH de Seleuco. Al girar la caballería ligera hacia los elefantes por ser cargados por el flanco, quedó espacio en su retaguardia, por el que una peana de piqueros de Demetrio se coló, cortando el camino de retirada. La LH fue obligada a retroceder y se clavó contra las picas al no tener espacio suficiente para hacerlo.
Los seleúcidas avanzaron sus psilois para retrasar y desorganizar la falange de Demetrio. Lamentablemente, y aunque en el flanco derecho seleúcida, el general enemigo era un blanco perfecto para mis piqueros, la escasez de PIPs me hizo imposible avanzar durante un par de turnos, al igual que quitar mis Kn de mi flanco izquierdo del camino del elefante enemigo. Éste cargó contra él en un par de ocasiones, y a la segunda consiguió matar dicha peana.

El juego de avances y zoqueos de los psilois de Seleuco consiguieron desorganizar la falange de Demetrio. Esto era lo que yo estaba esperando para avanzar con mis elementos de elefantes y los otros piqueros, los que estaban extendidos, formando una columna con ellos. Mientras, mis piqueros del flanco derecho se lanzaron contra el general enemigo, al que arrinconaron contra los muros de la BUA. Retrocedió y murió al pie de la ciudad. Lamentablemente para mí, no había llegado a tiempo, estábamos igualados en bajas. Necesitaba eliminar al menos un elemento más.

Al final de la partida, mis piqueros se enfrentó contra los suyos, y lancé el elefante contra los Sp de Demetrio, pero los combates fueron empates o no decisivos. Entonces, en la pugna, perdí primero un elemento de piqueros y luego un segundo, con lo que la partida terminó con una estupenda (y agotadora) victoria de Demetrio.